La causa de la procrastinación. Postergar, dejar para mañana (o después), consulta en Sabadell, Terrassa y online.

Cuando se acumulan las tareas podemos decidir evadirnos.
Para adentrarnos en la causa de la procrastinación (postergar), veamos una primera aproximación etimológica. Ésta nos lleva al latín, “procrastinare”. “Pro” (antes de) y “crastinum” (el día de mañana). También encontramos en griego el término “akrasia” . Este término, en griego antiguo se asoció a voluntad débil o descontrol. Sin embargo, más específicamente se define como un acto irracional. Es decir, conscientemente sabemos que queremos hacer X, pero hacemos Y.
Inicialmente la «acrasia» se refiere a la acción de hacer. Sin embargo, también puede referirse a decidir intenciones, deseos y opiniones. Aplazar una decisión, una intención o emitir una opinión.
Toda decisión implica una elección, Por lo tanto elegir algo y desechar (o aplazar) otro algo. Esto puede conducir a un estado interior de confusión. Y de aquí al dejar para después (o mañana) la elección. Esta es, pues, una primera aproximación (superficial aún) a la causa de la procrastinación.
Dejar para mañana y gestión de las emociones
La causa de la procrastinación tiene más que ver con una gestión deficiente de las emociones. No necesariamente hacemos o dejamos de hacer algo siempre por holgazanería. Esta teoría está sostenida por Timothy A. Pychyl y Paul Mason. En el libro, traducido al castellano como “La solución a la procrastinación” desarrollan esta hipótesis de trabajo.
Una lectura superficial de la causa de la procrastinación lo ha llevado al terreno de la gestión del tiempo. Y obviamente tiene repercusiones importantes en la economía de las tareas. Pero no es algo a solucionar con “técnicas” de “gestión del tiempo”. Esta es la aproximación del coaching. Por supuesto no quiere decir que no sea adecuada. Es, sencillamente una aproximación remediativa que pretende ser pragmática. A veces consigue el objetivo….pero no siempre.
Esta aproximación del coaching nos conduce a ocupar la mente en actividades productivas y planificadas. De esta manera, al tener un objetivo claro y el camino a emprender, las dudas no son tan perentorias. De un modo, entre cómico y cierto es lo que trasluce la frase:
Una mente ociosa es la antesala del infierno (o taller del diablo)
Tampoco es una maldición del carácter o un defecto que no pueda solucionarse.
El secreto, el verdadero secreto está en aprender a sostener las emociones. Y manejar nuestra actividad CON las emociones, no EN ellas y, obviamente menos NEGANDOLAS.
Dejar para mañana no es una maldición, el cerebro tiene sus prioridades.

Nuestro cerebro tiene su propia agenda
Algo en lo que incido a menudo en consulta es qué hacemos con lo que nos pasa. Cuando enfrentamos una situación que nos incomoda podemos aceptarla (no resignarnos) o reaccionar con algún tipo de incomodidad. Ninguna de las dos opciones facilita una solución pragmática. Pero sí puntos de partida muy distintos.
Desde la primera posición podemos plantearnos medidas desde un estado de ecuanimidad. Sea cual sea la decisión no empeorará nuestro estado de ánimo. Y es más, partir de un estado interior más relajado siempre facilita la toma de decisiones. Y para entender la causa de la procrastinación, la información es importante.
Nuestro cerebro es un gran “currante”
Nuestro cerebro tiene una prioridad principal, coordinar nuestra supervivencia. Si pensáramos en la multitud de funciones vitales que dirige sin darnos cuenta seríamos conscientes de lo atareado que está. Y para hacerlo con máxima eficacia una de las tácticas que utiliza es ahorrar energía. Y para conseguirlo, recurre a lo conocido, lo que no exige un gran esfuerzo.
Esta no es una conducta que nos resulte extraña. Es normal que en situaciones de estrés, nos comportemos como estamos más acostumbrados a hacerlo. Aun cuando sea ineficiente.

