Conocer y corregir las pautas de conducta ancladas.

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Guión de vida y amor negativo. La lealtad a los padres.

Guión de vida y amor negativo, consulta en Sabadell y online. Josep Guasch, coaching y psicoterapia humanista.

En su libro “Por tu propio bien” la psicoanalista Alice Miller cita estas palabras de Adolf Hitler:

“Quiero una juventud violenta; dominante, impávida, cruel.
La juventud ha de ser todo esto. Ha de soportar dolores.
En ella no debe haber nada débil ni tierno”

Guión de vida y amor negativo.

Un ejemplo del reflejo en la edad adulta de una infancia problemática o traumatizada.

Alice Miller, Freud, y otros muchos, examinaron la infancia de Adolf Hitler. En general descubrieron que la infancia del dictador no fue fácil. Sufrió malos tratos de su padre (alcohólico y mujeriego) que le provocaron pesadillas y terrores nocturnos recurrentes.

Sin embargo Hitler en su libro “Mi lucha” (Mein Kamf) trató de una forma benévola a su progenitor. No le idolatraba como a su madre, sin embargo le respetaba y obvió sus malos tratos. Le definía como un “leal y honrado funcionario” que “respetaba”, de quien aprendió la “resolución” y el “gusto por la literatura militar”.

Entender esta lealtad inconsciente a las figuras paternas es importante en cualquier proceso de psicoterapia.

Cito este ejemplo como un modelo de guión de vida y amor negativo. Y paso a explicar estos conceptos. El primero lo expuse en mi artículo: “Qué es el guión de vida: Autoconocimiento y análisis transaccional”. El término “amor negativo” lo esbozo en este artículo aprovechando parte de la biografía del dictador.

Hitler quiso a su padre con el tipo de amor que Claudio Naranjo definió como Amor Admirativo”. Podemos sospechar, en la cita que encabeza este artículo, una réplica de su figura paterna. Pero esta vez es él quien modela a su padre.

Y fue su padre el origen de su guión de vida basado en el amor negativo.

Alice Miller defiende que “la destructividad humana es un fenómeno reactivo (y no innato)”. En esto coincide con los preceptos de la psicoterapia humanista. Es decir, que nuestra esencia se fundamenta en la bondad. La autora expone más adelante:

El niño que en su momento fue el perseguido se convierte, en la nueva escenificación, en el perseguidor. … Si el psicoanálisis pudiera liberarse algún día del compromiso de aceptar la pulsión de muerte, podría contribuir en gran medida a la investigación sobre la paz mundial gracias al material existente acerca de los condicionamientos de la primera infancia”.

Aquí la palabra clave es condicionamiento entendido como un tipo de aprendizaje. Y este condicionamiento está en la base del guión de vida basado en el amor negativo.

En mi anterior artículo sobre la violencia señalo a esta como un aprendizaje, en concreto como:

“Agresividad al servicio de los propios intereses o para dañar a alguien o algo intencionadamente”.

Los dos conceptos, Guión de Vida y Amor Negativo están en el origen de este tipo de neurosis. El primer término viene del análisis transaccional aplicado a la psicoterapia. El segundo del llamado proceso Hoffman de la Cuadrinidad.

Sin embargo debemos entender la neurosis no solamente como algo que causa monstruosidades parecidas a la de Hitler.

Bob Hoffman , acuñó el término Amor negativo que origina el Guión de Vida de toda persona. Desde la psicoterapia, el término neurosis se ha definido de diferentes formas. Hoffman lo precisa como un “estado de sentirse indigno de ser amado”.

Guión de vida y amor negativo, consulta en Sabadell

El amor negativo no es odio, es una búsqueda equivocada de amor.

En realidad, si atendemos a las diferentes versiones del concepto neurosis veremos que todas tienen un denominador común. No es más que un intento desafortunado de la persona para adaptarse a su entorno. Por lo tanto, un rechazo implícito a la propia autenticidad. Y ¿Cómo llegamos a esto? Para entender la génesis y alcance del Guión de vida basado en el amor negativo debemos remontarnos a los orígenes.

El destierro del palacio del bebé o el sentimiento oceánico

Los orientales utilizan la metáfora “el palacio del bebé” de un modo similar al concepto freudiano “sentimiento oceánico”. Básicamente el sentimiento de placidez y eternidad que el feto experimenta en la barriga de mamá antes de nacer. Según Freud, este sentimiento de indisoluble comunión con la totalidad, está en el origen de las religiones.

En modo similar, Jung tomó el término “participación mística” de la antropología y el estudio de la psicología primitiva. En este caso se pone en el énfasis en la identificación del sujeto con el objeto. Si esta participación mística evoluciona favorablemente el adulto realiza en sí el concepto de “la otredad” ).

Otro término más “de moda” es el “yo soy porque tú eres” que gravita alrededor del vocablo “Ubuntu”. De hecho las más modernas corrientes de psicoterapia transpersonal giran alrededor de este sentido. Lo personal en lo colectivo y viceversa.

Sin embargo, el nacimiento significa la separación definitiva de ese “palacio”, el destierro. Y no siempre podemos alquimizar adecuadamente la separación durante nuestro crecimiento. Esa/s vivencia/s no asimilada/s está/ en el núcleo del guión de vida basado en el amor negativo.

Al nacer llegamos a un entorno frío, ruidoso, con luces hirientes… incluso tenemos que esforzarnos para respirar… De este modo descubrimos el sufrimiento y la ansiedad de separación de mamá . Llegamos con un miedo original, el trauma del nacimiento, y un anhelo, el deseo de supervivencia. Son dos impulsores que originan y mantienen el guión de vida y amor negativo.

Este deseo de supervivencia, edificado sobre el miedo original, es la piedra angular que dirige nuestras vidas. Los cimientos sobre los cuales se articulará todo el andamiaje de nuestra vida emocional futura. Y esto lo observo en la mayoría de los procesos de psicoterapia en consulta. ¿Cómo empieza? Vamos a verlo.

Guión de vida y amor negativo, la lucha por la supervivencia.

Necesidad de una infancia con muestras de amor para una vida adulta saludable emocionalmente.

De pequeños dependemos, necesariamente, de los padres, pero no solo del cuidado físico, también del emocional.

Ya de muy bebés percibimos nuestra fragilidad y dependencia de mamá (especialmente) y de papá (según el caso). Y aun cuando no podamos verbalizarlo ni clarificar conceptos sabemos que, sin ellos, estamos perdidos.

Esta dependencia total es lo único que puede facilitarnos algo de tranquilidad en los primeros meses de vida. El trauma del nacimiento y el dolor aún están muy próximos. Pero durante el crecimiento del niño va apareciendo otro impulsor, el deseo saludable a individualizarse. Esto implica, independizarse de mamá y papá. Este impulso por individualizarse y la dependencia parental genera una contradicción interna. Esta confusión interior propicia el guión de vida y el amor negativo.

Resumiendo el doble vínculo:

– Por un lado el deseo innato del niño a individualizarse, lo que implica la independencia del vínculo parental.

– Por otro la percepción, real, del niño de que su supervivencia depende de las figuras parentales.

 

Tener – Hacer – Ser. la triada que condiciona el guión de vida vinculado al amor negativo

El filósofo ingles Thomas Hobbes señaló que debemos aprender a desprendernos de nuestros instintos para someternos a la civilización. Esto, a cambio de seguridad. Algo parecido dice Freud, en su obra “El malestar en la cultura” (que recomiendo encarecidamente). Básicamente señala el antagonismo entre lo pulsional en el ser humano y las restricciones de la cultura. Este enfrentamiento, a menudo toma la forma de valores opuestos que pueden conciliarse en un proceso de psicoterapia.

Actuar desde el ser para saber lo que querer.

Hacer desde el ser. Basar la conducta en la propia autenticidad.

Freud retoma de Nietzsche el concepto de lo dionisíaco y lo re denomina con el término pulsión. Es decir la tendencia natural a dejarse llevar por los instintos primarios. ¿Y qué hay más dionisíaco que un niño?

Pero este recibe los mandatos de mamá y papá, tutores, familia etc.… como un reflejo de las necesarias restricciones culturales. Es decir para tener lo que quiere, debe hacer lo que le imponen y es contrario a su ser. Dicho de otro modo:

Nos sentimos amados por lo que hacemos y no por quiénes somos

De este modo podemos entender este concepto de guión de vida y amor negativo. Se hace más o menos fácil entender que estamos sometidos a patrones de conducta reiterativos. Es algo que observamos a menudo. Pero lo realmente sorprendente es el concepto amor negativo:

Los seres que más amamos y más nos aman, son los que nos condicionan a ser distintos. Esto puede ser vivido con rabia por el bebé… Pero sigue en él el miedo a no ser amado y el deseo de serlo. De tal modo que la rabia no puede ser expresada del todo… A mí se me ocurre el concepto “cortocircuito emocional” para entender esta contradicción.

