Guión de vida y amor negativo, consulta en Sabadell y online. Josep Guasch, coaching y psicoterapia humanista.
En su libro “Por tu propio bien” la psicoanalista Alice Miller cita estas palabras de Adolf Hitler:
“Quiero una juventud violenta; dominante, impávida, cruel.
La juventud ha de ser todo esto. Ha de soportar dolores.
En ella no debe haber nada débil ni tierno”

Un ejemplo del reflejo en la edad adulta de una infancia problemática o traumatizada.
Alice Miller, Freud, y otros muchos, examinaron la infancia de Adolf Hitler. En general descubrieron que la infancia del dictador no fue fácil. Sufrió malos tratos de su padre (alcohólico y mujeriego) que le provocaron pesadillas y terrores nocturnos recurrentes.
Sin embargo Hitler en su libro “Mi lucha” (Mein Kamf) trató de una forma benévola a su progenitor. No le idolatraba como a su madre, sin embargo le respetaba y obvió sus malos tratos. Le definía como un “leal y honrado funcionario” que “respetaba”, de quien aprendió la “resolución” y el “gusto por la literatura militar”.
Entender esta lealtad inconsciente a las figuras paternas es importante en cualquier proceso de psicoterapia.
Cito este ejemplo como un modelo de guión de vida y amor negativo. Y paso a explicar estos conceptos. El primero lo expuse en mi artículo: “Qué es el guión de vida: Autoconocimiento y análisis transaccional”. El término “amor negativo” lo esbozo en este artículo aprovechando parte de la biografía del dictador.
Hitler quiso a su padre con el tipo de amor que Claudio Naranjo definió como “Amor Admirativo”. Podemos sospechar, en la cita que encabeza este artículo, una réplica de su figura paterna. Pero esta vez es él quien modela a su padre.
Y fue su padre el origen de su guión de vida basado en el amor negativo.
Alice Miller defiende que “la destructividad humana es un fenómeno reactivo (y no innato)”. En esto coincide con los preceptos de la psicoterapia humanista. Es decir, que nuestra esencia se fundamenta en la bondad. La autora expone más adelante:
“El niño que en su momento fue el perseguido se convierte, en la nueva escenificación, en el perseguidor. … Si el psicoanálisis pudiera liberarse algún día del compromiso de aceptar la pulsión de muerte, podría contribuir en gran medida a la investigación sobre la paz mundial gracias al material existente acerca de los condicionamientos de la primera infancia”.
Aquí la palabra clave es condicionamiento entendido como un tipo de aprendizaje. Y este condicionamiento está en la base del guión de vida basado en el amor negativo.
En mi anterior artículo sobre la violencia señalo a esta como un aprendizaje, en concreto como:
“Agresividad al servicio de los propios intereses o para dañar a alguien o algo intencionadamente”.
Los dos conceptos, Guión de Vida y Amor Negativo están en el origen de este tipo de neurosis. El primer término viene del análisis transaccional aplicado a la psicoterapia. El segundo del llamado proceso Hoffman de la Cuadrinidad.
Sin embargo debemos entender la neurosis no solamente como algo que causa monstruosidades parecidas a la de Hitler.
Bob Hoffman , acuñó el término Amor negativo que origina el Guión de Vida de toda persona. Desde la psicoterapia, el término neurosis se ha definido de diferentes formas. Hoffman lo precisa como un “estado de sentirse indigno de ser amado”.