Nuestro cerebro cumple con muchas tareas.
Para superar esto debemos poner algo de conciencia pues estamos hablando de un hábito muy arraigado. Mel Robbins enfatizó el poder de las decisiones conscientes en su libro: «El poder de los cinco segundos”. Para esta autora la causa de la procrastinación está en el excesivo rumiar. No creo en que siempre sea este el origen del dejar para después. Sin embargo facilita una práctica que, en algunos casos, puede funcionar.
Postula la existencia de una ventana de 5 segundos entre la intención y la acción. Si podemos intervenir en esta ventana de 5 segundos, interrumpiremos el bucle del hábito. Y en este caso del dejar para después.
Para hacerlo propone, cuando surge la oportunidad de tomar una decisión, efectuar una cuenta regresiva. Sólo una cuenta atrás 5-4-3-2-1 y emprender la acción/decisión. Es un modo de evitar la parálisis por un excesivo análisis.
Sin embargo no existe solo una causa de la procrastinación. Veamos otro modo de entenderla.
La causa de la procrastinación y las estrategias de motivación.
Aquello que nos motiva difícilmente lo “dejaremos para mañana”. Esto parece una obviedad, y lo es en algunos casos… pero no en todos. Existen tres variables importantes que están en el origen de este dejar para después:
– OBJETIVO.
– TAREA.
– TIEMPO.
La causa de la procrastinación en el objetivo.
Para que nos motive, debe fundamentarse en valores personales. Es decir en aquello que consideramos importante. Los valores son la fuente de la motivación interna, la más genuina.
Cuando es algo que “debemos” hacer aun cuando no nos guste deberíamos buscar factores motivacionales externos. Dicho de otro modo qué beneficios conseguimos con el logro. También es posible focalizarnos en qué evitamos.
En la causa de la procrastinación, a menudo tenemos objetivos poco claros o motivadores. Es importante, para este paso, el tener objetivos claramente formulados, realistas y motivadores. Es lo que he apuntado al principio una aproximación de coaching.
He escrito varios artículos sobre la formulación de objetivos. Anexo enlace al último de la serie en el que puedes encontrar un vínculo al resto: Formulación de objetivos, coaching y recursos adicionales
Cuando dejamos para mañana por la tarea.

A veces la procrastinación tiene que ver con el objetivo, a veces con las tareas.
En este contexto entiendo tarea como el proceso para conseguir un objetivo. No siempre la tarea es atractiva, aun cuando sí pueda serlo el objetivo. Al ir desplegando la tarea (presente) o antes de hacerlo (futuro) podemos desarrollar sentimientos de inseguridad. Aquí puede aparecer el vínculo procrastinación/baja autoestima /inseguridad. Es el diálogo interno del tipo “no soy capaz de”, “no lo haré bien”…. Incluso se puede entremezclar con el llamado síndrome del impostor.
Si bien falta de confianza y síndrome del impostor pueden ser causa de procrastinación, no son lo mismo. En la primera emerge una inseguridad para desplegar una tarea o conseguir un objetivo. Es normal la falta de confianza cuando empezamos algo que nunca antes habíamos hecho.
En el síndrome del impostor la persona es alguien alta o suficientemente cualificado para esa tarea u objetivo. Incluso pudiera ser alguien con experiencia más que suficiente…. Pero aún y así teme no estar a la altura o… ser “descubierto” como un fraude.
Otro elemento importante causa de procrastinación es la ansiedad. En el fondo de esta se instala un temor anticipatorio. Es decir, aún no hemos iniciado la tarea y ya nos ponemos en lo peor. En términos humorísticos el aforismo principal de la “Ley de Murphy”: “Si algo puede salir mal, saldrá mal (y además lo hará en el peor momento posible)”
Cuando la causa de la procrastinación es el factor tiempo:
Resumiendo mucho podemos entender el futuro en tres parámetros: Corto, medio y largo plazo. Como norma general, cuando nos planteamos un objetivo a largo plazo cuesta más mantener la motivación. Esta bien pudiera ser la causa de procrastinación en algunos casos: Objetivos temporalizados a largo plazo.

Es aconsejable, en objetivos a muy largo plazo, fraccionar las diferentes etapas.
Como norma general, cuando hablamos de formulación de objetivos, uno de los parámetros es la temporalización. Si quieres saber más sobre este concepto puedes ampliar en el siguiente artículo:
Formulación de objetivos con coaching y pnl.
La temporalización de un objetivo cumple una triple función:
En primer lugar: Focaliza la energía mental y emocional poniéndole unos límites.
En segundo lugar: Desmembrar un objetivo a largo plazo en etapas más cortas facilita la sensación de consecución. Cada etapa finalizada, y la sensación de logro (aun cuando sea parcial) incrementan la motivación. La motivación es uno de los motores que pueden frenar las causas de la procrastinación.
En tercer lugar: Constatar si vamos cumpliendo o no los plazos. Y, en su caso, los factores correctivos a aplicar.
En el siguiente artículo veremos la causa de la procrastinación según la estrategia que usemos para motivarnos. Lo veremos también con un ejemplo práctico.
Hasta entonces, recibe un cordial saludo,
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Anterior artículo relacionado: Autosabotaje y procrastinación. Terapia para no dejar para después.
La causa de la procrastinación. Postergar, dejar para después (o mañana), consulta en Sabadell, Terrassa y online.