 

Guión de vida y amor negativo. La identificación con el agresor.

El concepto amor negativo va más allá del popularizado por la psicoterapia “identificación con el agresor”. A su vez ofrece explicaciones y distinciones sobre su origen y diferentes modos de expresión.

El guión de vida basado en el amor negativo nace en la infancia. De pequeños tenemos y sentimos un apego natural a los padres (o figuras parentales sustitutivas). Este apego se enraíza en el instinto de supervivencia.

De un modo natural, empezamos a modelar los comportamientos de los padres. En estos comportamientos van implícitos actitudes, habilidades y creencias, entre otras distinciones. De este modo, introyectamos tanto sus comportamientos “positivos” como los “negativos”. El concepto introyección viene inspirado por la psicoterapia Gestalt. Es, básicamente, hacer propios modos, permisos y prohibiciones parentales sobre lo que debe y no debe ser hecho.

El llamado síndrome del amor negativo se centra en por qué modelamos, también, los comportamientos que rechazamos inicialmente. Y es más, por qué motivo en el adulto, se reiteran estos patrones. Hoffman lo señala del modo siguiente:

A/.- Por un sencillo proceso de modelado indiscriminado. Tal y como ya he indicado un poco más arriba.

B/.- En un intento de equipararnos a papá y mamá. De este modo reflejamos en nosotros su comportamiento y fantaseamos que así, siendo iguales, nos amarán. Evitamos, igualmente, la posibilidad de superarlos y de que dejen, por este motivo, de querernos. Por supuesto son fantasías inconscientes.

C/ Por venganza. Para castigarles y hacerles sentir culpables. Este

Guión de vida y amor negativo, vengarse de los padres.

Emular a los padres para vengarse de ellos.

motivo es especialmente válido en niños que no tienen la percepción de haber sido queridos como necesitaban. Es importante aquí señalar el sentido subjetivo de esta percepción en el niño. No es que no haya sido querido, es que CREE que no ha sido querido.

Existe en este supuesto otra posibilidad, la del comportamiento radicalmente opuesto al del progenitor. También por un deseo de castigo y venganza.

Estos tres supuestos pueden presentarse aislada o conjuntamente en el guión de vida basado en el amor negativo.

 

Una psicoterapia para la paz individual y la paz mundial.

Las implicaciones van mucho más allá. El Guión de vida nacido en el Amor Negativo conduce a la deshumanización de la humanidad. De tal manera que no conforma solamente un obstáculo a la realización personal. También un serio obstáculo para la paz mundial.

Comprender en profundidad nuestras contradicciones, mediante un proceso psicoterapéutico en el que podamos reconciliarnos con nosotros y nuestros padres es el objeto de la psicoterapia inspirada en la identificación del Guión de Vida basado en el Amor Negativo. Sin esta reconciliación interior, nuestros demonios internos siguen vivos y no reconocidos. Como resultado… los proyectamos fuera y los “malos” son otros a quienes debemos aniquilar.

Por otro lado, no se trata tanto de “vencer al enemigo interior” como dicen algunos. “Vencer” y “enemigo” son términos bélicos. Es más bien aceptar nuestra biografía emocional para ir transformando, poco a poco, los estragos del Amor Negativo en simplemente Amor.

Superar el guión de vida y amor negativo en las instituciones políticas.

La transformación personal como base de la transformación social.

Hace un tiempo asistí a una charla de Itziar González Virós sobre cooperación ciudadana y urbanismo. En la misma propuso la necesidad de psicoterapia en las instituciones políticas. Este concepto aparece, veladamente, en su libro “Revoltes

Suscribo plenamente esta idea, si bien dudo de la voluntad de los actuales políticos en llevarla a cabo. No obstante sí creo en la historia del “efecto del centésimo mono”:

Si un número suficiente de personas (“masa crítica”) se transforma en el mismo sentido, propician una transformación social.

Hasta el próximo artículo recibe un cordial saludo,

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Anterior artículo relacionado: ¿Por qué repetimos patrones de conducta?

Deshazte de patrones de conducta repetitivos y destructivos.

 

Guión de vida y amor negativo, consulta en Sabadell y online. Josep Guasch, coaching y psicoterapia.

 

El significado de la Navidad Sabadell

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Significado de la Navidad y Año Nuevo. Dimensión transpersonal y evolución de la conciencia

El significado de la Navidad. Conciencia y terapia transpersonal en Sabadell, online y Terrassa. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de psicoterapia y coaching.

 

Solsticio de invierno y Navidad

El solsticio de invierno señala la noche de mayor oscuridad y también el inicio de la «remontada» del sol.

El significado de la Navidad, desde la etimología, nos lleva al concepto del nacimiento. Todos sabemos muy bien qué celebramos estos días. Sin embargo, existe un sentido más allá que lo enlaza con el Año Nuevo. Yo diría que el significado de la Navidad y el Año Nuevo es el de una nueva conciencia. De algún modo, esto está implícito en cualquier proceso de psicoterapia y coaching.

Seguro que nos resultan familiares los nuevos propósitos en esta época. Por ejemplo, dejar de fumar, iniciar una dieta, empezar unos estudios, ejercicio, implicarnos en superar el estrés, ansiedad… etc.

Detrás de estos buenos y nuevos propósitos hay algo que subsiste por debajo. El resurgir de un periodo de oscuridad hacia una nueva luz y conciencia. De la oscuridad del invierno hacia una mayor presencia de luz.

También los bebés, al nacer, viven esta transición. De un lugar oscuro y más o menos apacible a otro donde las luces y los ruidos son más intensos. El nacimiento.

Y, una vez mayores, seguimos anhelando esta especie de segundo nacimiento. Hablaré en otro post de este concepto «el segundo nacimiento». Pero, de momento, seguiré en este ámbito más simbólico.

 

El Significado de la Navidad y el Año Nuevo. La evolución de la conciencia.

Esta época del año está vinculada al tiempo astronómico del Solsticio de Invierno. Entre el 21 y el 23 de diciembre tenemos las noches más largas del año. A partir de estas fechas el sol empieza a aumentar su presencia entre nosotros. La luz (símbolo de la conciencia para nuestro subconsciente profundo) gana terreno a la oscuridad.

Para nuestra mentalidad urbanita, esto no parece tener una mayor trascendencia. Sin embargo no caemos en la cuenta del porqué de algunas conductas y actitudes curiosas. ¿Qué vínculo hay entre el significado de la Navidad y, por ejemplo, los buenos propósitos? ¿Por qué celebramos el Año Nuevo en estas fechas? ¿O por qué engalanamos las calles con luces y, con especial predominio, del color rojo o dorado? ¿Por qué es una festividad especialmente dirigida a los niños? Son preguntas a las que voy a ofrecer algunas propuestas de reflexión.

Imaginemos las antiguas hordas primitivas, nuestros ancestros primordiales. Hablo de la prehistoria, del surgimiento de la conciencia humana. No es de extrañar que el hombre viviera muy pendiente de los fenómenos atmosféricos. Más frío o calor, mayor oscuridad o claridad tenían una especial incidencia en la supervivencia. Así, tal cual, no hablamos de gusto o disgusto, hablamos de supervivencia. Y aquí fue cuando empezó todo.

 

El Solsticio del Invierno, en el resurgir de la nueva conciencia

La importancia del sol en la supervivencia.

El sol era, y aún es, extremadamente importante para la supervivencia.

Imaginemos a nuestros primeros ancestros, esa nueva conciencia observando cómo el frío y la oscuridad iban avanzando en el otoño/invierno. Esos, apenas homínidos, contemplaban con extrema ansiedad la “desaparición” paulatina del sol. Entonces, decidieron invocar a esa “esfera mágica solar” con rituales de fuego y sangre. Es aquí donde empieza el significado de la Navidad. Para que no desapareciera el sol utilizaron los primeros rituales. Con sacrificios de sangre ofrecían algo. Con la “magia simpática” (lo similar atrae a lo similar) ofrecieron desesperadas hogueras al sol para que no desapareciera.

Para esas apenas nacientes conciencias, la “magia” funcionó, 😮 , pues empezaron a sucederse días más largos. Nacía un “nuevo sol” tras el sol que agonizaba en las noches más largas del año. Esa “impronta” poderosa quedó grabada en el imaginario colectivo de esas nacientes sociedades. Y, como suele pasar con las costumbres, las hogueras siguieron y los rituales se sucedieron.

