Evolución y despertar en tiempos de crisis, Coaching generativo y PNLen Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach.
Peligro y oportunidad. Los caracteres que definen las crisis.
No hace mucho se popularizó el concepto crisis como oportunidad. De hecho la palabra en chino se compone dos caracteres: “peligro” y “oportunidad”. Hasta aquí la teoría que, como siempre, es muy bonita. Pero, ¿cómo materializar esto en épocas de auténticas crisis?
¿Es posible evolucionar y despertar en tiempos de crisis?
En este post presento las bases de este monográfico de coaching generativo: Evolucionar y despertar en tiempos de crisis. Durante el taller profundizaremos, con herramientas específicas, en esta posibilidad.
Evolución y despertar en tiempos de crisis. La oportunidad del coaching generativo.
El coaching, inicialmente, se dirigió al cambio de los comportamientos. Para esto era necesario (a veces aunque no siempre) revisar el nivel de las capacidades y habilidades.
Más tarde se descubrió la importancia de las creencias. Por ejemplo, si creoque soy incapaz de hablar en público, no lo haré. Y esto aun cuando tenga las capacidades y habilidades necesarias.
Sin embargo, y especialmente gracias a Robert Dilts y Stephen Gilligan, esta modalidad de terapia alcanzó niveles más profundos. El llamado nivel de la identidad. El ¿quién soy yo?. O más bien dicho ¿quién CREO que soy?
En el monográfico evolución y despertar en tiempos de crisis ahondaremos en las diferentes implicaciones de este nivel.
El no valgo, no merezco, no soy bienvenido, no tengo nada especial que aportar….
El «no soy suficiente, merecedor» etc… mensajes que limitan la identidad.
En el subtítulo algunos de los mensajes que más atentan a nuestra identidad. Este tipo de mensajes suelen estar profundamente enraizados en el subconsciente. Es por esto que la formulación en palabras es solamente eso, palabras. Sin embargo están presentes de un modo sutil.
En el monográfico “evolución y despertar en tiempos de crisis” trabajamos desde este nivel. Veremos a continuación las expresiones externas de una identidad parcialmente limitada. Pero antes te invito a explorar dos de mis anteriores artículos:
En estos ahondé en el concepto de subpersonalidad.La subpersonalidad es una constelación de creencias mediante las cuales nos identificamoscon una característica nuestra. Por ejemplo: “soy perezoso”, “soy impaciente”, “soy poco constante”, “soy fumador”. Existen otras aún más dañinas como: “soy culpable de”, “soy una carga”, “soy invisible”, “soy incapaz de ser feliz”… Estas junto con las expresadas en el título son creencias que afectan al nivel más profundo de nuestra identidad.
Si yo me identifico con una característica, por ejemplo, soy desconfiado, me niego la otra posibilidad. Es decir no puedo confiar pues yo SOY desconfiado. Este tipo de mensajes surten efecto a un nivel inconsciente muy profundo. Es tanto como decir:
A/ Soy hombre. B/ Los hombres no vuelan. C/ Luego yo no puedo volar.
Es el tipo de “razonamiento” que discurre en el nivel de la identidad. Es por esto que en evolución y despertar en tiempos de crisis utilizamos el concepto “salir de la caja”.
Salir de la caja, necesario y difícil en tiempos de crisis.
Un cliente, una vez me preguntó: ¿Por qué hacer este esfuerzo extra por “salir de la caja” en tiempos de dificultad? La respuesta es sencilla. Porque estamos programados para, en situaciones de estrés, volver a conductas y actitudes conocidas, aun cuando no funcionen. Incluso aun cuando nunca hayan funcionado. Es donde ponemos la conciencia en el taller evolución y despertar en tiempos de crisis.
Salir de la caja o de la zona de comodidad.
Freud llamó a esta vuelta a conductas conocidas como “compulsión de repetición” En el pensamiento Freudiano este concepto tiene implicaciones que van más allá. Sin embargo, en su núcleo esencial de consecuencias inmediatas nos lleva a repetir conductas y actitudes improductivas. Y más aún en situaciones de estrés. Y el estrés es la primera reacción que surge en tiempos de dificultad.
Cada vez que nos sentimos en peligro volvemos a lo conocido. Es como “volver a casa”. Y sé que esto puede parecer una respuesta irracional, yo diría que más que irracional es a/racional. Es decir, obedece a un impulso distinto al del “razonamiento”. En castellano existe un refrán que lo ilustra a la perfección: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Y estos programas siguen anclados y son tan poderosos porque están incrustados en nuestra identidad. En la definición secreta que tenemos de nosotros mismos.
Aun cuando parezca extraño, el despertar y la evolución son más posibles en tiempos de crisis.
Emerger de nuestra propia identidad, implica salir de la caja en la que estamos instalados. Como si fuera una cárcel de oro porque nos facilita una falsa seguridad. En el monográfico evolución y despertar en tiempos de crisis facilitamos este proceso de un modo seguro. Con prácticas específicas y comprobadas.
¿Por qué evolución y despertar en tiempos de crisis?
Para Darwin la evolución de las especies se debía a un mecanismo de adaptación que llamó la selección natural. Es decir, que, cuando
Sobrevive quien tiene mayor capacidad de adaptarse, no el más fuerte.
las variables del entorno son amenazadoras, sobreviven los organismos con mayor capacidad de adaptación. Por supuesto que Darwin lo contempló bajo el punto de vista de la supervivencia física. Pero también es extrapolable a los factores de bienestar y avance en otros aspectos de la existencia.
La evolución, en última instancia, tiende a un avance continuo en el que está implicada la identidad. Y es en tiempo de dificultad cuando más acuciante esta esta necesidad de adaptación.
En PNL existe un aforismo que dice: «Si haces siempre las mismas cosas, obtendrás los mismos resultados». En el programa de evolución y despertar en tiempos de crisis estudiaremos y practicaremos qué cosas nuevas podemos hacer. Y como resultado de lo anterior, generar nuevas transformaciones.
Programa evolución y despertar en tiempos de crisis. Fechas y datos prácticos.
¿Cuándo y dónde?
Fechas: Aún por determinar
Horarios: El viernes empezaremos por la tarde a las 18h y terminaremos a las 21h El sábado haremos por la mañana de 10 a 14 y retomaremos por la tarde de 16 a 20h. El domingo el horario será de 10 a 14h.
Dónde: Instalaciones de Espai Obert, C/ Les Valls 28, 4º-6ª 08201 Sabadell
Imparte: Equipo de coaching de Institut Integratiu
Inversión: 150.- €
Si precisas de más información puedes contactar conmigo:
Robert Johnson en su libro “Aceptar la sombra de tu inconsciente” nos habla del Arquetipo de la sombra. Y nos cuenta una triste historia:
El agua. Arquetipo de vida, sanación y purificación
El Agua de la Vida brotaba libre y alegre a través de un pozo. Esta Agua tenía virtudes sanadoras y revitalizantes de las que se beneficiaba todo aquel que bebía de ella. Y ella, en su generosidad, se ofrecía a todo aquel que se acercara para conocerla.
Pero unos usureros pretendieron aprovecharla.
Levantaron vallas alrededor del pozo y la comercializaron.
El Agua enfadada, decidió brotar a través de otro pozo. Y así, la que manaba del pozo inicial, perdió todas sus mágicas propiedades.
Sin embargo, sucedió lo mismo con otros usureros. Y así seguió sucediendo. De este modo, el Agua de la Vida sigue apareciendo, cada vez, en lugares insospechados donde nadie pueda enriquecerse con usura de ella.
Y los pozos que va dejando, a su paso, solo ofrecen agua turbia. Sin embargo, el Agua sigue manando en algún lugar y está lista, siempre para ser recibida.
¿Qué tiene que ver esta metáfora con nuestra psicología?
Esta historia nos habla de los intereses egocéntricos por apoderarse de un bien que pertenece a la Vida. Nuestro ego actúa de un modo parecido. Ignora algunas zonas de nuestra psique. Todo aquello que no obedezca a los intereses egocéntricos es reprimido, negado, sepultado. De tal modo que, aquello que era en un principio algo natural, se vuelve turbio. Tal y como sucede en los pozos de los que ya no mana el Agua de la Vida. Así nace en nosotros el arquetipo de la sombra.
De este modo construimos un guión de vida en el que lo reprimido sigue influenciándonos. Pero lo hace de un modo inconsciente y, generalmente, poco constructivo. Aceptar la sombra es el primer paso para su integración de un modo constructivo.
La sombra de tú inconsciente y el lugar en el que brota el Agua de la Vida
Ese lugar donde podemos encontrar el Agua no está muy lejos.
En nuestro inconsciente el arquetipo de la sombra espera a ser descubierto
Está más cerca de lo que sospechamos, solo que… un poco escondido. Es, efectivamente, nuestro inconsciente. Y en él, Jung postuló la existencia de algo que llamó el arquetipo de la sombra. Más específicamente dejó escrito:
“La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y que, sin embargo, le fuerza una y otra vez, directa o indirectamente.”
¿Cómo puedes encontrar indicios del arquetipo de la sombra de tu inconsciente?
Imagina que alguien, con su conducta o actitud te exaspera en sobremanera. Aun cuando pueda parecer una persona molesta, si tu respuesta emocional es exagerada, esa es una pista. La sombra de tu inconsciente reacciona como una herida al contacto con agua salada. ¡¡Escuece!!. Esa conducta, esa actitud está entonces en ti, en tu sombra. Esta respuesta emocional es conocida como proyección de la sombra
Puede parecer algo contradictorio aceptar la sombra de tu inconsciente. Sin embargo, es importante aclarar que reconocerno quiere decir actuar según su dictado.
