Abrazar la sombra, hacer de los defectos una virtud con la sabiduría del cuerpo. Terapia de trance generativo en Sabadell, Terrassa y online.

Una actitud de amable curiosidad es imprescindible para emprender este trabajo.
Vimos en el anterior artículo, reconciliarme con mi sombra, cómo el síntoma puede esconder una necesidad no resuelta. A esta carencia se le llama beneficio secundario en psicoanálisis o intención positiva en PNL. El síntoma es la manifestación exterior de la sombra personal. Pero también es el mensajero de lo que permanece en el fondo de lo reprimido.
También vimos la necesidad de una actitud empática, compasiva y un ánimo impulsado por una curiosidad amable. Esta actitud es imprescindible antes de abrazar la sombra personal. Examinaremos aquí una forma práctica de reconciliarnos con lo reprimido.
Stephen Gilligan es el principal impulsor de una modalidad terapéutica llamada trance generativo. En esta modalidad de terapia transpersonal, el trabajo con la sabiduría del cuerpo ocupa un lugar primordial. Desde esta visión compartiré un ejercicio para abrazar la sombra y reconocer lo reprimido.
¿Por qué abrazar la sombra? ¿Qué beneficios tiene?
En primer lugar cuando reprimimos una pulsión esta no desaparece. Queda en el fondo de nuestro psiquismo. Al mantener agazapada en el fondo esta energía suceden dos cosas:
1.- Lo reprimido aparece en formas distorsionadas. Es el principio de la neurosis. Un ejemplo sencillo que veremos es el de una persona que miente por falta de autoestima.
2.- Mantener silenciado lo reprimido requiere una energía. Esta energía se libera cuando permitimos que se exprese.
Liberar lo reprimido de un modo creativo, es la orientación de la terapia con la sombra.
Abrazar la sombra permite pues:

Abrazar la sombra permite una mayor creatividad.
1.- Comprender el fondo de nuestra neurosis
2.– Conociendo esto, formas más creativas de satisfacer la necesidad no resuelta.
3.- Una mayor vitalidad al liberar la energía que se destinaba a silenciar lo reprimido.
4.- Ocasionalmente una mayor creatividad.
La sabiduría corporal en el trance generativo
Cuerpo y sombra pertenecen al ámbito de lo reprimido en nuestra cultura. En mi artículo sobre el guión de vida sin alegría trato con algo más de extensión este tema. Y esto es así por cuanto ambas expresiones de nuestra experiencia vital están íntimamente conectadas.
Cuando una situación nos impacta, agradable o desagradablemente, existe un reflejo corporal. Atender a este impacto de lo reprimido en el cuerpo es abrazar la sombra.
En focusing se llama a esta sensación, una sensación sentida. A menudo pasamos de soslayo, cuando no rechazamos, estas sensaciones que etiquetamos como desagradables.
La terapia con el trance generativo permite abrir un espacio SIN ETIQUETAS a lo reprimido. Mediante la práctica del centramiento podemos abrazar la sombra para que esta se exprese. Esto no quiere decir dejarnos llevar por sus impulsos primarios. Pero sí aceptarlos sin reprimirlos.
Abrazar la sombra, primero, el contacto con la sensación sentida

Una buena forma para conectar con la sombra es mediante la sabiduría del cuerpo.
Piensa por un momento en una experiencia que despierte en ti “la bestia” que llevas dentro. Una vez la tengas deja de prestar atención a lo que sucedió y céntrate en la sensación corporal. Es en esta sensación sentida donde empieza el proceso de abrazar la sombra. Unas consideraciones necesarias:
La sensación sentida es algo más que una sensación muscular. Es más interna. Tiene contenido psicológico pero emerge antes de la reactividad muscular. Puedo, por ejemplo, tensar los hombros como respuesta de estrés. Esta es la reacción secundaria. Sin embargo, un segundo antes, existe una sensación sentida. Es la respuesta experiencial primaria. Generalmente aparece en la boca del estómago, pecho, vientre… En la línea media del cuerpo.
Es lo más parecido a la sensación de mariposas en el estómago. Lo que ocurre que no siempre es un suave aleteo de mariposas. Cuando esta sensación sentida aparece como respuesta de algo que despierta “nuestra bestia” solemos tener dos respuestas.
1.- Me dejo llevar por la sensación sentida y me desboco.
2.- La niego y aparto.
Existe una tercera respuesta que es la que nombro en este post “abrazar la sombra”.
En la respuesta 1. Me introduzco EN la respuesta primaria y me pierdo en ella. Según de lo que se trate puedo perder hasta la dignidad. 😆
En la respuesta 2 CREO que me desentiendo. 🙄 . Pero simplemente niego, invierto una energía en bloquear la respuesta.
En la respuesta 3 estoy CON lo que siento en mi sensación corporal. Es importante aquí esta distinción. Me centro, como en una meditación, en la sensación sentida. Este es el primer paso de abrazar la sombra.
Cuidado con la mente. Atender sólo a la sabiduría del cuerpo.
En la terapia de trance generativo se trabaja también con lo cognitivo. Pero solo para dar una dirección a la energía o bien para analizar, reflexionar, planificar etc.… ¡Pero no para alimentar el síntoma! Escuchamos el síntoma pero no le damos de comer. Tampoco lo etiquetamos (malo, bueno, desagradable etc…)De aquí la importancia de centrarnos en la sensación sentida.