En Europa, antes del cristianismo, las tradiciones paganas perpetuaban este sentido original. Celebraban este día como la festividad de Yule . El día del Nuevo Sol. De algún modo el viejo sol dejaba paso a un sol nuevo que se abría paso entre la oscuridad. Así, este “nacimiento” pudo vincularse con el significado de la Navidad y lo que algunos mezclan en una curiosa frase: El nacimiento del Niño Dios Sol.

 

Nuestro inconsciente colectivo no olvida, sólo “modifica” las formas

Ya no encendemos hogueras… pero iluminamos las calles con luces de colores. En los árboles y los adornos predomina el rojo, el color asociado al fuego. Y cerca, muy cerca de la Navidad asoman los reyes magos, o personajes similares. Todos con regalos… para los niños. Un reflejo de ese nuevo niño dios sol.

La luz de la conciencia

El sol se asocia, simbólicamente, a la conciencia.

Así, el significado de la Navidad, en su origen más profundo sigue vivo en nuestras conciencias. Y muy especialmente esta nueva conciencia de la infancia.

La infancia es un periodo de la vida repleto de aprendizajes, retos, ilusiones, curiosidad, espontaneidad. Las emociones están más vivas que nunca, el entusiasmo por explorar y aprender ocupa la experiencia vital… Nosotros, los adultos, hemos sido niños. … Y a menudo olvidamos que todo aquello que fuimos en su momento, aún está vivo en nuestro interior. La clave radica en saber escuchar.

Probablemente estas fiestas nos recuerden la necesidad de escuchar a nuestr@ niñ@ interior. Un significado de la Navidad puede recordarnos la infancia de nuestra conciencia y cuidar este preciado don que empezamos a desperdiciar.

Así que, a pesar de los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, te deseo unas muy felices fiestas.

¡¡Feliz Navidad, Feliz Solsticio!!

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Terapia y coaching transpersonal en Sabadell

El significado de la Navidad. Conciencia y terapia transpersonal en Sabadell, online y Terrassa. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de psicoterapia y coaching.

La finalidad de la terapia del niño interior es la de integrar el niño con el adulto.

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El niño interior libre, la vitalidad y las ganas de aprender

El niño interior libre. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, en Sabadell, Terrassa y online. Consulta de coaching y psicoterapia (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Niño interior)

Terapia del niño interior libre, en Sabadell

El niño interior libre, un arquetipo de vitalidad, entusiasmo y ganas de vivir.

En cualquier proceso terapéutico, de coaching o de psicoterapia tiene cabida una figura terapéutica, el niño interior libre. Basada en el análisis transaccional pero también utilizada, por ejemplo en terapia Gestalt y PNL. Emergiendo de la terapia del niño interior, esta figura terapéutica tiene cabida en cualquier modalidad de psicoterapia y coaching. Su versatilidad es tal que es útil para diversidad de dificultades. Ansiedad, mejora de la autoestima, adicciones, codependencias. Y también para estimular la ilusión, la gratitud, las ganas de vivir y la inspiración.

¿Para qué la terapia del niño interior libre?

¿No te ha ocurrido conocer a personas que, sin perjuicio de la edad, están repletas de alegría, vitalidad, entusiasmo? Personas a las que las dificultades no les echan para atrás. Sino más bien las enfrentan con creatividad y una espontánea confianza. Y esto tiene una explicación:

En el modelo de los estados del yo, Eric Berne señaló dos aspectos del niño interno. El niño interior libre y el niño interno adaptado. Este último, a su vez, se subdivide en tres aspectos, sumiso, rebelde y demorador. Puedes ampliar, si lo deseas en mi artículo: El niño interior y el análisis transaccional.

Pero el niño interior libre es portador de los dones exclusivos con los que aparecemos en el mundo. Sin embargo, los mandatos sociales de todo tipo van minando esta genuinidad que nos hubiera hecho brillar. Perdemos, entonces, el alineamiento entre nuestras capacidades, (de las que el niño interior libre es portador), y nuestro adulto. Esto genera un malestar interno que puede traducirse de múltiples formas.

John Bradshaw en su libro “Volver a casa” hace una recopilación de todo tipo de síntomas. Desde codependencia, depresión, celos y problemas de autoestima y falta de asertividad hasta dificultades con adicciones.

Reivindicar y recuperar nuestro niño interior libre

La buena noticia es que el niño interior libre sigue vivo en nuestro interior. Por supuesto, el redescubrimiento de su vitalidad pasa también por la sanación del niño adaptado. Este niño herido es quien dibuja, junto con el adulto, nuestro guión de vida. Patrones de conducta que nos parecen irremediablemente repetitivos, aun cuando pudiéramos reconocerlos como malsanos.

El trabajo con el niño vital (o libre) es fundamental por cuanto es el objetivo final. Pero a su vez, no puede plantearse en términos de objetivo (delimitado, específico, temporalizado…), pues apunta a un descubrimiento. Sin embargo, es bueno mantener un norte, lo que en PNL, llamamos un estado deseado.

Volver a casa, la terapia del niño interior

Volver a casa tras un largo viaje con todo lo aprendido en el camino.

Como en la metáfora del viaje del héroe, el último tramo es volver a casa.

Así pues, se plantea más en términos de dirección y visión, un descubrimiento que se intuye. Este estado deseado lo podemos cultivar mediante la práctica del centramiento y la terapia del niño interior. Jung, llegó a señalar el niño interior libre como “el ser del principio y del final”. Es decir, “la esencia preconsciente y postconsciente del hombre”, entendida como la esencia del alma. Ver “El arquetipo del niño”

 

¿Cómo plantear pues el trabajo con el niño interior libre?

Dejarse llevar por la imaginación, liberar el hemisferio cerebral derecho.

Déjate llevar por tu imaginación, es parte del proceso.

El planteamiento es fácil para algunas personas, y puede resultar difícil para otras. El concepto nuclear es el “dejarse llevar” por la imaginación (y esto es fundamental, el “dejarnos llevar”). En consonancia con esto, déjate llevar por lo que surja cuando piensas en algunos aspectos de tu niño interior vital. Y aunque te resulte difícil sentirlo o imaginarlo, deja que tu ser interior te informe “como si” fuera fácil. Sin juzgar, sin valorar, sin etiquetar… sólo “como si…”

El trabajo con la terapia del niño interior, sus virtudes

Rosetta Forner, especialista en coaching con PNL, identifica cinco características de este niño interior vital. A saber

  • MÁGICO, SABIO, CREATIVO, JUGUETON, EMOTIVO

Sugiero tres formas de imaginar y modelar estas características.

  • ¿Cómo eras , de pequeño, con cada uno de estos registros en el niño interior libre?
  • El “como si”. Aun cuando no tengas recuerdos o te cueste imaginarlo, haz como si fuera posible, utiliza tu imaginación.
  • Recurre a modelos de niñ@s que conozcas. Si tienes hijos, sobrinos, ¿Cómo actúan en cada uno de estos roles? Incorpora en el niño interior libre tuyo cada una de estas características.

Imagina entonces esas características que “clasificamos” en el niño interior libre. ¿Cómo sería, para ti, (sí, para ti) cada una de estas características del niño interior vital?.

Dibujando los cinco rostros de la Magia

Algunas cuestiones que te pueden ayudar:

  • Mágico: ¿Qué paisajes mágicos aparecen? ¿Castillos encantados, lagos brumosos? Imagina personajes… ¿Brujas, magos, hechiceros…? Fantasea con seres mágicos… ¿Unicornios, hadas, gnomos, elfos, sirenas, salamandras? O incluso con conjuros y pócimas.

 

  • Sabio: Hay niñ@s que por estar muy en contacto con seres adultos parecen tener cierta “sabiduría adulta”. Esta puede ser una de las partes en el niño interior libre sabio. Pero es más bien esa inteligencia intuitiva, emocional, en contacto con el cuerpo. La mente de los niños no está tan condicionada como la nuestra, no tiene tantas presuposiciones. Por eso a veces formulan esas preguntas que hacen y que no sabemos responder. Este es también un aspecto de la sabiduría del niño interior vital.

 

  • Creativo: En el niño interior libre está/n presente/s nuestro/s don/es original/es. Le gusta pintar, cantar, inventar historias. Modelar con plastilina, inventar monstruos o construir castillos. A veces hacer ver que es otra persona o, incluso, imita a alguien.

 

  • Juguetón: Jugar es la forma más divertida de aprender. El juego le pone en contacto con lo serio de la diversión y lo divertido que es ponerse serio. Cantar, bailar, jugar al escondite. Aparentar ser otra persona, hacer teatro. Hacer cosquillas, reír, saltar.