La luz de la sombra de tu inconsciente.
Por otra parte, aunque de esto hablaré en otro artículo, también podemos “reconocer” en otros partes maravillosas que nos negamos. Es importante aquí destacar que, en sí, lo que rechazamos en nosotros no tiene por qué ser algo negativo.
Las cualidades negadas a la masculinidad por el patriarcado yacen en una sombra luminosa.
Por ejemplo, un hombre que (por los dictados del patriarcado) rechace en sí su sensibilidad, ternura, delicadeza… es fácil que se enamore de una mujer que manifieste estas cualidades. De hecho el enamoramiento, según la psicología analítica, es visto como una proyección de lo luminoso en otra persona.
Reconocer y aceptar la sombra, “el tío del gimnasio”, un ejemplo.
Voy a relatar un diálogo con un cliente en consulta (por supuesto es un resumen. Cuento con su permiso y mantengo el más estricto anonimato).
El consultante acude a un gimnasio regularmente. Un día apareció en esas instalaciones un hombre que le exasperó de un modo exagerado. Así que, indagué un poco.
Este fue más o menos el diálogo que sostuvimos.
Cliente: Entonces apareció por ahí ese tío. Andando como un pavo real. Josep: ¿Cómo crees que anda un pavo real? C: Pues llamando la atención, contoneándose, en plan chulo. J: Y eso te molesta C: Sí, mucho. J: ¿Y cómo es ese mucho en una escala del 1 al 10? C: Pues…. (Aquí se detuvo un poco…) ¡Yo diría que un 9! J: Un nueve por alguien que ni siquiera se metió contigo. Sólo por su forma de andar C: Sí, pero es que (y aquí enfatizó lo que ocurría) ¡¡Iba llamando la atención!!
El arquetipo de la sombra filtra y distorsiona nuestra percepción de la realidad
Es curioso como el “llamar la atención” pueda molestar tanto a
Aprender a reconocer la sombra para tomar conciencia de cómo distorsiona la realidad.
alguien. Pero hay algo más. “Andar contoneándose” puede ser una descripción de hechos. Sin embargo, inferir de ello que quería llamar la atención es una interpretación, algo que dedujo el cliente a partir de sus filtros personales.
Por otra parte, su radical rechazo apuntaba a algo más. Conozco al cliente y sé que es un hombre extremadamente discreto, cauteloso y reservado, así que le lancé el reto.
Aceptar la sombra de tu inconsciente, “llamar la atención”
J: ¿Tú nunca has querido llamar la atención? C: Bueno… sí pero no de esa manera…. J: Y cuando lo has querido… ¿lo has hecho? C: Pues no, creo que cada cual debe arreglar sus propios problemas.
“Cada cual debe arreglar sus propios problemas”.
Esto, por supuesto, es una creencia, y en un hombre, aunque joven, “clásico”, suele ser un indicio de que no quiere mostrar su vulnerabilidad.
Es aquí donde apareció su sombra. “Llamar la atención”, para mi cliente, equivale a “necesitar la ayuda de los demás”. A esto en PNLse le llama una equivalencia compleja . Él sólo desea llamar la atención cuando tiene algún problema entre manos, pero, por supuesto no se lo permite. Sin embargo, su deseo de compartir, de ser aliviado acaso, existe… en su arquetipo de la sombra.
Ocupar “todo el espacio disponible”
C: Pues sí, llegó colocó su toalla en un aparato de musculación y se fue a hacer bici. J: ¿Te molestó eso? C: Pues ¡es evidente! (cuidado con las afirmaciones vehementes, suelen esconder algo “sombrío»). ¿Qué derecho tiene a ocupar todo el espacio? (Ahora una generalización) J: ¿Todo el espacio? C: Bueno… ya me entiendes, si está en la bici ¿por qué tiene que ocupar con su toalla otro aparato que podría utilizar otra persona? J: Bueno… si llega otra persona le puede decir que aparte la toalla, ¿no te parece? C: Sí claro, ¡a mí también me gustaría! tenerlo todo a mi disposición, pero no se debe hacer eso.
Importante este párrafo. El cliente no deja de tener razón, pero…
¡Aquí no interesa la razón, interesa lo que surge!.
En primer lugar indica: “¡a mí también me gustaría…”! y es obvio y razonable que en un lugar con recursos compartidos, a todos nos gustaría tenerlos a nuestra disposición en todo momento. Recordemos que aceptar la sombra no quiere decir seguir su dictado, sólo reconocerla.
Sigue con un “pero”. El pero en una frase, a efectos psicológicos, desvirtúa lo afirmado previamente (1). El “a mí también me gustaría” (la reivindicación de la sombra) queda como ninguneado al efecto de ser reconocida.
“No se debe”. Nos encontramos con lo que en terapia Gestalt denominamos un “introyecto”. Mandatos generalizados e impuestos sobre lo que se debe y no hacer. Fritz Perls, el padre de la terapia Gestalt los llamó los “Debería”.
Pero hay más…. (Por eso elegí este ejemplo). Siguió quejándose de algo de lo que en el fondo tenía razón, pero….
Aceptar la sombra de tu inconsciente para reconocer el tesoro que encierra.
El tesoro oculto en la sombra.
Veremos a continuación la sinuosidad con la que se mueve la sombra. Recordemos que solamente ponemos la atención en reconocer y aceptar la sombra, no en si tiene o no razón. El siguiente fragmento descubre algo interesante aunque no evidente.
C: El “tío” estaba ahí, mirando a todo el mundo y a todo. ¡Lo estaba controlando todo! (De nuevo una interpretación. Que “mire todo” no quiere decir necesariamente que “controle todo”) J: ¿Y qué hay de malo en que mire a todo el mundo? ¿Eso quiere decir, necesariamente que “lo controle todo?”. C: Bueno…. ¡lo parece! J: ¿Lo parece o te lo parece a ti? (Le reto a que traslade la generalización a la asunción de su responsabilidad por su interpretación) C: Bueno… ¡me lo parece a mí, pero eso es de mala educación! (De nuevo un introyecto).
El arquetipo de la sombra y nuestras potencialidades no desarrolladas.
No seguiré con toda la transcripción. En este punto destacar que es típico en una persona extrovertida estar mirando su entorno. El extrovertido dirige su atención hacia el exterior. El introvertido, al contrario, dirige su atención hacia su interior. El cliente, un típico introvertido ve a un extrovertido, son la cara y la cruz de una misma moneda.
Y este es un aspecto muy interesante de la sombra. La posibilidad que nos ofrece de completarnos. Así, un introvertido hará bien en intentar aprender de la actitud extrovertida y viceversa. Pero mientras no reconozca esta posibilidad y siga viendo a “los del otro extremo” como enemigos, perderá una ocasión de oro.
Aceptar el arquetipo de la sombra. ¿Para qué hacer consciente lo inconsciente?
Hacer consciente lo inconsciente libera la energía que utilizamos para reprimirlo. De igual manera, al aceptar la sombra de tu inconsciente te vuelves una persona más completa. Como dijo Jung:
“Prefiero ser un hombre completo a un hombre bueno”.
Reconocer nuestra totalidad nos da la oportunidad de elegir
Reconciliarse con la sombra interior
conscientemente. En el otro extremo, las actitudes maniqueístas y moralizantes conducen, a menudo, a conductas depravadas. No hace falta ahondar demasiado en los oscuros episodios que vive actualmente la iglesia católica. Solamente como un ejemplo entre otros tantos, por supuesto.
También es cierto que con este reconocimiento no termina todo el trabajo interior. Es, no obstante, un primer paso y, a veces el más difícil.
¡¡Ah!!, y si te ha gustado y te apetece, te invito a compartir el artículo. También comentar y/o puntuar con las estrellas en el resumen que encontrarás más abajo.
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¿Por qué repetimos patrones de conducta? Psicoterapia Sabadell, Terrassa y online. terapia de guión de vida y patrones compulsivos. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach.
La compulsión nos engulle en un sin sentido.
Vimos en el artículo anterior la influencia de dos elementos, a menudo inconscientes, que dirigen nuestra conducta. Los actos compulsivos y las necesidades no resueltas. Los primeros una consecuencia de lo que Freud llamaba Neurosis obsesiva y su hipótesis acerca de la causa original. Posteriormente, a principios de 1970, el término se modificó por el hoy conocido como Trastorno Obsesivo Compulsivo (T.O.C).
La terapia Gestalt, con su particular distanciamiento de los diagnósticos tipificados, aporta algo nuevo. Una aproximación acerca de la etiología del “trastorno” obsesivo-compulsivo que le otorga dirección y sentido. Seguimos con la serie de artículos dirigidos a responder la pregunta: ¿Por qué repetimos patrones de conducta?
Veremos en este artículo, especialmente, las hipótesis formuladas por el Guión de Vida y las terapias transgeneracionales. El guión de vida es una propuesta que popularizó el Análisis Transaccional. En cuanto a las segundas veremos las tres grandes modalidades de intervención terapéutica.
¿Por qué repetimos patrones de conducta? El guión de vida
En términos generales todas (o casi todas) las personas vivimos en lo que se conoce como un guión de vida. El guión de vida nos coloca como unas gafas de colores que hace que interpretemos la realidad de un modo personal. Y esto es así en función de lo que llamamos mandatos del guión.
Por supuesto estos mandatos son inconscientes. Y se van configurando en nuestro interior sobre la estructura de lo que vivimos durante dos periodos de vida:
– En primer lugar, y muy especialmente, durante la primera infancia. – A continuación durante la adolescencia.
De pequeños tomamos «decisiones» que construyen el guión de vida.
Se trata de momentos vitales delicados, por diferentes motivos, pero que nos hacen muy influenciables. En estos momentos se establece la estructura que moldea la posterior repetición de patrones de conducta.