El pensamiento automático da muchas vueltas improductivas.
Durante el ejercicio no vuelvo a revivir una y otra vez la experiencia. Esto sería disparar el pensamiento automático en bucle. ¡Sólo me centro en la sensación sentida que ha despertado en mí el recuerdo!. De este modo, lo reprimido se manifiesta a través de la sabiduría del cuerpo. Y así ni lo descuido ni me dejo llevar por él.
Tal y como dice la sabiduría cherokee en su metáfora de los dos lobos que anidan en nuestro interior. Esos dos lobos luchan entre sí. Ganará aquel al cual alimentemos. Sin embargo, la mayoría de los relatos sobre esta leyenda omite un detalle:
En realidad la leyenda dice que debemos atender a los dos. Y llevarlos al equilibrio. Atender al lobo negro es escucharlo, estar CON él no EN él. Tampoco debemos matarlo de hambre pues así matamos una parte nuestra. Esto es abrazar la sombra.
Dar vueltas, rumiar, culparse, victimizarse, quejarse… Todas son formas en que la mente trabaja improductivamente. Agranda la sensación de impotencia ante el lobo negro. El trance generativo propone escuchar la sabiduría del cuerpo. Esta es la primera fase. Al hacerlo poco a poco irá menguando su impulso. Como un niño pequeño cuando se sabe escuchado.
Abrazar la sombra atendiendo a la sabiduría del cuerpo. Crear el contexto.
“Cada ser humano es una posada,
que a diario recibe la inesperada visita
de un nuevo huésped.
Y cada recién llegado porta consigo
alegrías, tristezas, mezquindades
y un despertar insospechado.
Dales a todos la bienvenida y agasájalos,
aunque traigan consigo un vendaval de sufrimiento
que arrase violentamente tu casa,
y la despoje de todos sus enseres.
Acoge amablemente a todo huésped
porque ignoras quién será el mensajero
de las nuevas alegrías.
Abre los brazos
a todo pensamiento oscuro, a la vergüenza
y a la malicia, e invítales a entrar.
Y no olvides dar las gracias a quien llame a tu puerta
porque todos portan consigo un mensaje del infinito.”

Dar la bienvenida al síntoma como un mensajero de lo que permanece reprimido.
Este maravilloso escrito del místico sufí Rumi nos señala el camino. Crear un contexto para abrazar la sombra pasa por hacerlo desde un estado de centramiento. He incluido un enlace al artículo que incluye un ejercicio de estas características. Por supuesto no es el único. Podemos hacerlo también con una práctica de relajación, mindfulness etc.… Es decir recibir al “huésped” preparando la bienvenida. Del mismo modo que lo hacemos cuando preparamos una cena para alguien especial.
La práctica del centramiento como paso previo.
Los pasos son los siguientes:
1.- Centramiento o ejercicio de relajación. Especialmente dirigido a la conciencia corporal.
2.- Recordar un momento concreto en el que “despertó la bestia”
3.- Sentir el reflejo corporal, la sensación sentida y centrarme en ella.
4.- Si estoy centrado recibo la sensación y puedo abrazar la sombra desde un estado de aceptación no reactiva.
5.- Sigo sintiendo con curiosidad, calma, compasión, sólo centrado en la sensación, no ya en el recuerdo.
6.- Llevo una o ambas manos a la zona en que siento la sensación. Dejo que se vaya transformando o diluyendo.
Una vez hemos practicado suficientemente veces este ejercicio podemos llevarlo a la cotidianidad. En ese momento que nos asalta lo inesperado. Para hacerlo con destreza es necesario practicarlo varias veces en casa con recuerdos reales. Así conseguiremos abrazar la sombra cuando nos asalte inesperadamente en el día a día.