  • Emotivo: En el niño interior libre la expresión de las emociones y sentimientos es algo completamente natural. Si quiere demostrar amor lo hace abrazando, acariciando. Si quiere pedir caricias lo hace. También si algo le disgusta o le pone triste, llora.

Pero… esta es la clave. ¡No te ciñas solo a estas preguntas! ¡Suéltate!

Terapia del niño interior en Sabadell

El niño mágico nos conecta con el mundo de la fantasía

Esta son solamente algunas referencias. No te preocupes por la perfección, este es el reto. A veces una de las características del niño puede confundirse con otras. Por ejemplo el creativo con el juguetón o el mágico. Sólo imagina “como si” pudieras conectar con cada aspecto, permítete jugar, disfrutar, reír o llorar. Aun cuando sea distinto a lo que esperabas, “deja que surja”.

La terapia del niño interior libre nos pone en contacto con nuestra capacidad de «permitir ser»

Ahora, coge papeles y lápices de colores. Preferentemente sentado en el suelo (donde suelen jugar los niños), conecta con uno de ellos. Por ejemplo el mágico. Y conectando con las indicaciones dadas y otras más que puedan aparecer en tu interior….

¿Cómo sería ser ese niño? Imagina que lo ves sentarse, andar, mirar? ¿Qué postura corporal y gestos tendría? ¿Cómo hablaría y respiraría? ¿En qué cosas pensaría? … Haz como si “vieras ya a tu” niño libre mágico. Puedes incluso reír o bailar tal y como él lo hace. Deja que se te ocurran tantas formas de expresión de la magia en tu niño como vengan.

Y cuando lo tengas…. Coge un papel (sólo un papel por cada niño) y dibuja lo primero que aparezca. Dibuja desde la sensación sentida de haber conectado con ese niño mágico.

Cuando termines, desconecta, respira y vuelve a la realidad cotidiana.

El dibujo libre nos conecta con nuestra creatividad

Dibuja libre y creativamente los aspectos de tu niño interior libre

Repite lo mismo con cada uno de ellos. Con el sabio, creativo, juguetón y emotivo. No trabajes el mismo día con dos o más niños, y si lo haces deja un espacio de tiempo. Preferiblemente más de dos horas, aunque lo ideal es hacerlo en días diferentes. Un día distinto para cada niño.

Una vez tengas confeccionados los cinco dibujos,
elige un día para la siguiente práctica:

Dispón en un espacio, preferentemente en el suelo 6 cojines (también pueden ser 6 sillas). Con cinco de esos cojines haz un círculo y otro cojín en medio. En cada uno de los cinco cojines que conforman el círculo deja un dibujo de cada aspecto del niño. Uno por cojín.

Durante unos momentos siéntate y siéntete en el centro del círculo. Acompañado por cada aspecto que refleja el niño interior libre. Siente el que está ante ti, el que está detrás, el que está a un lado u otro…. Simplemente con los ojos cerrados siéntete acompañado por cada uno de los aspectos de tu niño interior. Desde el lugar en que están los dibujos de cada uno de ellos.

Seguidamente, dirige tu mirada (deberás, por supuesto, acomodar tu posición en el centro del círculo terapéutico) hacia uno de ellos. Imagina, ¿Cómo recuerdas, imaginas, sientes que puede ser ese niño? Vuelve a imaginar… Su respiración y forma de andar ¿Qué posturas y gestos le caracterizan? ¿Recuerdas cómo habla o balbucea? ¿Puedes imaginar cómo es su mundo? Y, en general… ¿Cómo te imaginas que es él y su vida?

A continuación dale la bienvenida y las gracias por asistirte en tu proceso de psicoterapia o de coaching. Sugiero algo así como:

Bienvenido, gracias por estar aquí, te acojo en mi corazón”.

 

Asóciate a la figura de tu niño interior libre

En PNL conocemos como asociarse el vivir en primera persona una situación como si ocurriera aquí y ahora. Durante la práctica terapéutica, pasas a ocupar la silla del niño mágico (por ejemplo) como si fueras él. Existe en terapia Gestalt algo parecido la práctica de la silla caliente y la silla vacía. En PNL, ocupar la segunda posición perceptiva. Ahora eres el niño mágico que dirige su mirada a la silla vacía en la que representa que está tú yo adulto.

Sumérgete plenamente en tu papel de niño (mágico en este caso). Recuerda las distinciones anteriores que hiciste en posición disociado (es decir, como observador). Ahora te toca encarnarlas. No te preocupes en la perfección, sólo haz como si realmente lo hicieras.

Ahora dirige tu mirada a la “silla vacía”. En esta silla

Terapia del niño interior libre en Sabadell

Siéntate y siéntete en el centro del mandala, arropado por los aspectos de tu niño interior.

está tu yo adulto. Míralo con atención, como si fuera “otro yo” que te visita (como niño) desde el futuro (como adulto).

Una forma de contemplarlo es como si, desde niño, te observaras a ti mismo como el adulto del futuro. Entonces, desde esa perspectiva de tu niño interior libre: ¿Cómo ves a ese adulto del futuro? ¿Qué crees que tiene y le falta? ¿Cómo ves su vida? Estas son sólo algunas posibilidades de preguntas que te puedes hacer. Deja que tu imaginación de niño interior libre se haga una composición de lugar acerca de ese adulto.

Establece el diálogo

Recupera tu yo interior, consulta en Sabadell

Recupera tu yo más auténtico enterrado entre multitud de mandatos parentales y sociales de todo tipo.

Entonces cuando te sientas preparado, y en un máximo de 5 palabras….

  • ¿Qué le dices?

En este decirle puede ir un consejo, (ríe más, disfruta más, suéltate más…). También es posible que una demanda (visítame más a menudo). Es importante que en este decir del niño interior libre al adulto exista un acto o actitud afirmativa. Por ejemplo: si lo ves triste, dile: “disfruta o ríe más”. Si te quejas de que no viene a verte…. “ven a verme más a menudo”.

La afirmación debe ser directa, no una “consideración u opinión, observación etc.….”. No es válido algo así como “pues pienso que le da demasiadas vueltas a las cosas”. Dirígete a él en primera persona “Haz más caso a tu corazón y actúa desde él”.

Una vez formulada la petición, desde tu niño interior libre (mágico en este caso), ocupa la silla del adulto. Recibe en el corazón, desde el centro del círculo y desde el adulto el mensaje del niño interior libre. Es importante no razonar, justificar, explicar… (Funciones del adulto), simplemente recibe en el corazón, sea lo que sea. Deja que se dibuje en el interior esa petición. Es probable que, al principio, no tenga mucho sentido, pero no olvides que esta es la visión del adulto. Simplemente, deja que germine en tu interior.

Pasa a continuación al siguiente aspecto del niño interior libre (por ejemplo el niño sabio). Procede del mismo modo con cada aspecto de tu vitalidad interior.

 

Finalizar el ejercicio con tu niño interior libre

Al finalizar siéntate en el centro del círculo, interiorizar los mensajes de los cinco aspectos del niño interior libre. Puedes realizar una pequeña meditación dejando que se reorganicen en tu interior las diferentes sugerencias.

Una vez integradas puedes realizar, lo que en PNL llamamos un “puente al futuro”. Es decir imaginar cómo cambiaría tu vida, en cada uno de sus aspectos, al tener en cuenta estos mensajes.

Una sugerencia para afinar más en las distinciones es la de tener en cuenta los aspectos específicos. Por ejemplo, ¿Cómo cambiaría tu vida en…?

  • Tu profesión y relaciones laborales.
  • Relación con amistades.
  • Relación con seres queridos, pareja, padres, hijos…
  • ¿Modificaciones en tu hogar?
  • ¿Cómo afectaría a tus hobbies?
  • Auto-cuidado
  • Gestión de tu economía…

Pero no des ningún cambio por asentado. Has marcado con este trabajo, simplemente una dirección. Deja ahora que tu subconsciente integre. Confía y déjate llevar.

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¿Has recuperado ya la sabiduría de tu niño interior?

Hasta aquí una descripción de la dinámica del niño interior libre mágico. Por supuesto realizada con un terapeuta entrenado puedes profundizar mucho más. Sin embargo, no dejarás de tener algún beneficio si deseas probar por tu cuenta.

Practícalo y, recuerda, tienes un espacio más abajo por, si deseas, escribir tus comentarios, dudas o sugerencias.

Un cordial saludo,

¿Crees que mereces visitar a tu niño interior libre?
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En cualquier caso, ambos saldréis beneficiados.
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Anterior artículo relacionado: El niño interior del adulto ;
Siguiente artículo relacionado: Meditación de la sonrisa interior.