Nuestro guión orienta nuestra atención hacia aspectos de la realidad, obvia otros e incluso distorsiona otros hechos. Como consecuencia final construimos generalizacionessobre “lo que nos pasa”. Así pues se trata de un argumento vital que dirige el modo en que percibimos la realidad.
Consecuentemente, esta percepción sesgada de la realidad origina una actitud y unas creencias. Finalmente esta actitud y creencias configuran unas elecciones y un determinado comportamiento.
He resumido sucintamente el proceso que responde a la pregunta: ¿Por qué repetimos patrones de conducta? según la teoría del guión de vida.
El Guión en acción. Los patrones se van afianzando.
Todo estos pasos obedecen a dinámicas inconscientes que se instalan en nuestro interior, como ya he señalado antes, desde muy pequeños. Y es precisamente por esta dinámica inconsciente que ocurren dos cosas:
– Sin darnos cuenta hacemos elecciones y repetimos actitudes y conductas. – Estas elecciones, como están influenciadas por el guión, generan situaciones acorde con los mandatos del mismo. Así pues se afianza una especie de bucle que se repite con diferentes personajes pero con una misma esencia. De este modo aparece eso que algunos llaman “profecías auto cumplidas”.
Las profecías auto cumplidas se estructuran sobre el argumento del guión de vida.
Son procesos inconscientes que repetimos por una necesidad básica de coherencia impulsada por el subconsciente personal. Existen incluso frases y coletillas populares que nos remiten a esto: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”, “lo que se ha hecho de siempre (toda la vida)” etc…
Ver y salir de estos roles no es algo fácil, precisa, casi siempre, un trabajo terapéutico. Esta es una respuesta generalizada a la pregunta: ¿Por qué repetimos patrones de conducta? según la teoría del guión de vida.
Las terapias transgeneracionales, psicogenealogía, meta-genealogía y constelaciones familiares
Las terapias transgeneracionales ofrecen otro tipo de respuesta a la pregunta ¿por qué repetimos patrones de conducta? En la actualidad tres son las grandes modalidades: Psicogenealogía, meta genealogía y constelaciones familiares. Con algunas diferencias las tres buscan la respuesta en las heridas familiares.
La respuesta de la psicogenealogía
Ann Anceline Schützenberger fue la precursora de esta modalidad terapéutica, la psicogenealogía. Psicóloga de formación psicoanalítica incluyo la visión transgeneracional en su praxis terapéutica. Ideó el método del genosociograma. Básicamente se trata de un árbol genealógico en el que señalar las fechas especialmente relevantes. Tanto para “bien” como para “mal”.
Estas fechas relevantes suelen ser indicadores de sucesos que transcurren paralelamente en el tiempo. Así, una de sus primeras clientas desarrolló un cáncer a la edad de 35 años, a la misma edad que su madre. Es lo que ella llamó el síndrome del aniversario que incluye las lealtades familiares. Procesos todos de origen inconsciente.
Según la psicogenealogía, las lealtades familiares las transmite la madre embarazada al feto.
Así la respuesta a ¿Por qué repetimos patrones de conducta? se fundamenta en la existencia de una memoria transgeneracional. Según Schützenberger el feto, en el útero materno, sueña lo mismo que la madre. Es a través del mundo onírico que recibe las influencias del inconsciente familiar.
A efectos prácticos conviene señalar que Schützenberger delimita este trabajo a encontrar la respuesta a la pregunta ya señalada: ¿Por qué repetimos patrones de conducta? Es decir, se trata de una investigación preliminar que señala por dónde debe ir el posterior proceso terapéutico.
Jodorowsky la Meta genealogía
Autor controvertido y debatido en la comunidad psicoterapéutica. Jodorowsky viene del mundo del teatro. También utiliza el árbol genealógico como la base de su investigación. Para Jodorowsky llevamos inscrito el árbol en el cuerpo tanto como en lo mental y emocional.
El fundamento de su praxis estriba en la frase “Yo soy toda mi familia”. Esto conlleva consecuencias sistémicas de gran calado (siempre según Jodorowsky). Sostiene que cuando una persona del sistema familiar adquiere y resuelve un conflicto, todo el sistema familiar se beneficia.
Según su hipótesis, el saber ¿Por qué repetimos patrones de conducta? ya es de por sí resolutivo. Sin embargo, refuerza el proceso terapéutico con lecturas de tarot y rituales simbólicos. Es lo que él llama “psicomagia”, práctica intrínsecamente ligada a su Meta genealogía.
Bert Hellinger y las Constelaciones Familiares.
Bert Hellinger, fue el creador de las constelaciones familiares. De formación teólogo y filósofo ejerció de misionero hasta que abandonó el clero. Se formó en psicoanálisis, dinámicas de grupo y terapia familiar sistémica de donde se inspiró para formar su propuesta terapéutica.
El amor ciego está en la base de la repetición de conductas e historias familiares.
Su formación y vocación espiritual aparece en la esencia de su método cuando otorga un papel predominante al alma. Y aun cuando la vincula a la persona, también la reconoce como ente independiente y con dinámica propia. En su libro “Órdenes del amor” indica explícitamente:
“Este alma consciente que sobrepasa y dirige al individuo, busca y encuentra soluciones que superan, con mucho, aquello que nosotros podemos imaginar…”
Así señala a esta como el agente terapéutico que aporta la solución y también la respuesta a la pregunta ¿Por qué repetimos patrones de conducta?.
La clave está en lo que Hellinger llamó “amor ciego”. Su dinámica es, idéntica a las “lealtades invisibles” de la psicogenealogía. Se diferencia en su etiología.
El bebé, al nacer, ama incondicionalmente a su padre y madre. Podemos entenderlo como una predisposición del alma. Y también como una estricta función de supervivencia. Este amor sienta las bases de la lealtad incondicional al sistema familiar. Lealtad que va más allá de las vicisitudes relacionales.
Esta lealtad fue llamada por Hellinger “amor ciego”. Así, ya de pequeños, ansiamos secretamente la felicidad de mamá y papá. Y para conseguir esto, el hijo puede llegar a cargar inconscientemente con los problemas paternos. Esto conlleva sacrificios, identificaciones y lealtades invisibles.
Esta dinámica responde a la pregunta: ¿Por qué repetimos patrones de conducta? señalando a problemas del sistema familiar no resueltos. Pero el niño no elige conscientemente estas conductas, vienen condicionadas por el amor ciego. Y se reiteran en la edad adulta.
Conclusión ¿Es posible modificar nuestros patrones de conducta?
Cada escuela terapéutica formula su modalidad de intervención. Algunas hacen más énfasis en responder a ¿Por qué repetimos patrones de conducta? Otras, sencillamente, plantean modificar estos guiones vitales. Cada persona es diferente, y en función de sus inquietudes internas únicas, puede prevalecer una u otra orientación.
Conocer nuestra biografía emocional y familiar para reconciliarnos con ella y nosotros.
Sin embargo hay algo que debe prevalecer. No existe un guión de vida o patrón de conducta que, en su esencia, sea mejor o peor. Todos tienen inmensos potenciales y peligros vertiginosos. La práctica terapéutica irá orientada a tomar conciencia de los aspectos constructivos en la vida del consultante. En cada caso podemos verificar el aforismo “en el síntoma podemos encontrar la solución”.
En el próximo post trataré el llamado “proceso de la cuadrinidad”. Una de las propuestas terapéuticas más versátiles y pragmáticas. Responde a la pregunta ¿Por qué repetimos patrones de conducta?. Y propone cómo dejar de cometer los mismos errores.
¿Por qué repetimos patrones de conducta? Psicoterapia Sabadell, Terrassa y online. Terapia de guión de vida y patrones compulsivos. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach.
Evolución y despertar en tiempos de crisis, Coaching generativo y PNLen Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach.
Peligro y oportunidad. Los caracteres que definen las crisis.
No hace mucho se popularizó el concepto crisis como oportunidad. De hecho la palabra en chino se compone dos caracteres: “peligro” y “oportunidad”. Hasta aquí la teoría que, como siempre, es muy bonita. Pero, ¿cómo materializar esto en épocas de auténticas crisis?
¿Es posible evolucionar y despertar en tiempos de crisis?
En este post presento las bases de este monográfico de coaching generativo: Evolucionar y despertar en tiempos de crisis. Durante el taller profundizaremos, con herramientas específicas, en esta posibilidad.
Evolución y despertar en tiempos de crisis. La oportunidad del coaching generativo.
El coaching, inicialmente, se dirigió al cambio de los comportamientos. Para esto era necesario (a veces aunque no siempre) revisar el nivel de las capacidades y habilidades.
Más tarde se descubrió la importancia de las creencias. Por ejemplo, si creoque soy incapaz de hablar en público, no lo haré. Y esto aun cuando tenga las capacidades y habilidades necesarias.
Sin embargo, y especialmente gracias a Robert Dilts y Stephen Gilligan, esta modalidad de terapia alcanzó niveles más profundos. El llamado nivel de la identidad. El ¿quién soy yo?. O más bien dicho ¿quién CREO que soy?
En el monográfico evolución y despertar en tiempos de crisis ahondaremos en las diferentes implicaciones de este nivel.
El no valgo, no merezco, no soy bienvenido, no tengo nada especial que aportar….
El «no soy suficiente, merecedor» etc… mensajes que limitan la identidad.
En el subtítulo algunos de los mensajes que más atentan a nuestra identidad. Este tipo de mensajes suelen estar profundamente enraizados en el subconsciente. Es por esto que la formulación en palabras es solamente eso, palabras. Sin embargo están presentes de un modo sutil.