El centramiento nos permite estar CON la sombra y no EN ella.
El proceso en lo cotidiano es básicamente el mismo. La diferencia cuando ocurre en el día a día es que no nos da tiempo a preparar el contexto. Es por esto que debemos practicarlo antes. Con la práctica el centramiento se vuelve algo disponible de inmediato. Y la curiosidad amable el hilo conductor desde el cual nos relacionamos con lo reprimido.
Abrazar la sombra en la terapia de las adicciones.
Este ejercicio es importante para, por ejemplo, la terapia de las adicciones. Llamamos «craving» al impulso de consumir, por ejemplo un cigarrillo. Sostener el impulso durante unos segundos, y desde el estado de centramiento en la sensación corporal, tiene resultados sorprendentes. A los pocos segundos, el craving se va aflojando hasta desaparecer. Esto es estar CON la sombra en vez de dejarse llevar por ella.
Hasta aquí lo que es recomendable practicar en solitario. Cuando aprendemos a abrazar la sombra desde este estado de aceptación centrada podemos avanzar algo más. Es recomendable estar atentos a imágenes, recuerdos, pensamientos que puedan surgir espontáneamente. Es cuando el síntoma empieza a ponernos en contacto con la necesidad reprimida que empieza a sentirse escuchada. Sin embargo, esto ya requiere la intervención de un terapeuta especializado.
El ámbito relacional en el contacto con lo reprimido.
Ya señalé en el anterior artículo que el síntoma es el mensajero de una necesidad interna no satisfecha. De un modo parecido, la PNL propone el término intención positiva. Pero no es fácil abrazar esta apertura existencial pues no siempre esta intención positiva es accesible. Sin embargo partir de la confianza en esta presuposición es básico.
Para esto Gilligan propone lo que él llama mantras relacionales. Es decir, cuatro frases cortas que nos recuerdan la importancia de una relación amable y compasiva con el síntoma. Estos mantras relacionales abren el camino para abrazar la sombra:
1.- ¡”Qué interesante”!
2.- “Estoy seguro de que tiene sentido”
3.- “Algo intenta despertar (o curarse)”
4.- “Bienvenido”
(Del libro Trance Generativo de Stephen Gilligan)

El síntoma, además de mensajero, puede ser un protector de nuestras partes vulnerables.
El trance generativo comparte con la terapia sistémica la importancia de lo relacional. Estos mantras resumen la actitud al enfrentar el síntoma. No son, por supuesto, fórmulas exactas a repetir tal cual. Son más bien maneras de orientar la actitud en la relación con lo reprimido en nuestro interior.
El hombre que decía ser mentiroso.
Para ilustrarlo transcribo un fragmento central de una sesión de terapia. Como siempre cuento con el consentimiento del cliente y oculto el nombre.
Se trata de un hombre de mediana edad. Se identifica como un mentiroso. Esto le ocasiona vergüenza. La vergüenza es un modo encubierto de repudiar lo reprimido. Pero abrazar la sombra, también implica reconocer la función positiva de la vergüenza. Respondo a su intervención inicial:
– «Sí, como alguien que no dice la verdad sientes vergüenza, es bueno saberlo. ¿Pero…Quién más eres además de alguien que no dice la verdad?…. (1)…. ¿Puedes, por un momento, abrir un espacio para entrar en contacto con esta sensación? (… pausa… centramiento…) Desde ese alguien más que eres ¿Dónde sientes esa sensación?…alguien que no dice la verdad…
(Lleva las manos a la boca del estómago)
Después de unas palabras de reencuadre y acompañamiento dice algo muy interesante…
– “Me oculto en el mentiroso (2)” – Respondo:
– “Sí, ya veo que te ocultas en el mentiroso y te doy las gracias por aparecer (4º mantra). Seguro que tiene sentido que permanecieras oculto durante tanto tiempo (2º mantra). Y seguro que tienes mucho que decir (3er. Mantra). ¿Quién más eres además de alguien que ha permanecido oculto hasta ahora? (2).
– «Me viene…» (Aquí el cliente rompe a llorar)
Resumo lo que siguió a continuación. Emergieron recuerdos de su infancia en los que creyó ser menospreciado por sus padres. Digo expresamente creyó ser menospreciado. Cuando somos niños no tenemos las suficientes capacidades para comprender las conductas de papá y mamá. Incluso cuando estas conductas pudieran esconder una buena intención… pero una pésima forma de expresarlo.
Notas y comentarios a la sesión de terapia con la sombra.
(1) Es importante esta primera diferenciación entre conducta (decir mentiras) y la identificación con la conducta (soy mentiroso). En el reencuadre no es lo mismo alguien que no dice la verdad que un mentiroso. El segundo término tiene un matiz punitivo y moralista. El primero, es una conducta, no una etiqueta moralista. En este “es bueno saberlo” existe una aceptación de la vergüenza. Empieza el trabajo de abrazar la sombra como un reconocimiento. El cliente sabe que precisa un cambio pero llevamos esta necesidad al cambio de conducta. No al cambio de quién es.
La terapia de los sistemas de familia interna (IFS)