El amor negativo no es odio, es una búsqueda equivocada de amor.
En realidad, si atendemos a las diferentes versiones del concepto neurosis veremos que todas tienen un denominador común. No es más que un intento desafortunado de la persona para adaptarse a su entorno. Por lo tanto, un rechazo implícito a la propia autenticidad. Y ¿Cómo llegamos a esto? Para entender la génesis y alcance del Guión de vida basado en el amor negativo debemos remontarnos a los orígenes.
El destierro del palacio del bebé o el sentimiento oceánico
Los orientales utilizan la metáfora “el palacio del bebé” de un modo similar al concepto freudiano “sentimiento oceánico”. Básicamente el sentimiento de placidez y eternidad que el feto experimenta en la barriga de mamá antes de nacer. Según Freud, este sentimiento de indisoluble comunión con la totalidad, está en el origen de las religiones.
En modo similar, Jung tomó el término “participación mística” de la antropología y el estudio de la psicología primitiva. En este caso se pone en el énfasis en la identificación del sujeto con el objeto. Si esta participación mística evoluciona favorablemente el adulto realiza en sí el concepto de “la otredad” ).
Otro término más “de moda” es el “yo soy porque tú eres” que gravita alrededor del vocablo “Ubuntu”. De hecho las más modernas corrientes de psicoterapia transpersonal giran alrededor de este sentido. Lo personal en lo colectivo y viceversa.
Sin embargo, el nacimiento significa la separación definitiva de ese “palacio”, el destierro. Y no siempre podemos alquimizar adecuadamente la separación durante nuestro crecimiento. Esa/s vivencia/s no asimilada/s está/ en el núcleo del guión de vida basado en el amor negativo.
Al nacer llegamos a un entorno frío, ruidoso, con luces hirientes… incluso tenemos que esforzarnos para respirar… De este modo descubrimos el sufrimiento y la ansiedad de separación de mamá . Llegamos con un miedo original, el trauma del nacimiento, y un anhelo, el deseo de supervivencia. Son dos impulsores que originan y mantienen el guión de vida y amor negativo.
Este deseo de supervivencia, edificado sobre el miedo original, es la piedra angular que dirige nuestras vidas. Los cimientos sobre los cuales se articulará todo el andamiaje de nuestra vida emocional futura. Y esto lo observo en la mayoría de los procesos de psicoterapia en consulta. ¿Cómo empieza? Vamos a verlo.
Guión de vida y amor negativo, la lucha por la supervivencia.

De pequeños dependemos, necesariamente, de los padres, pero no solo del cuidado físico, también del emocional.
Ya de muy bebés percibimos nuestra fragilidad y dependencia de mamá (especialmente) y de papá (según el caso). Y aun cuando no podamos verbalizarlo ni clarificar conceptos sabemos que, sin ellos, estamos perdidos.
Esta dependencia total es lo único que puede facilitarnos algo de tranquilidad en los primeros meses de vida. El trauma del nacimiento y el dolor aún están muy próximos. Pero durante el crecimiento del niño va apareciendo otro impulsor, el deseo saludable a individualizarse. Esto implica, independizarse de mamá y papá. Este impulso por individualizarse y la dependencia parental genera una contradicción interna. Esta confusión interior propicia el guión de vida y el amor negativo.
Resumiendo el doble vínculo:
– Por un lado el deseo innato del niño a individualizarse, lo que implica la independencia del vínculo parental.
– Por otro la percepción, real, del niño de que su supervivencia depende de las figuras parentales.
Tener – Hacer – Ser. la triada que condiciona el guión de vida vinculado al amor negativo
El filósofo ingles Thomas Hobbes señaló que debemos aprender a desprendernos de nuestros instintos para someternos a la civilización. Esto, a cambio de seguridad. Algo parecido dice Freud, en su obra “El malestar en la cultura” (que recomiendo encarecidamente). Básicamente señala el antagonismo entre lo pulsional en el ser humano y las restricciones de la cultura. Este enfrentamiento, a menudo toma la forma de valores opuestos que pueden conciliarse en un proceso de psicoterapia.