En el monográfico “evolución y despertar en tiempos de crisis” trabajamos desde este nivel. Veremos a continuación las expresiones externas de una identidad parcialmente limitada. Pero antes te invito a explorar dos de mis anteriores artículos:
En estos ahondé en el concepto de subpersonalidad.La subpersonalidad es una constelación de creencias mediante las cuales nos identificamoscon una característica nuestra. Por ejemplo: “soy perezoso”, “soy impaciente”, “soy poco constante”, “soy fumador”. Existen otras aún más dañinas como: “soy culpable de”, “soy una carga”, “soy invisible”, “soy incapaz de ser feliz”… Estas junto con las expresadas en el título son creencias que afectan al nivel más profundo de nuestra identidad.
Si yo me identifico con una característica, por ejemplo, soy desconfiado, me niego la otra posibilidad. Es decir no puedo confiar pues yo SOY desconfiado. Este tipo de mensajes surten efecto a un nivel inconsciente muy profundo. Es tanto como decir:
A/ Soy hombre. B/ Los hombres no vuelan. C/ Luego yo no puedo volar.
Es el tipo de “razonamiento” que discurre en el nivel de la identidad. Es por esto que en evolución y despertar en tiempos de crisis utilizamos el concepto “salir de la caja”.
Salir de la caja, necesario y difícil en tiempos de crisis.
Un cliente, una vez me preguntó: ¿Por qué hacer este esfuerzo extra por “salir de la caja” en tiempos de dificultad? La respuesta es sencilla. Porque estamos programados para, en situaciones de estrés, volver a conductas y actitudes conocidas, aun cuando no funcionen. Incluso aun cuando nunca hayan funcionado. Es donde ponemos la conciencia en el taller evolución y despertar en tiempos de crisis.
Salir de la caja o de la zona de comodidad.
Freud llamó a esta vuelta a conductas conocidas como “compulsión de repetición” En el pensamiento Freudiano este concepto tiene implicaciones que van más allá. Sin embargo, en su núcleo esencial de consecuencias inmediatas nos lleva a repetir conductas y actitudes improductivas. Y más aún en situaciones de estrés. Y el estrés es la primera reacción que surge en tiempos de dificultad.
Cada vez que nos sentimos en peligro volvemos a lo conocido. Es como “volver a casa”. Y sé que esto puede parecer una respuesta irracional, yo diría que más que irracional es a/racional. Es decir, obedece a un impulso distinto al del “razonamiento”. En castellano existe un refrán que lo ilustra a la perfección: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Y estos programas siguen anclados y son tan poderosos porque están incrustados en nuestra identidad. En la definición secreta que tenemos de nosotros mismos.
Emerger de nuestra propia identidad, implica salir de la caja en la que estamos instalados. Como si fuera una cárcel de oro porque nos facilita una falsa seguridad. En el monográfico evolución y despertar en tiempos de crisis facilitamos este proceso de un modo seguro. Con prácticas específicas y comprobadas.
¿Por qué evolución y despertar en tiempos de crisis?
Para Darwin la evolución de las especies se debía a un mecanismo de adaptación que llamó la selección natural. Es decir, que, cuando
Sobrevive quien tiene mayor capacidad de adaptarse, no el más fuerte.
las variables del entorno son amenazadoras, sobreviven los organismos con mayor capacidad de adaptación. Por supuesto que Darwin lo contempló bajo el punto de vista de la supervivencia física. Pero también es extrapolable a los factores de bienestar y avance en otros aspectos de la existencia.
La evolución, en última instancia, tiende a un avance continuo en el que está implicada la identidad. Y es en tiempo de dificultad cuando más acuciante esta esta necesidad de adaptación.
En PNL existe un aforismo que dice: «Si haces siempre las mismas cosas, obtendrás los mismos resultados». En el programa de evolución y despertar en tiempos de crisis estudiaremos y practicaremos qué cosas nuevas podemos hacer. Y como resultado de lo anterior, generar nuevas transformaciones.
Programa evolución y despertar en tiempos de crisis. Fechas y datos prácticos.
¿Cuándo y dónde?
Fechas: Viernes, sábado y domingo 17, 18 y 19 de junio.
Horarios: El viernes empezaremos por la tarde a las 18h y terminaremos a las 21h El sábado haremos por la mañana de 10 a 14 y retomaremos por la tarde de 16 a 20h. El domingo el horario será de 10 a 14h.
Dónde: Instalaciones de Espai Obert, C/ Les Valls 28, 4º-6ª 08201 Sabadell
Imparte: Equipo de coaching de Institut Integratiu
Inversión: 150.- €
Si precisas de más información puedes contactar conmigo o bien al mail de Institut Integratiu: info@institut-integratiu.com
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Un cordial saludo,
El trabajo en equipo facilita procesos de aprendizaje más enriquecedores.
¿Cómo saber quién soy? Coaching generativo y PNL de tercera generación en Sabadell, Terrassa y Online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de psicoterapia y coaching.
Para conocernos mejor necesitamos, también, momentos de soledad.
Con quién más estamos desde que nos conocemos es con nosotros mismos. Nadie ha compartido más con nosotros que nosotros. Sin embargo la gran pregunta sigue ahí. ¿Cómo saber quién soy yo? Es una pregunta que revolotea cualquier proceso bien sea de psicoterapia como de coaching.
En el artículo Ser y hacer en PNL expuse una aproximación a los niveles neurológicos en programación neurolingüística. Desde esta perspectiva la identidad aglutina conductas, capacidades, creencias y valores en el ser. Así pues, la respuesta a ¿cómo saber quién soy yo? tendría respuesta explorando esos distintos niveles. Sin embargo tanto en la práctica de psicoterapia como de coaching surge algo (aparentemente) desconcertante:
Una parte mía quiere (por ejemplo) comer más y otra quiere comer sano y hacer ejercicio. Entonces surge el interrogante ¿Cómo saber quién soy yo? Existe una divertida metáfora que a menudo se utiliza en gestalt y pnl.
Cuentan que Nasrudín (*) fue a descansar a un albergue en una etapa de su viaje. Como ahí dormían centenares de personas en la misma habitación se preguntó: “Al despertar ¿cómo sabré quién soy yo?”. Así que decidió atarse un globo en el dedo gordo del pie.
Pero ese lugar estaba repleto de bromistas. Así que uno de ellos decidió desatar el globo del pie de Nasrudín y se lo ató al suyo. Al despertar y ver el globo atado en el pie de otro, Nasrudín se preguntó: “si ese soy yo…. ¿quién soy yo?”
Los dos niveles de la identidad según la Programación neurolingüística (PNL).
El papel de la identidad es definir la propia misión de vida.
Robert Dilts actualizó el modelo de los niveles en el aprendizaje de Bateson El nivel identidad, según la PNL, expresa los niveles de conducta, capacidades, creencias y valores. Así, para responder a la pregunta ¿cómo saber quién soy yo? haremos bien en revisar esos otros niveles.
El nivel de la identidad se corresponde con la misión. La misión es el papel o el servicio que prestamos en un sistema mayor. Es la respuesta a preguntas del tipo: ¿Qué he venido a hacer aquí?, ¿Qué papel juego en la vida? etc. Esto está vinculado a nuestros valores y capacidades. Los valores definen nuestros intereses más profundos y que más nos motivan. Las capacidades, aquello en lo que somos especialmente competentes. Cuando desplegamos nuestros valores y nuestras habilidades en entornos específicos mediante conductas coherentes, nuestra identidad se manifiesta libre y competentemente.
Y esto está vinculado a quiénes somos. Así pues saber cuál es mi misión va precedido por la pregunta ¿cómo saber quién soy? Ahora bien, ocurre a veces que parecen existir en nosotros diferentes “yoes”, diferentes intereses e incluso capacidades. ¿Realmente somos uno o muchos? La respuesta que nos da la PNL es esencialmente pragmática:
Existen dos niveles en la identidad. Uno es el ego y otro que podemos llamar alma, esencia, yo profundo etc. El ego obedece a los distintos roles que manifestamos en la vida. El nivel de la esencia a nuestro YO profundo.
¿Cómo saber quién soy yo? La tendencia del ego/identidad a identificarse.
El ego tiende a identificarse con roles, filiaciones, defectos, virtudes etc….
Una primera aproximación a la pregunta ¿cómo saber quién soy? es ¿quién estoy siendo? Es decir, en este momento, con estas personas, en este lugar. Una percepción poco clara de la identidad conlleva una inercia, la identificación. Identificarse con (X) es una fantasía que todos vivimos. Del mismo modo que Nasrudín “urdió” desatinadamente identificarse con un globo a nosotros nos pasa algo parecido.
El genial humorista Pepe Rubianes lo dejó estampado en uno de sus irreverentes gags:
“Decir que hemos ganado cuando vemos un partido de fútbol es como ver una peli porno y decir – hemos follado-”.
En el proceso de identificarnos nuestro ego juega su rol concreto. Sin embargo nos alejamos de nuestro yo profundo.
Y para responder a ¿cómo saber quién soy yo? es preciso saber antes con qué me estoy identificando. Es poner conciencia en la inconsciencia. Algo inherente a cualquier proceso bien sea de coaching como de psicoterapia.
Esta característica del ego de identificarse la podemos ver por ejemplo:
– La persona que se identifica con su enfermedad dice “soy diabético” – Quien se identifica con un defecto: “Soy mentiroso “o con una virtud “soy sincero”. – También quien lo hace con una filiación: “Soy del Barça (del Madrid, del Betis etc…) – Incluso quien lo hace con una profesión: “Soy psicoterapeuta (coach, cartero, policía etc…)
Además existen otros niveles de identificación. Por ejemplo el carácter, el rol en el trabajo, el ser padre o madre… Mención aparte el llamado por algunos el “yo social” que Jung llamó “persona”. Es decir, esa parte del ego que se adecua a las normas sociales de todo tipo.