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El niño interior libre. Josep Guasch, coach, psicoterapeuta, en Sabadell, Terrassa y online. Consulta de coaching y psicoterapia (Ansiedad, acompañamiento y estrategias para adelgazar, dejar de fumar, autoestima, adicciones, etc…).

 

Terapia del niño interior SAbadell

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El niño interior del adulto. Objeto de transición y símbolo.

El niño interior del adulto, importancia de la función simbólica; sanar niño interior Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de coaching y psicoterapia (PNL, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Hipnosis, Niño Interior, Tratamiento fatiga pandémica)

Vimos en el anterior artículo Imaginación activa y niño interior. La infancia redimida cómo lo que llamamos el niño interior del adulto, sigue vivo en cada uno de nosotros.

El niño interior del adulto, terapia Sabadell

Niño interior y adulto, comunicación e interacción.

Vimos también la relación entre el objeto de transición (para el niño) y el símbolo para el adulto. Para el primero representaba un motivo de tranquilidad. Para el adulto un impulso hacia la integración.

Seguimos en este artículo ahondando en este proceso interno.

El niño interior del adulto y la función simbólica

Jung califica concretamente el símbolo como la mejor expresión y representación de una situación problemática. Integra en un todo algo que la consciencia aún no ha reconocido. A su vez, ensambla los diferentes aspectos de una tensión psíquica.

El símbolo resume el estado de la psique, propone una orientación para resolver el conflicto con la contribución tanto del inconsciente como del consciente. El símbolo propone una orientación porque está subordinado a los arquetipos a través del inconsciente colectivo, auténtico terreno de experiencias colectivas.

Recordemos que el símbolo es el rastro del niño interior del adulto, la evolución del objeto transicional.

Además, conviene tener presente que Para Jung, la capa más profunda del inconsciente – inconsciente colectivo – es una psique objetiva, incluso autónoma. Una de las configuraciones más poderosas del inconsciente colectivo son los arquetipos. El niño interior (del adulto) es uno de los arquetipos por excelencia.

Entonces, ¿cómo se desarrolla la función simbólica que permite soportar las tensiones procedentes del mundo exterior, caótico e imprevisible?

El niño interior del adulto. Fantasía y realidad

El pediatra y psicoanalista Donald W. Winnicott contribuyó, gracias a sus investigaciones relativas a la función simbólica, a la comprensión del proceso por el cual llegamos a funcionar en la realidad.

Winnicott, con sus conceptos de área y objeto transaccionales, sacó a la luz el camino que recorre el niño de un universo omnipotente e ilusorio a un universo externo imprevisible y fuente de tensiones.

Coaching y niño interior Sabadell. La función simbólica.

La función simbólica reparadora y unificadora de las dos partes.

Este pediatra pasaba horas observando las interacciones de los lactantes y sus madres a fin de elaborar sus teorías. Desarrolló la idea de objeto transicional para describir la evolución hacia la función simbólica.

Cuando llega al mundo, el niño no distingue entre mundo exterior y mundo interior. Hasta los seis meses, cuando tiene hambre, siente que el alimento aparece cuando él lo desea. No existe una diferenciación entre su universo externo y él.

Esta sincronización perfecta permite al niño, en un principio, percibir su «poder» sobre el mundo, al que considera un apéndice de sí mismo. Todo funciona perfectamente, hasta el día en que el niño siente hambre sin que aparezca la satisfacción.

El siguiente artículo ilustra de un modo sencillo la importancia de la función simbólica en el niño:

La importancia del objeto de transición en el niño

 

Aparición de la conciencia mundo interior/mundo exterior

En ese momento, el niño experimenta su primera fractura. Con la frustración, empieza a construirse el niño interior del adulto. Es cuando el niño toma conciencia de la existencia de un mundo exterior diferente a su mundo interior. Siente una angustia y una tensión que se resolverán con la aparición de la función simbólica.

La función simbólica del objeto de transición

El objeto de transición, nexo intermedio.

Esta función nace cuando obtiene, como objeto transicional, un objeto (por ejemplo un osito de peluche). Este objeto pasará a integrar a un tiempo el exterior, por la realidad objetiva del objeto, y el interior, por sus cualidades afectivas tranquilizadoras.

Se trata a menudo del olor de la madre incrustado en una sábana, olor que revive recuerdos vinculados a la satisfacción de sus necesidades y reduce por tanto la tensión.

El objeto de transición para el niño y el símbolo para el adulto establecen el puente entre el niño interior del adulto y la función simbólica.

Ese objeto deviene simbólico en el sentido en que une las dos dimensiones, exterior e interior. Del mismo modo calma la tensión suscitada por la distancia entre dos mundos. El símbolo, por tanto, establece un vínculo entre dos mundos, es lo que relaciona, lo que une.

El niño interior del adulto, diferenciación y angustia de separación

Y cuando el niño reconoce que él es diferente del otro (de su madre), entonces desarrolla el lenguaje. Aparece el primer balbuceo de la experiencia simbólica. Pero es también y sobre todo en ese espacio donde desarrollará su creatividad. Esta creatividad le permitirá sobrevivir en el mundo angustioso de las diferencias.

Gestalt y niño interior Sabadell.

La angustia de separación de la madre en el bebé.

Es por tanto en la consciencia de la diferencia donde el ser humano se desmarca del animal. Además, donde la dimensión simbólica y creativa (por ejemplo, el lenguaje) aparece como una característica típicamente humana.

Es así, también, como se constituye un área llamada intermedia, a mitad de camino entre la realidad y lo imaginario. Un área que engloba el lenguaje y todo el universo simbólico. Se trata de un área de juego que nos permitirá ser creativos con la vida en lugar de sufrirla directamente.

Más tarde, esa área transicional se ampliará cuando adopte la forma de cultura, arte, religión y espiritualidad. Estas esferas simbólicas se derivan todas de procesos transicionales y son necesarias para apaciguar el eterno conflicto entre lo que se percibe objetivamente y lo que se concibe subjetivamente. Pero esto ya será función del niño interior del adulto.

La zona intermedia y los estados internos, el espacio para generar nuestra realidad

Esta es el área intermedia mediante la cual podemos “generar nuestra realidad” los cambios internos que repercuten, directa o indirectamente en el mundo interno. Hace apenas unos años, los investigadores más académicos demostraron algo que ya se sabía empíricamente hace tiempo. Y es que la calidad de nuestros estados internos, inciden directamente en los resultados que logramos en la consecución de nuestros objetivos.

Se deduce de lo expuesto que estos cambios en los estados internos no se producen solamente por tener la certeza de que “debería hacer esto o evitar aquello”. Esta no es más que una certeza de nuestro psiquismo racional, un instrumento de nuestro consciente.

El cambio se genera en la “zona de transición”, la zona intermedia que permite una interactuación entre lo consciente y lo inconsciente. La imaginación activa, juntamente con el trabajo con el niño interior han demostrado ser poderosas metodologías para favorecer este diálogo tan necesario.

Hasta el próximo artículo recibe un cordial saludo.

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Trabajo con la imaginación activa, consulta en Sabadell

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Imaginación activa y niño interior. La infancia redimida

Trabajo con la Imaginación activa y niño interior, Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de coaching y psicoterapia (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Niño interior).

 

Gestalt y niño interior en Sabadell

El trabajo con la imaginación activa y la terapia del niño interior.

Un concepto y trabajo habitual en coaching y psicoterapia, es la terapia del niño interior para salvar la fractura que vivimos en nuestro mundo emocional, especialmente cuando este sufre de apegos, dependencias y adicciones de todo tipo.

A menudo los psicoterapeutas y coaches proponemos el trabajo con la imaginación activa y el niño interior (sueños, fantasías, cuentos, teatro, arcilla…). Es especialmente útil para alcanzar una mayor coherencia entre nuestro niño interior y nuestra parte adulta. Esta relación suele sufrir una ruptura a consecuencia de los mandatos sociales de todo tipo. Al ser introyectados, se manifiestan a través de todos los “debería” y mensajes de auto-reproche y culpabilización.

IMAGINACIÓN ACTIVA Y NIÑO INTERIOR. EL TRABAJO CREATIVO

Este trabajo creativo, es recibido ocasionalmente, de un modo incrédulo por los clientes. Acostumbrados como estamos al continuo cuestionamiento conceptual, las preguntas basadas en el ¿por qué..? de todo cuanto acontece a través del tamiz de la racionalidad, olvidamos dimensiones de la experiencia vital que se apoyan en otras funciones de nuestro psiquismo como el sentir, la imaginación, la percepción sutil, la propiocepción etc.