Hacer desde el ser. Basar la conducta en la propia autenticidad.
Freud retoma de Nietzsche el concepto de lo dionisíaco y lo re denomina con el término pulsión. Es decir la tendencia natural a dejarse llevar por los instintos primarios. ¿Y qué hay más dionisíaco que un niño?
Pero este recibe los mandatos de mamá y papá, tutores, familia etc.… como un reflejo de las necesarias restricciones culturales. Es decir para tener lo que quiere, debe hacer lo que le imponen y es contrario a su ser. Dicho de otro modo:
Nos sentimos amados por lo que hacemos y no por quiénes somos
De este modo podemos entender este concepto de guión de vida y amor negativo. Se hace más o menos fácil entender que estamos sometidos a patrones de conducta reiterativos. Es algo que observamos a menudo. Pero lo realmente sorprendente es el concepto amor negativo:
Los seres que más amamos y más nos aman, son los que nos condicionan a ser distintos. Esto puede ser vivido con rabia por el bebé… Pero sigue en él el miedo a no ser amado y el deseo de serlo. De tal modo que la rabia no puede ser expresada del todo… A mí se me ocurre el concepto “cortocircuito emocional” para entender esta contradicción.
Guión de vida y amor negativo. La identificación con el agresor.
El concepto amor negativo va más allá del popularizado por la psicoterapia “identificación con el agresor”. A su vez ofrece explicaciones y distinciones sobre su origen y diferentes modos de expresión.
El guión de vida basado en el amor negativo nace en la infancia. De pequeños tenemos y sentimos un apego natural a los padres (o figuras parentales sustitutivas). Este apego se enraíza en el instinto de supervivencia.
De un modo natural, empezamos a modelar los comportamientos de los padres. En estos comportamientos van implícitos actitudes, habilidades y creencias, entre otras distinciones. De este modo, introyectamos tanto sus comportamientos “positivos” como los “negativos”. El concepto introyección viene inspirado por la psicoterapia Gestalt. Es, básicamente, hacer propios modos, permisos y prohibiciones parentales sobre lo que debe y no debe ser hecho.
El llamado síndrome del amor negativo se centra en por qué modelamos, también, los comportamientos que rechazamos inicialmente. Y es más, por qué motivo en el adulto, se reiteran estos patrones. Hoffman lo señala del modo siguiente:
A/.- Por un sencillo proceso de modelado indiscriminado. Tal y como ya he indicado un poco más arriba.
B/.- En un intento de equipararnos a papá y mamá. De este modo reflejamos en nosotros su comportamiento y fantaseamos que así, siendo iguales, nos amarán. Evitamos, igualmente, la posibilidad de superarlos y de que dejen, por este motivo, de querernos. Por supuesto son fantasías inconscientes.
C/ Por venganza. Para castigarles y hacerles sentir culpables. Este

Emular a los padres para vengarse de ellos.
motivo es especialmente válido en niños que no tienen la percepción de haber sido queridos como necesitaban. Es importante aquí señalar el sentido subjetivo de esta percepción en el niño. No es que no haya sido querido, es que CREE que no ha sido querido.
Existe en este supuesto otra posibilidad, la del comportamiento radicalmente opuesto al del progenitor. También por un deseo de castigo y venganza.
Estos tres supuestos pueden presentarse aislada o conjuntamente en el guión de vida basado en el amor negativo.
Una psicoterapia para la paz individual y la paz mundial.
Las implicaciones van mucho más allá. El Guión de vida nacido en el Amor Negativo conduce a la deshumanización de la humanidad. De tal manera que no conforma solamente un obstáculo a la realización personal. También un serio obstáculo para la paz mundial.
Comprender en profundidad nuestras contradicciones, mediante un proceso psicoterapéutico en el que podamos reconciliarnos con nosotros y nuestros padres es el objeto de la psicoterapia inspirada en la identificación del Guión de Vida basado en el Amor Negativo. Sin esta reconciliación interior, nuestros demonios internos siguen vivos y no reconocidos. Como resultado… los proyectamos fuera y los “malos” son otros a quienes debemos aniquilar.
Por otro lado, no se trata tanto de “vencer al enemigo interior” como dicen algunos. “Vencer” y “enemigo” son términos bélicos. Es más bien aceptar nuestra biografía emocional para ir transformando, poco a poco, los estragos del Amor Negativo en simplemente Amor.

La transformación personal como base de la transformación social.
Hace un tiempo asistí a una charla de Itziar González Virós sobre cooperación ciudadana y urbanismo. En la misma propuso la necesidad de psicoterapia en las instituciones políticas. Este concepto aparece, veladamente, en su libro “Revoltes”
Suscribo plenamente esta idea, si bien dudo de la voluntad de los actuales políticos en llevarla a cabo. No obstante sí creo en la historia del “efecto del centésimo mono”:
Si un número suficiente de personas (“masa crítica”) se transforma en el mismo sentido, propician una transformación social.
Hasta el próximo artículo recibe un cordial saludo,
www.josepguasch.com
Anterior artículo relacionado: ¿Por qué repetimos patrones de conducta?
Guión de vida y amor negativo, consulta en Sabadell y online. Josep Guasch, coaching y psicoterapia.