Al poner conciencia podemos responder a la pregunta ¿cómo saber quién soy yo?. Bien sea que se trate de una identificación parcial como de nuestra esencia.
El trabajo con las subpersonalidades o los yoes en psicoterapia y coaching.
Subpersonalidades o distintos yoes de cada uno.
En sí no es perjudicial este proceso de identificación, siempre y cuando no nos dejemos engullir por él. Cuando esto ocurre pasa como en el cuento “El caballero de la armadura oxidada”. El caballero que se identificó tanto con su armadura que no sabía quitársela. Y no sólo eso, casi ni sospechaba que la llevaba puesta. Él terminó siendo su armadura y cuando quiso quitársela casi le cuesta la vida.
Conocer las subpersonalidades no es suficientes para responder a la pregunta ¿cómo saber quién soy? Sin embargo identificarlas nos ayuda a una aproximación al núcleo profundo.
Empecemos identificando detrás de cada una patrones de actitud y conducta muchas veces inconscientes. Podemos, para facilitar el trabajo, ponerles nombre. Por ejemplo: perezosoy crítico; glotón y obseso de las dietas y ejercicio; dependiente e independiente.
Casi siempre aparecen en pares de opuestos (polaridades). Otras veces aparece sólo una subpersonalidad pero no su polaridad. Por ejemplo el obsesivamente puntual. En estos casos estará bien en sospechar que existe una subpersonalidad – contrapeso, en lo más profundo del subconsciente.
La terapia con subpersonalidades se usa tanto en coaching como en psicoterapia. En este artículo no podemos entrar en profundidad, sin embargo una primera aproximación consiste en reconocerlas y nombrarlas. Así empiezo a responderme a la pregunta ¿cómo saber quién soy? por eliminación. O más bien dicho, sabiendo que soy esa subpersonalidad (por ejemplo el glotón) y soy mucho más que ella.
¿Cómo saber quién soy? Las subpersonalidades y la intención positiva.
En nosotros no sólo hay un ángel y un demonio.
Cada subpersonalidad cumple una función en el entramado de nuestra existencia. Incluso, cuando aparentemente nos daña, tiene una intención más allá del aparente perjuicio. Cada una de ellas tiene una necesidad y, a su vez, cumple con una intención positiva. Identificar estas necesidades e intenciones positivas es parte de la respuesta a la pregunta ¿cómo saber quién soy?
Cosa distinta es que el modo en que cada una persiga satisfacer esa necesidad sea adecuado o no. No confundir nunca el ¿qué? con el ¿cómo? Un ejemplo que ya he descrito alguna vez pero que me impactó y emocionó:
Se trata de un hombre alcohólico de largo recorrido. Quería superar su alcoholismo pero no encontraba el modo a pesar de las diferentes modalidades de psicoterapia que probó.
Estuvimos indagando qué ocurría cuando tomaba el primer trago. Descubrió que una sensación cálida aparecía en su plexo solar. Le invité a asociarse a su personaje alcohólico junto con la sensación.
En ese momento rompió a llorar. La búsqueda incesante era amor. Esa era la necesidad no resuelta que aparecía en forma de calidez cuando bebía. Por supuesto no es la mejor forma, pero en algún momento de su vida apareció como un recurso de emergencia. Luego se instaló y ancló de un modo semi inconsciente.
Cuando buscamos responder a ¿cómo saber quién soy? también debemos buscar las heridas emocionales. De otro modo la respuesta sería incompleta. Es básicamente la diferencia entre psicoterapia y coaching. La primera se asienta en solucionar heridas anímicas. El coaching se focaliza más en las capacidades y en hacerlas operativas.
Relacionarnos con nuestras subpersonalidades desde nuestro centro.
El centro es otra forma de hablar de nuestra identidad profunda.
Detrás de cada subpersonalidad hay necesidades no resueltas. Y, en el fondo, la intención positiva que tienen es satisfacerlas. Esto nos ayuda a relacionarnos con nuestras partes difíciles de un modo más amable y compasivo. Al identificar estas necesidades nos acercamos a la respuesta a ¿cómo saber quién soy yo?
Un ejercicio preliminar sugerido es el de reconciliarnos con nuestras partes desde nuestro centro. Puedes ver una propuesta de ejercicio de centramiento en mi artículo: El centramiento en psicoterapia y coaching. Y un enlace al audio que le acompaña…. Práctica de centramiento estándar. Entonces, desde tu centro, acoger y aceptar a esa subpersonalidad herida, con su necesidad e intención positiva. Es como recibir a un niño que, con buena intención, ha aprendido conductas equivocadas.
El segundo paso consiste en reconocer la necesidad no resuelta, la intención positiva.
Seguidamente encontrar formas creativas y distintas de satisfacer esa necesidad no resuelta. Y finalmente reconocer que tú eres esa subpersonalidad… y eres mucho más que ella. Sin esta aceptación, la respuesta a ¿cómo saber quién soy? quedaría incompleta.
En el próximo artículo aprenderemos como desidentificarnos de las identificaciones para…
Las enseñanzas de Nasrudín, mitad sabio mitad bufón.
(*) Nasrudín es un personaje ficticio que aparece en relatos de la tradición sufí. A menudo, sus anécdotas se utilizan como metáfora que reflejan diferentes momentos en procesos de psicoterapia y coaching. Especialmente en las modalidades de terapia transpersonal, pnl y Gestalt.
¿Cómo saber quién soy? Coaching generativo y PNL de tercera generación en Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de coaching y psicoterapia.
El significado de la Navidad. Conciencia y terapia transpersonal en Sabadell, online y Terrassa. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de psicoterapia y coaching.
El solsticio de invierno señala la noche de mayor oscuridad y también el inicio de la «remontada» del sol.
El significado de la Navidad, desde la etimología, nos lleva al concepto del nacimiento. Todos sabemos muy bien qué celebramos estos días. Sin embargo, existe un sentido más allá que lo enlaza con el Año Nuevo. Yo diría que el significado de la Navidad y el Año Nuevo es el de una nueva conciencia. De algún modo, esto está implícito en cualquier proceso de psicoterapia y coaching.
Seguro que nos resultan familiares los nuevos propósitos en esta época. Por ejemplo, dejar de fumar, iniciar una dieta, empezar unos estudios, ejercicio, implicarnos en superar el estrés, ansiedad… etc. Detrás de estos buenos y nuevos propósitos hay algo que subsiste por debajo. El resurgir de un periodo de oscuridad hacia una nueva luz y conciencia. Veremos por qué.
El Significado de la Navidad y el Año Nuevo. La evolución de la conciencia.
Esta época del año está vinculada al tiempo astronómico del Solsticio de Invierno. Entre el 21 y el 23 de diciembre tenemos las noches más largas del año. A partir de estas fechas el sol empieza a aumentar su presencia entre nosotros. La luz (símbolo de la conciencia para nuestro subconsciente profundo) gana terreno a la oscuridad.
Para nuestra mentalidad urbanita, esto no parece tener una mayor trascendencia. Sin embargo no caemos en la cuenta del porqué de algunas conductas y actitudes curiosas. ¿Qué vínculo hay entre el significado de la Navidad y, por ejemplo, los buenos propósitos? ¿Por qué celebramos el Año Nuevo en estas fechas? ¿O por qué engalanamos las calles con luces y, con especial predominio, del color rojo o dorado? ¿Por qué es una festividad especialmente dirigida a los niños? Son preguntas a las que voy a ofrecer algunas propuestas de reflexión.
Imaginemos las antiguas hordas primitivas, nuestros ancestros primordiales. Hablo de la prehistoria, del surgimiento de la conciencia humana. No es de extrañar que el hombre viviera muy pendiente de los fenómenos atmosféricos. Más frío o calor, mayor oscuridad o claridad tenían una especial incidencia en la supervivencia. Así, tal cual, no hablamos de gusto o disgusto, hablamos de supervivencia. Y aquí fue cuando empezó todo.
El Solsticio del Invierno, en el resurgir de la nueva conciencia
El sol era, y aún es, extremadamente importante para la supervivencia.
Imaginemos a nuestros primeros ancestros, esa nueva conciencia observando cómo el frío y la oscuridad iban avanzando en el otoño/invierno. Esos, apenas homínidos, contemplaban con extrema ansiedad la “desaparición” paulatina del sol. Entonces, decidieron invocar a esa “esfera mágica solar” con rituales de fuego y sangre. Es aquí donde empieza el significado de la Navidad. Para que no desapareciera el sol utilizaron los primeros rituales. Con sacrificios de sangre ofrecían algo. Con la “magia simpática” (lo similar atrae a lo similar) ofrecieron desesperadas hogueras al sol para que no desapareciera.
Para esas apenas nacientes conciencias, la “magia” funcionó 😯 pues empezaron a sucederse días más largos. Nacía un “nuevo sol” tras el sol que agonizaba en las noches más largas del año. Esa “impronta” poderosa quedó grabada en el imaginario colectivo de esas nacientes sociedades. Y, como suele pasar con las costumbres, las hogueras siguieron y los rituales se sucedieron.
En Europa, antes del cristianismo, las tradiciones paganas perpetuaban este sentido original. Celebraban este día como la festividad de Yule. El día del Nuevo Sol. De algún modo el viejo sol dejaba paso a un sol nuevo que se abría paso entre la oscuridad. Así, este “nacimiento” pudo vincularse con el significado de la Navidad y lo que algunos mezclan en una curiosa frase: El nacimiento del Niño Dios Sol.