Podemos imaginar nuestros diferentes deseos como subpersonalidades.
(2) En la terapia de los sistemas de familia interna (IFS) se trabaja con la metáfora de las subpersonalidades o “partes”. Es decir, núcleos internos que parecen tener una idiosincrasia propia. Por ejemplo el glotón en la persona que reconoce tener un problema con el chocolate. Al identificar y poner nombre a una parte empezamos a reconocer implícitamente que “Yo soy algo más que esa parte” (Esto está también implícito en la pregunta “¿Quién eres además de alguien que no dice la verdad?”) Es un trabajo de desidentificación (aun cuando sea parcial) de esa parte. Esta desidentificación es un modo de estar con y no en. Y es en este modo de estar que empezamos a abrazar la sombra. Pero hay más.
En el IFS se reconocen dos categorías de subpersonalidades. Los protectores y los exiliados. Los exiliados son partes del sistema interno que permanecen escondidas sosteniendo un dolor profundo y no resuelto. Habitualmente referidas a momentos de la infancia especialmente difíciles, que el niño no supo entender y/o resolver. Es lo que trabajamos en la Terapia del Niño Interior . Los protectores representan partes que protegen al exiliado de vivir un dolor intenso. Con mejor o peor capacidad intentan preservar al exiliado de una exposición que pudiera resultar abrumadora. Sin embargo, al hacerlo, le sustraen la capacidad de aparecer, ser reconocido y empezar el camino de la sanación.
Generalmente, el protector es el síntoma. En este caso el mentiroso. El exiliado es ese ser vulnerable que permanece agazapado en lo reprimido.
Abrazar la sombra y la función positiva del síntoma
Hemos visto en el ejemplo cómo surgió el niño herido, abrazar la sombra es abrazar a ese niño herido. Como estrategia adaptativa aprendió, en este caso, a mentir. Por creerse no valorado por sus padres construyó una coraza. Pero esta coraza no era él, era un modo de protegerse… y estaba hecha de mentiras.
Poco a poco esta estrategia fue afianzándose y enraizando en su carácter. El personaje “mentiroso” le protegía de su miedo a sentirse abandonado, herido, menospreciado. Es el síntoma que perdura en la biografía emocional de la persona como un modo de protegerle. Abrazar la sombra es también abrazar a este personaje con su intención positiva… aun cuando no constructiva.
Quiero finalizar con un poema de Derek Walcott

La sombra como la parte complementaria de nuestra conciencia.
“Llegará el día en el que, jubilosamente,
te saludarás a ti misma llegando a tu propia puerta, en tu propio espejo.
Y cada una de vosotras sonreirá con la bienvenida de la otra.
Y os diréis: siéntate aquí, come.
Volveréis a amaros, a las extrañas que eráis vosotras mismas.
Le regalarás tu vino, le regalarás tu pan. Le devolverás tu corazón…
A ti misma, a esa extraña que siempre te amó.
Toda tu vida has ignorado, tomándola por otra,
a quien te conoce de corazón.
Baja las cartas de amor de la estantería,
las fotografías, las notas desesperadas;
saca tu propia imagen del espejo.
¡Siéntate, celebra la fiesta de tu vida! »
Hasta que llegue ese día, recibe un cordial saludo,
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Anterior artículo relacionado: Reconciliarme con mi sombra. Aceptar mi lado oscuro creativamente.
Abrazar la sombra, hacer de los defectos una virtud con la sabiduría del cuerpo. Terapia de trance generativo en Sabadell, Terrassa y online.