Por supuesto es lícita y aconsejable esta búsqueda siempre y cuando no contamine la vivencia en toda su dimensión. Es, en este sentido, famosa la frase:primero vivir, después filosofar”.

Afortunadamente, existe una explicación al “¿por qué funciona el trabajo con la imaginación?”. El texto del analista Jean François Vezina que adjunto, desarrolla el concepto del objeto transicional en el niño. Se trata del antecedente de la función simbólica en el adulto para salvar la añorada e intuida fusión con la unidad original.

Unidad a la que de adultos hemos de volver desde nuestra individualidad, – no desde el estado de indiferenciación del niño – para aportar al universo una nueva re-creación, una narrativa personal y universal; este es, en mi opinión, el recorrido auténtico y real de nuestra experiencia vital.

Leedlo y… ¡disfrutadlo!:

IMAGINACIÓN ACTIVA Y NIÑO INTERIOR. EN BUSCA DE LA MITAD PERDIDA

“Hemos mencionado los símbolos presentados por el Sí mismo, pero ¿qué es un símbolo? Etimológicamente, el símbolo se asocia al symbolon, una pieza de arcilla separada y luego vuelta a unir en la mitología griega. En su origen el symbolon era una moneda cortada en dos cuyas mitades encajaban perfectamente: Dos personas conservan una mitad cada una, dos huéspedes, el acreedor y el deudor, dos peregrinos, dos seres que van a separarse por mucho tiempo… Al unir las dos partes, reconocerá más tarde sus lazos de hospitalidad, sus deudas, su amistad.»

El objeto transicional retrotrae al bebé a la fusión con la madre (la unidad original). En este sentido le trae seguridad, calma y confianza, especialmente al dormir. Puede tratarse del chupete, un muñeco, o incluso un objeto impregnado del olor de la madre.

El trabajo con la Imaginación activa y el niño interior están íntimamente ligados

En este sentido, el objeto transicional es un símbolo que le ayuda en su proceso de maduración, pero en el fondo siempre quedan remanentes de esta necesidad en el adulto.

Objeto transicional y niño interior, símbolo y adulto

De la misma manera que el bebé es a su objeto transicional, es el adulto al símbolo. A ello (a esa añoranza) se suma un trayecto de vida adulta.

Nos pasamos la vida buscando nuestra mitad perdida, es decir, tratando de volvernos a unir a través del símbolo. Intentando llenar ese vacío inicial y encontrar en el mundo esa pieza que falta, como una búsqueda de sentido. Hay varias maneras de llenar ese vacío y dar sentido a la vida: el trabajo, la relación con el otro, el arte, el deporte, la religión, la espiritualidad, el ocio.

Imaginación activa y niño interior, consulta en Sabadell

El mito de la media naranja. Somos naranjas completas.

Una de las formas más equívocas es el mito del amor romántico de la media naranja

La función simbólica es lo que nos permite soportar la realidad angustiosa del mundo. Aunque el símbolo nos trae veladamente una reminiscencia inconsciente, también nos pone en contacto con lo desconocido, con el vacío, y siempre surge de una tensión y se manifiesta para estimular nuestra creatividad, para abrirnos a lo desconocido a fin de aflojar la tensión.

Aunque lo relatado en el párrafo final pudiera parecer contradictorio, no es así si tenemos en cuenta los dos niveles distintos en que transcurren estas dinámicas. Así existe una inercia hacia lo conocido por parte de nuestro consciente, como una excitación hacia lo desconocido (para nuestro consciente), pero conocido y/o añorado por nuestro inconsciente.

Concluyendo, se trata de hacer consciente lo inconsciente para alquimizar ambas energías.El trabajo con la imaginación activa y niño interior permite unificar ambas dinámicas vitales.

El trabajo con la imaginación activa

Para finalizar este artículo, y a efectos de completar la información, añado un par de enlaces. Ambos nos remiten a fuentes solventes que nos orientan en el trabajo con la imaginación activa:

Trabajo con la imaginación activa y niño interior.

Conectar con el niño interior para dar rienda suelta a la imaginación activa.

El primero, cuya autoría pertenece al Centro Jung de Buenos aires. Lleva por título: Vivenciando los mundos internos: la imaginación activa y su relación con el proceso de individuación y el desarrollo de la personalidad. Da unas pautas concretas sobre qué es y qué no es el trabajo con la imaginación activa. También nos orienta para empezar a relacionarnos con el inconsciente creativo.

El segundo lleva por título «Imaginación activa y dibujos de lo inconsciente». Además de una introducción añade un interesante trabajo real, basado en el dibujo como manifestación del diálogo con el inconsciente.

Espero que ambos textos te supongan una apasionante introducción a este camino de autoconocimiento.

Para conectar con el niño interior, el trabajo con la imaginación activa es de inestimable valor.

En el próximo artículo ahondaremos en lo ya señalado en este. ¿Por qué y cómo funciona la función simbólica en el trabajo con la imaginación activa y niño interior?

Hasta entonces, un cordial saludo.

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Josep Guasch, coaching y psicoterapia en Sabadell

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Terapia niño interior

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El niño interior, el padre y el adulto. El análisis transaccional (II). Guión de Vida.

El niño interior, estudio del guión de vida sabadell y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de coaching y psicoterapia transpersonal (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Niño vital o herido, Terapia por fatiga pandémica por covid-19) en Sabadell y Terrassa

El Guión de Vida

Eric Berne fue uno de los pioneros en el estudio de el Niño Interior. Para este autor, las influencias que recibimos durante nuestra infancia, organizan nuestra actitud de adultos en lo que llamó “Guión de Vida”. Este es el sustento o núcleo de nuestra personalidad profunda y, además de nuestro “destino” o “suerte”.

Niño interior y guión de vida

Guión de vida y análisis transaccional

De este modo, la psicoterapia transpersonal nos explica cómo el guión de vida da una cierta coherencia a nuestra actitud y conducta. E incluso, nos sirve para argumentar (en modo neurótico) nuestros errores, “mala suerte”, incompetencias etc. Tomar conciencia de esta «historia que nos posee», nos ayudará a asumir nuestra propia responsabilidad con mayor conocimiento de causa, liberarnos, y optar por actitudes y conductas más allá de las que nos permitimos.

Anexo un enlace para una práctica sobre el Guión o Argumento de Vida.

Guión de Vida y los estados del yo en psicoterapia transpersonal

Los tres estados del yo (que ya revisamos en el anterior artículo) se hallan presentes en cada adulto, de uno u otro modo, aun cuando alguno de ellos pudiera ser el dominante. Por otro lado, la peculiar configuración de estos dibujan la historia secreta de nuestras vidas, el niño interior es el contenedor de estos guiones.

Recientemente se ha dividido el funcionamiento de estas tres instancias, como positivo y negativo. En el primer caso manifestaciones del estado del yo adaptado al momento presente, flexible y útil para cambiar positivamente. En el segundo caso, el estado negativo se manifiesta como modelos repetitivos y anclados en el pasado.

El niño interior y el guión de vida, consulta en Sabadell

Los diferentes niveles que conforman el guión de vida.

Para un mayor aprovechamiento, el proceso de Análisis Transaccional debe seguirse bajo la supervisión de un psicoterapeuta entrenado en esta técnica, más teniendo en cuenta que dentro de esta escuela, existen diferentes enfoques a la hora de reestructurar estos diálogos internos. De todos modos, es posible un trabajo introductorio de introspección. A título orientativo facilito un cuadro que ayuda en la identificación de esos estados en nosotros, pero que debe ser tenido en cuenta solo como eso, pautas orientativas.

No debemos olvidar que, como observadores de nosotros mismos, nos es casi imposible escapar a nuestra subjetividad. Veamos por ejemplo las distintas reacciones de los estados del yo ante la posibilidad de un cambio de trabajo. Lo examinaremos desde las tres ópticas, el padre, el adulto y el niño interior.

Análisis transaccional. El padre

La figura del Padre se preocupará por la conveniencia del nuevo trabajo, amparado en lo tradicional y lo que “hasta ahora ha funcionado” verá con reservas cualquier cambio. Se preguntará, por ejemplo, si la nueva ocupación supone un mayor prestigio social, seguridad, estabilidad, mejora en la jerarquía laboral, economía, etc. Algunas cuestiones sobre cómo les sentará a los actuales jefes su “deserción” le preocupará en sobremanera (también a el niño interior, sumiso, si bien este último lo vivirá desde la culpabilidad y la figura del padre se preguntará si el cambio no supone una traición o infidelidad a los principios de la empresa.)

Análisis transaccional y psicoterapia transpersonal. El niño interior

Guión de vida y personajes internos en psicoterapia y coaching, consulta en Sabadell

Reconciliar los diferentes aspectos de uno mismo, un trabajo necesario en psicoterapia transpersonal.