Nuestro inconsciente colectivo no olvida, sólo “modifica” las formas
Ya no encendemos hogueras… pero iluminamos las calles con luces de colores. En los árboles y los adornos predomina el rojo, el color asociado al fuego. Y cerca, muy cerca de la Navidad asoman los reyes magos, o personajes similares. Todos con regalos… para los niños. Un reflejo de ese nuevo niño dios sol.
El sol se asocia, simbólicamente, a la conciencia.
Así, el significado de la Navidad, en su origen más profundo sigue vivo en nuestras conciencias. Y muy especialmente esta nueva conciencia de la infancia.
La infancia es un periodo de la vida repleto de aprendizajes, retos, ilusiones, curiosidad, espontaneidad. Las emociones están más vivas que nunca, el entusiasmo por explorar y aprender ocupa la experiencia vital… Nosotros, los adultos, hemos sido niños. … Y a menudo olvidamos que todo aquello que fuimos en su momento, aún está vivo en nuestro interior. La clave radica en saber escuchar.
Probablemente estas fiestas nos recuerden la necesidad de escuchar a nuestr@ niñ@ interior. Un significado de la Navidad puede recordarnos la infancia de nuestra conciencia y cuidar este preciado don que empezamos a desperdiciar.
Así que, a pesar de los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, te deseo unas muy felices fiestas.
El significado de la Navidad. Conciencia y terapia transpersonal en Sabadell, online y Terrassa. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, consulta de psicoterapia y coaching.
Abrazar la sombra, hacer de los defectos una virtud con la sabiduría del cuerpo. Terapia de trance generativo en Sabadell, Terrassa y online.
Una actitud de amable curiosidad es imprescindible para emprender este trabajo.
Vimos en el anterior artículo, reconciliarme con mi sombra, cómo el síntoma puede esconder una necesidad no resuelta. A esta carencia se le llama beneficio secundario en psicoanálisis o intención positivaen PNL. El síntoma es la manifestación exterior de la sombra personal. Pero también es el mensajero de lo que permanece en el fondo de lo reprimido.
También vimos la necesidad de una actitud empática, compasiva y un ánimo impulsado por una curiosidad amable. Esta actitud es imprescindible antes de abrazar la sombra personal. Examinaremos aquí una forma práctica de reconciliarnos con lo reprimido.
Stephen Gilligan es el principal impulsor de una modalidad terapéutica llamada trance generativo. En esta modalidad de terapia transpersonal, el trabajo con la sabiduría del cuerpo ocupa un lugar primordial. Desde esta visión compartiré un ejercicio para abrazar la sombra y reconocer lo reprimido.
¿Por qué abrazar la sombra? ¿Qué beneficios tiene?
En primer lugar cuando reprimimos una pulsión esta no desaparece. Queda en el fondo de nuestro psiquismo. Al mantener agazapada en el fondo esta energía suceden dos cosas:
1.- Lo reprimido aparece en formas distorsionadas. Es el principio de la neurosis. Un ejemplo sencillo que veremos es el de una persona que miente por falta de autoestima. 2.- Mantener silenciado lo reprimido requiere una energía. Esta energía se libera cuando permitimos que se exprese.
Abrazar la sombra permite pues:
Abrazar la sombra permite una mayor creatividad.
1.- Comprender el fondo de nuestra neurosis 2.– Conociendo esto, formas más creativas de satisfacer la necesidad no resuelta. 3.- Una mayor vitalidad al liberar la energía que se destinaba a silenciar lo reprimido. 4.- Ocasionalmente una mayor creatividad.
La sabiduría corporal en el trance generativo
Cuerpo y sombra pertenecen al ámbito de lo reprimido en nuestra cultura. En mi artículo sobre el guión de vida sin alegría trato con algo más de extensión este tema. Y esto es así por cuanto ambas expresiones de nuestra experiencia vital están íntimamente conectadas.
Cuando una situación nos impacta, agradable o desagradablemente, existe un reflejo corporal. Atender a este impacto de lo reprimido en el cuerpo es abrazar la sombra.
A menudo pasamos de soslayo, cuando no rechazamos, estas sensaciones que etiquetamos como desagradables. En focusing se llama a esta sensación, una sensación sentida.
Abrazar la sombra, primero, el contacto con la sensación sentida
Una buena forma para conectar con la sombra es mediante la sabiduría del cuerpo.
Piensa por un momento en una experiencia que despierte en ti “la bestia” que llevas dentro. Una vez la tengas deja de prestar atención a lo que sucedió y céntrate en la sensación corporal. Es en esta sensación sentida donde empieza el proceso de abrazar la sombra. Unas consideraciones necesarias:
La sensación sentida es algo más que una sensación muscular. Es más interna. Tiene contenido psicológico pero emerge antes de la reactividad muscular. Puedo, por ejemplo, tensar los hombros como respuesta de estrés. Esta es la reacción secundaria. Sin embargo, un segundo antes, existe una sensación sentida. Es la respuesta experiencial primaria. Generalmente aparece en la boca del estómago, pecho, vientre… En la línea media del cuerpo.
Es lo más parecido a la sensación de mariposas en el estómago. Lo que ocurre que no siempre es un suave aleteo de mariposas. Cuando esta sensación sentida aparece como respuesta de algo que despierta “nuestra bestia” solemos tener dos respuestas.
1.- Me dejo llevar por la sensación sentida y me desboco. 2.- La niego y aparto.
Existe una tercera respuesta que es la que nombro en este post “abrazar la sombra”.
En la respuesta 1. Me introduzco EN la respuesta primaria y me pierdo en ella. Según de lo que se trate puedo perder hasta la dignidad 😆
En la respuesta 2 CREO que me desentiendo 🙄 . Pero simplemente niego, invierto una energía en bloquear la respuesta.
En la respuesta 3 estoy CON lo que siento en mi sensación corporal. Es importante aquí esta distinción. Me centro, como en una meditación, en la sensación sentida. Este es el primer paso de abrazar la sombra.
Cuidado con la mente. Atender sólo a la sabiduría del cuerpo.
En la terapia de trance generativo se trabaja también con lo cognitivo. Pero solo para dar una dirección a la energía o bien para analizar, reflexionar, planificar etc… ¡Pero no para alimentar el síntoma! Escuchamos el síntoma pero no le damos de comer. De aquí la importancia de centrarnos en la sensación sentida.
El pensamiento automático da muchas vueltas improductivas.
Durante el ejercicio no vuelvo a revivir una y otra vez la experiencia. Esto sería disparar el pensamiento automático en bucle. ¡Sólo me centro en la sensación sentida que ha despertado en mí el recuerdo!. De este modo, lo reprimido se manifiesta a través de la sabiduría del cuerpo. Y así ni lo descuido ni me dejo llevar por él.
Tal y como dice la sabiduría cherokee en su metáfora de los dos lobos que anidan en nuestro interior. Esos dos lobos luchan entre sí. Ganará aquel al cual alimentemos. Sin embargo, la mayoría de los relatos sobre esta leyenda omite un detalle:
En realidad la leyenda dice que debemos atender a los dos. Y llevarlos al equilibrio. Atender al lobo negro es escucharlo, estar CON él no EN él. Tampoco debemos matarlo de hambre pues así matamos una parte nuestra. Esto es abrazar la sombra.
Dar vueltas, rumiar, culparse, victimizarse, quejarse… Todas son formas en que la mente trabaja improductivamente. Agranda la sensación de impotencia ante el lobo negro. El trance generativo propone escuchar la sabiduría del cuerpo. Esta es la primera fase. Al hacerlo poco a poco irá menguando su impulso. Como un niño pequeño cuando se sabe escuchado.
Abrazar la sombra atendiendo a la sabiduría del cuerpo. Crear el contexto.
“Cada ser humano es una posada, que a diario recibe la inesperada visita de un nuevo huésped.
Y cada recién llegado porta consigo alegrías, tristezas, mezquindades y un despertar insospechado.
Dales a todos la bienvenida y agasájalos, aunque traigan consigo un vendaval de sufrimiento que arrase violentamente tu casa, y la despoje de todos sus enseres.
Acoge amablemente a todo huésped porque ignoras quién será el mensajero de las nuevas alegrías.
Abre los brazos a todo pensamiento oscuro, a la vergüenza y a la malicia, e invítales a entrar.
Y no olvides dar las gracias a quien llame a tu puerta porque todos portan consigo un mensaje del infinito.”
Dar la bienvenida al síntoma como un mensajero de lo que permanece reprimido.
Este maravilloso escrito del místico sufí Rumi nos señala el camino. Crear un contexto para abrazar la sombra pasa por hacerlo desde un estado de centramiento. He incluido un enlace al artículo que incluye un ejercicio de estas características. Por supuesto no es el único. Podemos hacerlo también con una práctica de relajación, mindfulness etc… Es decir recibir al “huésped” preparando la bienvenida. Del mismo modo que lo hacemos cuando preparamos una cena para alguien especial.
La práctica del centramiento como paso previo.
Los pasos son los siguientes:
1.- Centramiento o ejercicio de relajación. Especialmente dirigido a la conciencia corporal. 2.- Recordar un momento concreto en el que “despertó la bestia” 3.- Sentir el reflejo corporal, la sensación sentida y centrarme en ella. 4.- Si estoy centrado recibo la sensación y puedo abrazar la sombra desde un estado de aceptación no reactiva. 5.- Sigo sintiendo con curiosidad, calma, compasión, sólo centrado en la sensación, no ya en el recuerdo. 6.- Llevo una o ambas manos a la zona en que siento la sensación. Dejo que se vaya transformando o diluyendo.
Una vez hemos practicado suficientemente veces este ejercicio podemos llevarlo a la cotidianidad. En ese momento que nos asalta lo inesperado. Para hacerlo con destreza es necesario practicarlo varias veces en casa con recuerdos reales. Así conseguiremos abrazar la sombra cuando nos asalte inesperadamente en el día a día.
El centramiento nos permite estar CON la sombra y no EN ella.
El proceso en lo cotidiano es básicamente el mismo. La diferencia cuando ocurre en el día a día es que no nos da tiempo a preparar el contexto. Es por esto que debemos practicarlo antes. Con la práctica el centramiento se vuelve algo disponible de inmediato. Y la curiosidad amable el hilo conductor desde el cual nos relacionamos con lo reprimido.
Abrazar la sombra en la terapia de las adicciones.
Este ejercicio es importante para, por ejemplo, la terapia de las adicciones. Llamamos «craving» al impulso de consumir, por ejemplo un cigarrillo. Sostener el impulso durante unos segundos, y desde el estado de centramiento en la sensación corporal, tiene resultados sorprendentes. A los pocos segundos, el craving se va aflojando hasta desaparecer. Esto es estar CON la sombra en vez de dejarse llevar por ella.
Hasta aquí lo que es recomendable practicar en solitario. Cuando aprendemos a abrazar la sombra desde este estado de aceptación centrada podemos avanzar algo más. Es recomendable estar atentos a imágenes, recuerdos, pensamientos que puedan surgir espontáneamente. Es cuando el síntoma empieza a ponernos en contacto con la necesidad reprimida que empieza a sentirse escuchada. Sin embargo, esto ya requiere la intervención de un terapeuta especializado.
El ámbito relacional en el contacto con lo reprimido.
Ya señalé en el anterior artículo que el síntoma es el mensajero de una necesidad interna no satisfecha. De un modo parecido, la PNL propone el término intención positiva. Pero no es fácil abrazar esta apertura existencial pues no siempre esta intención positiva es accesible. Sin embargo partir de la confianza en esta presuposición es básico.
Para esto Gilligan propone lo que él llama mantras relacionales. Es decir, cuatro frases cortas que nos recuerdan la importancia de una relación amable y compasiva con el síntoma. Estos mantras relacionales abren el camino para abrazar la sombra:
1.- ¡”Qué interesante”! 2.- “Estoy seguro de que tiene sentido” 3.- “Algo intenta despertar (o curarse)” 4.- “Bienvenido” (Del libro Trance Generativo de Stephen Gilligan)
El síntoma, además de mensajero, puede ser un protector de nuestras partes vulnerables.
El trance generativo comparte con la terapia sistémica la importancia de lo relacional. Estos mantras resumen la actitud al enfrentar el síntoma. No son, por supuesto, fórmulas exactas a repetir tal cual. Son más bien maneras de orientar la actitud en la relación con lo reprimido en nuestro interior.
El hombre que decía ser mentiroso.
Para ilustrarlo transcribo un fragmento central de una sesión de terapia. Como siempre cuento con el consentimiento del cliente y oculto el nombre.
Se trata de un hombre de mediana edad. Se identifica como un mentiroso. Esto le ocasiona vergüenza. La vergüenza es un modo encubierto de repudiar lo reprimido. Pero abrazar la sombra, también implica reconocer la función positiva de la vergüenza. Respondo a su intervención inicial:
– «Sí, como alguien que no dice la verdad sientes vergüenza, es bueno saberlo. ¿Pero…Quién más eres además de alguien que no dice la verdad?…. (1)…. ¿Puedes, por un momento, abrir un espacio para entrar en contacto con esta sensación? (… pausa… centramiento…) Desde ese alguien más que eres ¿dónde sientes esa sensación?…alguien que no dice la verdad…
(Lleva las manos a la boca del estómago)
Después de unas palabras de reencuadre y acompañamiento dice algo muy interesante…
– “Me oculto en el mentiroso (2)” – Respondo:
– “Sí, ya veo que te ocultas en el mentiroso y te doy las gracias por aparecer (4º mantra). Seguro que tiene sentido que permanecieras oculto durante tanto tiempo (2º mantra). Y seguro que tienes mucho que decir (3er. Mantra). ¿Quién más eres además de alguien que ha permanecido oculto hasta ahora? (2).
– «Me viene…» (Aquí el cliente rompe a llorar)
Resumo lo que siguió a continuación. Emergieron recuerdos de su infancia en los que creyó ser menospreciado por sus padres. Digo expresamente creyó ser menospreciado. Cuando somos niños no tenemos las suficientes capacidades para comprender las conductas de papá y mamá. Incluso cuando estas conductas pudieran esconder una buena intención… pero una pésima forma de expresarlo.
Notas y comentarios a la sesión de terapia con la sombra.
(1) Es importante esta primera diferenciación entre conducta (decir mentiras) y la identificación con la conducta (soy mentiroso). En el reencuadre no es lo mismo alguien que no dice la verdad que un mentiroso. El segundo término tiene un matiz punitivo y moralista. El primero, es una conducta, no una etiqueta moralista. En este “es bueno saberlo” existe una aceptación de la vergüenza. Empieza el trabajo de abrazar la sombra como un reconocimiento. El cliente que sabe que precisa un cambio. También es otra forma de expresar los mantras relacionales, especialmente el 1 y el 4.
La terapia de los sistemas de familia interna (IFS)
Podemos imaginar nuestros diferentes deseos como subpersonalidades.
(2) En la terapia de los sistemas de familia interna (IFS) se trabaja con la metáfora de las subpersonalidades o “partes”. Es decir, núcleos internos que parecen tener una idiosincrasia propia. Por ejemplo el glotón en la persona que reconoce tener un problema con el chocolate. Al identificar y poner nombre a una parte empezamos a reconocer implícitamente que “Yo soy algo más que esa parte” (Esto está también implícito en la pregunta “¿Quién eres además de alguien que no dice la verdad?”) Es un trabajo de desidentificación (aun cuando sea parcial) de esa parte. Esta desidentificación es un modo de estar con y no en. Y es en este modo de estar que empezamos a abrazar la sombra. Pero hay más.
En el IFS se reconocen dos categorías de subpersonalidades. Los protectores y los exiliados. Los exiliados son partes del sistema interno que permanecen escondidas sosteniendo un dolor profundo y no resuelto. Habitualmente referidas a momentos de la infancia especialmente difíciles, que el niño no supo entender y/o resolver. Es lo que trabajamos en la Terapia del Niño Interior . Los protectores representan partes que protegen al exiliado de vivir un dolor intenso. Con mejor o peor capacidad intentan preservar al exiliado de una exposición que pudiera resultar abrumadora. Sin embargo, al hacerlo, le sustraen la capacidad de aparecer, ser reconocido y empezar el camino de la sanación.
Generalmente, el protector es el síntoma. En este caso el mentiroso. El exiliado es ese ser vulnerable que permanece agazapado en lo reprimido.
La función positiva del síntoma
Hemos visto en el ejemplo cómo surgió el niño herido, abrazar la sombra es abrazar a ese niño herido. Como estrategia adaptativa aprendió, en este caso, a mentir. Por creerse no valorado por sus padres construyó una coraza. Pero esta coraza no era él, era un modo de protegerse… y estaba hecha de mentiras.
Poco a poco esta estrategia fue afianzándose y enraizando en su carácter. El personaje “mentiroso” le protegía de su miedo a sentirse abandonado, herido, menospreciado. Es el síntoma que perdura en la biografía emocional de la persona como un modo de protegerle. Abrazar la sombra es también abrazar a este personaje con su intención positiva… aun cuando no constructiva.
Quiero finalizar con un poema de Derek Walcott
La sombra como la parte complementaria de nuestra conciencia.
“Llegará el día en el que, jubilosamente, te saludarás a ti misma llegando a tu propia puerta, en tu propio espejo.
Y cada una de vosotras sonreirá con la bienvenida de la otra. Y os diréis: siéntate aquí, come. Volveréis a amaros, a las extrañas que eráis vosotras mismas.
Le regalarás tu vino, le regalarás tu pan. Le devolverás tu corazón… A ti misma, a esa extraña que siempre te amó.
Toda tu vida has ignorado, tomándola por otra, a quien te conoce de corazón.
Baja las cartas de amor de la estantería, las fotografías, las notas desesperadas; saca tu propia imagen del espejo.
¡Siéntate, celebra la fiesta de tu vida! »
Hasta que llegue ese día, recibe un cordial saludo,
El título parece prometer: “Reconciliarme con mi sombra”, pero casi siempre se escribe sobre esto desde un plano teórico. Jung fue el primero que habló sobre la sabiduría de lo reprimido, olvidado, lo que yace en la oscuridad. Las actuales corrientes de terapia transpersonal enfatizan lo necesario de este trabajo. Hoy examinaremos como puedo reconciliarme con mi sombra desde la óptica del coaching generativo.
Entremos antes en lo físico/metafórico. Luz y oscuridad son dos estados naturales opuestos. La sombra implica la existencia de ambos por la aparición de un tercero. Así pues, no existe sombra si no existe algo que se interponga en la luz que provoque oscuridad. Entonces si existe “lo luminoso” y esta luz se proyecta sobre mí, existirá, necesariamente, una sombra.
Sólo parece existir una excepción en el plano humano físico y terrenal. Si la luz incide verticalmente sobre mi cabeza. Es decir sin inclinación en el plano vertical y sobre mi parte más elevada. Por supuesto, algo poco habitual por lo que haremos bien en pensar en lo más cotidiano. Si (casi) siempre me interpongo en el camino de la luz, haré bien en reconciliarme con mi sombra. Sin ella no existiría la luz que me ilumina… Y tampoco existiría yo. 😕
Antes de emprender este camino con prácticas concretas conviene cultivar una actitud hacia lo reprimido. Es de lo que hablaré en este artículo. En el siguiente compartiré una práctica inspirada en el coaching generativo. Esta modalidad de terapia transpersonal hace un especial énfasis en la sabiduría corporal. Y a mí, personalmente me ha abierto un nuevo camino para reconciliarme con mi sombra. Un camino intermedio que no es ni luchar en contra de ella, ni dejarse llevar.