El niño interior se entusiasmará con la idea, le aterrorizará, se rebelará o se someterá a lo que digan los demás, sin más, según sea la modalidad. Su reacción será inmediata, básicamente emocional y sin análisis alguno; expresiones del tipo «¡Ay, no me gusta la idea!»»¡Yupi, me encanta esta posibilidad!»…

Análisis transaccional. El adulto

El adulto tendrá en cuenta tanto los elementos de seguridad y estabilidad laboral como su afinidad en relación al nuevo trabajo, si encaja con sus valores, sus habilidades y capacidades, si supone o no un nuevo reto… El ambiente del trabajo también será importante, si bien en este caso dejará paso al niño para que evalúe. Analizará todas las oportunidades del modo más objetivo posible y escuchará constructivamente a las “opiniones” de su niño y padre, para tomar la decisión.

Tanto para el coaching como para la psicoterapia, estas distinciones pueden servir como un referente que permite generar nuevas dinámicas de actitud y comportamiento como árbitro del diálogo interno.

El Niño interior, padre y adulto, vocabulario y lenguaje corporal

Veamos ahora algunas de las características diferenciadoras en el comportamiento de cada una de estas instancias, siempre teniendo presente que se trata de distinciones orientativas. El mayor predominio de una figura u otra, en primer lugar. Y en segundo lugar cómo se relacionan será lo que defina nuestro guión de vida.

PADRE:

El niño interior responde a los mandatos del padre internalizado, Josep Guasch, coaching y psicoterapia

También viéndolo como entrenador, un padre puede entrenar de maneras distintas a su hijo

Palabras y frases modelo: Debes, no debes, tienes que, siempre, nunca, ahora qué, si yo fuera tú, déjame ayudarte, porque lo dije yo, no preguntes, no molestes, sé bueno, qué dirán los vecinos, vamos, querido, amorcito, angelito.

Eres: malo, bueno, estúpido, feo, bonita, inteligente, ridículo, desobediente, malévolo, talentoso, gracioso, un desastre, horrible, una cruz, una bendición, un malcriado, un ángel, absurdo, un burro inaguantable. Trata, no tengas miedo; venga, anímate; ¿ves? , no duele; no te preocupes; yo te cuidaré, esto hará que te sientas mejor.

Gestos y posiciones: Señalar con un dedo acusador o amenazador; una caricia en la espalda; un toque consolador; golpear en la mesa; subir la vista en señal de disgusto; golpear en el suelo con los pies o frotarse las manos impacientemente; menear la cabeza para decir: “no, no” o “está bien”; cruzar los brazos sobre el pecho y fruncir el ceño; erguir la cabeza y poner cara seria; abrazar y/o mecer a alguien.

Tono de voz: Burlón, punitivo, condescendiente, animador, alentador, comprensivo.

Expresiones faciales: Ceño fruncido; asentimiento con la cabeza; cara de preocupación o de enojo; mandíbula tensa; mirada comprensiva u orgullosa; sonrisa; mirada amorosa, hostil, desaprobadora.

ADULTO:

El niño interior puede encontrar apoyo en el adulto, consulta en Sabadell

El adulto analiza la situación y se centra en las soluciones

Palabras y frases modelo: Cómo, cuándo; quien, dónde, por qué, probabilidad, alternativa, resultado, sí, no , cuáles son los hechos, no es un hecho probado, sino una opinión; verificarlo; hasta aquí, todo ha sido hecho correctamente; son las 4.30 p.m.; cuáles son las razones; ¿has ensayado esto?, mezcla dos partes de una con una de la otra; así es como funciona; desarmémoslo y mirémoslo; busquemos las causas; de acuerdo con las estadísticas…: un cambio sería indicado; la reunión será el viernes a las 2:00 p.m.

Gestos y Posiciones: Postura erguida (no ceremoniosa); contacto visual mantenido al hablar con otros; señalar algo (p.ej. la dirección) con el dedo; escuchar dando retroinformación verificando su comprensión; interés.

Tono de voz: Claro, sin emoción indebida; directo; confiado; inquisitivo e informativo.

Expresiones faciales: Pensativa; atentamente observadora; curiosa; viva responsiva al aquí ahora; ojos atentos, confiados.

EL NIÑO INTERIOR:

Palabras y frases modelo: Caramba; aúpa; caracoles; no puedo;

El niño interior es espontáneo, creativo, divertido, con ganas de aprender, consulta en Sabadell

El niño y el contacto con la Naturaleza

no quiero; dame; no sé si quiero; deseo; (cualquier clase de habla infantil); mío; ¡qué miedo!; ¿verdad que soy gracioso?; mírame ahora; ¿lo hice bien?; tengo miedo; ayúdame; hazlo por mí; nadie me quiere; me haces llorar; tú tienes la culpa; yo no lo hice; no es de fiar; el mío es mejor que el tuyo; se lo voy a contar a tú mamá; te vas a arrepentir; quiero irme a casa; vamos a jugar; caramba con este trabajito; más caramelos; espero que todos me quieran.

Gesto y Posiciones: Desgarbado, abatimiento; arranques de cólera; pestañear; postura de alegría o exuberancia; acurrucado; andar a saltos; retorcerse; gestos despreciativos (u obscenos) comerlas las uñas; levantar la mano antes de hablar.

Tono de Voz: Reír tontamente: gorjear; gimotear; tono manipulador; halagar; pedir permiso; maldecir; rencoroso; bromista; silencio pesado; mofa; aguijoneador; carcajadas; entusiasmo; hablar rápidamente y en voz alta; juguetón.

Expresiones Faciales: Llorón; hacer pucheros; mirar hacia arriba a otros; desánimo; alegría; entusiasmo; curiosidad; estudiar las cosas; cabeza echada hacia un lado; coqueteo; apariencia de inocencia con los ojos bien abiertos; cariacontecido; impotencia; admiración.”

Para concluir, señalar que en este trabajo debe existir una compensación de los tres papeles. Tan malo es olvidar el trabajo con el niño interior, como sobrevisibilizarlo, de tal manera que infantilicemos al adulto.

Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo.

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Ganas de jugar en el niño interior vital y libre.

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El niño interior y el análisis transaccional. Los tres estados del yo.

El Niño Interior y el Análisis transaccional Sabadell y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de coaching y psicoterapia transpersonal (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, A.T. , Terapia niño interior, Terapia fatiga pandémica por covid-19 ) en Sabadell y Terrassa

Consulta de análisis transaccional y niño interior en Sabadell

La sombra del niño interior presente en la conducta y actitud del adulto

El modelo de intervención basado en el Niño Interior, es uno de los modelos terapéuticos más eficaces y de mayor alcance. Bajo el punto de vista de la psicoterapia humanista, un modelo no pretende ser tanto una explicación teórica y científicamente válida sobre lo que ocurre en nuestro psiquismo, como un modo pragmático de explicar el cómo funciona nuestro comportamiento, más que el porqué. Es pues, más una metáfora práctica, que una hipótesis o teoría.

Uno de los modelos más socorridos es el del Análisis transaccional (A.T.). Bautizado por algunos como el “hermano pequeño del psicoanálisis freudiano”, no pretende la profundidad de aquel, pero sí una mayor operatividad en cuanto al cambio que busca el cliente. Su universalidad se hace patente en sus múltiples aplicaciones, tanto en el ámbito de la psicoterapia transpersonal, como en el mundo organizacional y el coaching.

Este modelo postula la existencia de tres instancias psíquicas que se reparten el “pastel” de nuestro psiquismo, conocidos como “estados del yo”.

Estado del NIÑO INTERIOR

» del ADULTO

» del PADRE

Si bien estos estados tienen su origen en momentos evolutivos distintos de la persona, se hallan presentes en mayor o menor medida en la persona adulta. Las equivalencias con las instancias psíquicas del modelo freudiano son:

NIÑO INTERIOR: Id o Ello;

ADULTO: Ego/Yo;

PADRE: Súper Yo.

El análisis transaccional es una terapia práctica, con pocas complicaciones teóricas. No hay trascendencias implícitas pero sí posibilidades… y en esas posibilidades, esos personajes que moran en nuestro interior…

ESTADO DEL NIÑO (Terapia del Niño interior)

Correspondiéndose en el modelo Freudiano con el Id o Ello y el principio del placer, predomina el SENTIR. El análisis transaccional diferencia 5 submodalidades:

El niño interior natural

Se corresponde con los seis primeros meses de vida, conductas y manifestación de sentimientos poco elaborados. En el Adulto se manifiesta como espontaneidad (en su vertiente “positiva”) o bien inmadurez. Es la vivencia del niño interior libre.

El pequeño profesor

Hasta los 24 meses de vida, el niño empieza a desarrollar su creatividad y una conducta más elaborada. Se las ingenia para sujetarse el chupete, arrastrarse para coger un objeto. Reconoce que es el momento de comer cuando ve el biberón o bien el babero. Y también aprende a manipular, como cuando llora para llamar la atención y que estén por él. Es intuitivo e imaginativo.

Terapia del niño interior, el niño adaptado.

Josep Guasch, coaching y psicoterapia en Sabadell, trabajo con el niño interior

El modo en que nos relacionamos con nuestro niño interior enriquece nuestra autoestima

Según la psicoterapia transpersonal, estos estados tienen su importancia en el momento evolutivo del niño y cierto reflejo en la vida adulta. Sin embargo, hasta los seis años, algo va a marcar de un modo más fuerte la vida adulta. El modo en el que el niño adapta su conducta como respuesta a los requerimientos de los demás. Por ejemplo: si se le da la comida y no la quiere, puede tomársela sometiéndose a la persona que se la da generalmente por miedo (SUMISIÓN). También puede rechazar la comida y enfrentarse a quien se la da (REBELIÓN). Y, finalmente, puede hacerse el remolón e intentar retrasar la comida, distrayendo a quien se la da (DEMORADOR).

Estos tres estados nuevos se conocen como el Estado del niño interior ADAPTADO, (sumiso, rebelde o demorador) y marcarán mucho el modo en que el adulto enfrente sus problemas en la vida cotidiana.

Niño interior adaptado, sumiso

Acepta y somete su conducta a los mandatos de las figuras parentales, sin discusión (o muy poca) aparente. Según el análisis transaccional, el niño introyecta los mandatos parentales en figuras internas normativas y críticas.

Adaptado rebelde

Consulta de análisis transaccional en Sabadell

Niña adaptada rebelde.

Discute continuamente los mandatos parentales, lleva la contraria, se niega…

En el adulto podemos encontrar este tipo de comportamiento en los llamados «rebeldes sin causa». Personas que con poco, o nulo, criterio se rebelan contra las normas sociales y las vulneran.

Niño interior adaptado, demorador

Germen de la procrastinación adulta, el niño no se atreve a discutir ni aceptar del todo las órdenes e instrucciones de los mayores. Pospone de continuo el conflicto esperando que “algo ocurra” (algo ajeno a él). Demora asumir la responsabilidad de sus propias decisiones quedándose a medio camino entre la sumisión (que si bien es una claudicación, no deja de ser una decisión) y la rebelión.

La terapia del niño interior forma parte de una gama muy interesante de intervenciones en el terreno de la psicoterapia transpersonal. A efecto del trabajo de coaching, conviene tomar conciencia de:

A/ Nuestro posicionamiento en nuestra actitud y conducta.

B/ Tomar conciencia de las posibilidades a nuestro alcance mediante el cuestionamiento… ¿Cómo me manifestaría en esta situación desde la óptica del Padre, Niño y Adulto? ¿Cuál sería la más adecuada?. Hay que tener presente que, todos los estados del yo pueden tener su aspecto positivo y negativo en cuanto a la necesidad de adaptarse a situaciones nuevas o conocidas.

Rebelión y ganas de jugar.

Muchas veces, la rebeldía no son más que ganas de jugar.

C/ Y como siempre en el proceso de coaching, centrarnos en los aspectos “luminosos” que conducen a la conducta efectiva, dejando el trabajo con el aspecto bloqueado o herido para la psicoterapia.

Conviene no obstante recordar que en ocasiones, el trabajo terapéutico se impone como paso previo al proceso de coaching transpersonal. Y muy especialmente cuando se sospecha de elementos irracionales que boicotean el curso normal del proceso.

Cabe destacar que el análisis transaccional es un modelo muy versátil. Su aplicación tiene cabida tanto en un proceso terapéutico como de coaching de inspiración transpersonal. Del mismo modo, puede aplicarse tanto a terapia personal como en el trabajo de equipos en empresas.

EL ESTADO DEL PADRE

Lo Normativo, opina en base a los juicios de valor. Se corresponde con la figura del Súper Ego en el modelo Freudiano (básicamente introyecciones de los mandatos de la sociedad, culturales, educacionales y religiosos)

También marcarán este estado del yo las primeras experiencias que el niño haya recibido de sus padres (padre, madre y figuras parentales en general) como modelos que integrará para su comportamiento o roles futuros. Estas primeras vivencias marcarán la influencia del niño interior en el adulto.

El niño para su desarrollo necesita que alguien se ocupe de él, protegiéndolo. Esta protección puede recibirla de dos modos:

Bien sea dándole cuidados, comida, limpieza, caricias, curación…
O mediante las órdenes, poner límites, prohibiciones y normativas.

El primer estado se conoce como PADRE NUTRICIO y CRÍTICO el segundo.

Padre crítico

Padre crítico negativo y análisis transaccional

El padre, a veces puede adoptar una actitud de intransigencia poco pedagógica.

En el adulto se manifiesta en las normas y actitudes rígidas, punitivas, culpabilizadoras, tanto con respecto a los otros como a uno mismo. Aquello que DEBE o TIENE QUE hacerse. No existe, siquiera un cuestionamiento del por qué. La figura del Padre Crítico está vinculado a los mandatos sociales, culturales, educacionales de todo tipo. Prima lo normativo frente a lo pedagógico. El niño interior, al principio, puede atemorizarse o rebelarse. Pero, según el análisis transaccional, es muy probable que termine introyectando y haciendo suya esta actitud en la edad adulta. Y esta actitud crítica se volcará a otras personas y contra sí mismo.

El padre nutricio

La figura paterna nutritiva en coaching y psicoterapia, consulta en Sabadell

El padre puede cumplir una función de ejemplo, pedagógica y próxima.

Se manifiesta de un modo más relajado, las normas también son importantes pero la comprensión, la flexibilidad y el afán pedagógico acompañan su intervención.

Estos modos de relacionarse implican superioridad y autoridad y son típicos, no solamente de los padres respecto a sus hijos, sino también de los superiores jerárquicos en el mundo de la empresa, relacional, familiar, social o cultural.

El niño aprende estas actitudes de sus padres y las va incorporando bien sea por imitación, bien por un proceso de interiorización, empezando a hacerlas suyas sobre todo entre los 6 y 12 años.

EL ESTADO ADULTO

Correspondiendo al Yo o Ego del modelo Freudiano y el “principio de realidad”, sustenta su actividad en el pensar, analizar, comparar, para tomar decisiones.

El estado del adulto emerge con motivo de un doble movimiento:

El estado del yo adulto en psicoteapia y coaching, consulta en Sabadell

El yo adulto incluye la objetividad y lo resolutivo ante los problemas.

Por un lado la necesidad de un “árbitro” que atempere el conflicto entre las dos instancias psíquicas anteriores. En segundo lugar, es el momento en el que el niño ya empieza a hacerse preguntas ¿qué es esto? ¿Por qué? ¿Para qué?…

Es ya un tipo de pensamiento que indaga y pide información. Se enfoca muy directamente sobre la realidad exterior del mundo y de los otros y va dirigida a obtener un conocimiento realista y objetivo de las cosas. En el niño, este estado puede verse contaminado por los aportes del “Pequeño Profesor”.

Si en la infancia, predominó la influencia del padre crítico nutritivo, en el adulto predominará la figura del niño interior libre. Por el contrario, si predominó la figura del padre crítico el adulto estará supeditado al niño interior herido.

A grandes rasgos, estas son las tres instancias postuladas por el modelo del Análisis transaccional (A.T.). Según cómo interactúen entre ellas condicionaran la actitud y la conducta de cada persona y otorgan referentes claros para facilitar la labor terapéutica o de coaching. También se ha utilizado en el ámbito de la empresa como técnicas de negociación, ventas, liderazgo de grupos…

Seguiré en el próximo artículo desgranando estos aspectos que dibujan nuestra dinámica interna y condicionan nuestro proyecto vital.

Entretanto, te invito a participar en mi blog ampliando ideas, aportando sugerencias o compartiendo tus dudas en el apartado al pie del blog.

Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo.

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Josep Guasch, coaching y psicoterapia en Sabadell

Terapia del Niño Interior y Análisis transaccional Sabadell y online. Josep Guasch, coach, psicoterapeuta, consulta de coaching y psicoterapia transpersonal (Ansiedad, acompañamiento y estrategias para adelgazar, dejar de fumar, autoestima, adicciones, terapia fatiga pandémica por covid-19) en Sabadell y Terrassa.