Reconciliarme con mi sombra. Dolor y sufrimiento.
Yo hago un especial énfasis en la diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor (emocional o físico) es una respuesta a una lesión física o emocional. La muerte de un ser querido, una separación, la pérdida de una amistad.
El sufrimiento puede ser el resultado de este dolor. Pero también puede ser un sufrimiento auto creado o, incluso, una prolongación innecesaria de un dolor legítimo.
El dolor es lo inevitable, el sufrimiento es optativo.
A menudo este sufrimiento artificial viene de un continuo pensar “acerca de” (en Terapia Gestalt hablamos del «acercadeísmo» ) . En ocasiones referido al pasado. Algo que ocurrió, me dolió y me recuerdo y recreo constantemente en mi interior. O a un futuro deseado que vivo como necesidad frustrada.
Ni pasado ni futuro son un buen camino para reconciliarme con mi sombra.
En ocasiones el sufrimiento esconde una victimización. Al creerme víctima de algo me exonero (artificialmente por supuesto) de mi responsabilidad por hacer algo.
A veces esconde también un guión de “Salvador”. Por ejemplo me gustaría que dos amigos míos no estuvieran enfrentados. Y olvido que ya son mayorcitos para hacer con sus vidas lo que les plazca (o no).
En mindfulness se habla de sufrimiento primario (dolor) y sufrimiento secundario (sufrimiento en sí).
El primero viene con la condición humana, los hechos consustanciales al existir. Por ejemplo una enfermedad.
El segundo nos lo provocamos rumiando acerca del sufrimiento primario. Por ejemplo tengo una enfermedad y me paso el día lamentándome y quejándome: ¿Por qué yo? ¿Qué he hecho para merecer esto? 🙁 etc…
Dolor sufrimiento y la oración de la serenidad.
El mindfulness comparte una visión ya existente en occidente pero no muy popularizada. Al teólogo y filósofo, de origen alemán, Reinhold Niebuhr se atribuye la llamada oración de la serenidad.
“Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”.
La palabra clave: aceptar. Reconciliarme con mi sombra es el camino de la aceptación de lo que vivo como mis defectos. No es negarlo, y tampoco rendirme a ello. Si lo niego, niego una parte consustancial mía. Si me rindo a ello sucumbo a algo no deseable.
Para mí, un ejemplo de esta aceptación es Claudio Naranjo en sus últimos años. Pese al evidente temblor de sus manos, ni reprimió el temblor ni dejó de impartir su conocimiento. Incluso con humor. Aquí dejo un enlace a un video suyo.
El síntoma como maestro y puente hacia la sombra personal
El síntoma en coaching generativo se acepta como una manifestación de lo reprimido. Y se invita desde la sabiduría corporal a que aparezca y se integre con el centro. Para reconciliarme con mí sombra debo ofrecer una presencia humana al síntoma. Esto quiere decir, estar disponible para atenderlo, aceptarlo.
El síntoma es un maestro, nos informa de algo que no va bien.
Estar CON el síntoma no es estar EN el síntoma. Tampoco es RECHAZAR el síntoma 🙄 . Cuando lo escucho y le ofrezco un espacio para atenderlo empiezo a reconciliarme con mi sombra. De esta manera lo reprimido se libera y se siente reconocido. Veremos en el próximo artículo como desde la sabiduría corporal le ofrecemos ese espacio de aceptación.
Soy consciente que esta perspectiva del coaching generativo puede parecer paradójica. Pero en realidad es liberadora. Si niego algo mío, me niego a mí mismo. Si lo rechazo me rechazo.
Podemos decir desde esta óptica: “Yo soy (por ejemplo) perezoso y soy mucho más que mi pereza”. Es probable que, incluso esta pereza tenga una intención positiva. A veces esta intención positiva no está del todo clara. Es interesante entonces plantearse un trabajo terapéutico para descubrirla.
Cuando estoy con y no en (y tampoco en contra)empiezo a reconciliarme con mi sombra. Esto implica cultivar una actitud amable, compasiva y empática hacia ella y, a la vez, centrado. Incluso hago a lo reprimido partícipe de la consecución de mi objetivo. Esto es algo completamente nuevo, incluso entre las diferentes modalidades de terapia transpersonal. Por supuesto ya es una modalidad avanzada de trabajo en el coaching generativo.
Reconciliarme con mi sombra, algunos ejemplos de la sabiduría del síntoma.
Allan Santos en su libro “El camino hacia uno mismo” pone dos ejemplos de la sabiduría del cuerpo:
– La fiebre como síntoma. Acelera las reacciones químicas del cuerpo para activar el sistema inmunológico. – La resaca como síntoma de exceso de bebida. El hígado recibe el impacto del alcohol para evitar que este dañe al tejido nervioso. El resultado de esta “depuración forzada” es la resaca.
Son dos ejemplos de la sabiduría corporal. Veamos ahora cómo lo reprimido emocional también cumple una función.
En el libro “Trance generativo” Stephen Gilligan pone el ejemplo de una mujer que quería dejar el alcohol. Tras un trabajo terapéutico descubrió que el alcohol le proveía de un estado interno sorprendente. Cito textualmente:
“…Se sorprendió al notar que cuando el alcohol llegaba a la garganta, se abría un profundo campo cálido en su interior, conectado con unas poderosas (y agradables) ganas de rendirse…”
Partiendo de la descripción de este agradable estado empiezo a reconciliarme con mi sombra. La cuestión de fondo es…
¿cómo mantener este agradable estado de un modo más creativo?
Gilligan sigue explicando cómo el inconsciente creativo de la paciente encontró formas más saludables de conseguir este estado interno. La necesidad subyacente, lo que escondía el síntoma, era la necesidad de una práctica espiritual. El trabajo espiritual proveía a esta persona la sensación de hallarse ante algo más grande a lo que rendirse. Una sensación de pertenencia a algo mayor y, por supuesto, más creativa que la bebida.
Lo reprimido es como el agua estancada. Se pudre.
Si permitimos al agua fluir es fuente de vida y creatividad. En caso contrario, se pudre.
En el encabezado una metáfora. El síntoma aparece como una respuesta a una necesidad no resuelta. Si soy capaz de escuchar su mensaje de fondo puedo reconciliarme con mi sombra. Esta última la provoco yo al no permitir que fluya la necesidad y se satisfaga. Como dice el encabezado, el agua estancada se pudre. Si permito que fluya, se libera y purifica.
Sin embargo, es cierto que el mismo proceso de educación conlleva una gran cantidad de represión. De este modo, lo reprimido va conformando un estanque de agua retenida. Además el consumismo dirigido y manipulativo no ayuda a crear personas sanas, conectadas con sus necesidades reales.
Entonces, como dice Bandler en su libro “TranceFórmate”, aparecen síntomas con propósito pero sin significado. Puedo, por ejemplo, fumarme una cajetilla diaria de tabaco para calmar mi estrés. El propósito es obvio, pero la conducta carece de un significado creativo.
Para reconciliarme con mi sombra empiezo a reconocer en el síntoma una voz que me alerta de algo. Un aviso sobre una carencia importante.
El síntoma es fumar. Tiene un propósito como todos los síntomas. Sin embargo es un propósito carente de un significado adaptativo. Lo reprimido es mi necesidad de calma, serenidad. El síntoma siempre nos avisa de una necesidad subyacente. Y es así tanto en lo físico como en lo emocional. Entonces aquello que aparece, inicialmente como molesto, lo puedo ver con nuevos ojos. Aceptar y abraza el síntoma es el primer paso. Entender de qué me está alertando es el segundo. El tercero buscar formas alternativas de satisfacer la necesidad no satisfecha.
¿Cómo reconciliarme con mi sombra? Conclusión y paso siguiente.
Reconciliarme con mi sombra me lleva a entender en profundidad que todo cuanto acontece en mi vida es por algo. Que estará bien que acepte el síntoma (dolor emocional en este caso) como un aviso. Como un aliado. Si el síntoma no tiene remedio, entender que rumiar acerca de él no traerá más que dolor innecesario.
Pero casi siempre el síntoma es la voz de lo reprimido. Entonces, aprender a escuchar lo que subyace al mismo. Casi siempre una necesidad no satisfecha. El siguiente paso, entonces, descubrir nuevas formas de satisfacer esa insuficiencia de un modo más creativo.
Abrazar la propia sombra es aceptar su caudal de energía y creatividad.
Aceptar entonces, lo molesto, es atender al mensajero, con su peculiar forma de alertarnos. El siguiente paso para reconciliarme con mi sombra tiene que ver con el autoconocimiento. El coaching generativo, en el ámbito del crecimiento personal, y el trance generativo en el psicoterapéutico son nuevas herramientas. Pertenecen al campo de la terapia transpersonal. Podemos entenderlo como lo que aporta sentido, profundidad y conciencia a la vida. Casi siempre más allá de lo experimentable por el ego.
En el siguiente artículo un ejercicio práctico y sencillo. Hasta entonces, recibe un cordial saludo,
“Para que exista la falta debe haber espera, un tiempo abierto, algo por cumplirse, conjeturas. O mejor: exigencias, un nivel de derecho. La falta surge en la encrucijada del nivel de hecho. Es a partir del «debe de haber» que algo puede faltar.” (Oscar Massota)
Al cumplir los sesenta años parece abrirse otra dimensión de la experiencia vital.
¿Qué se siente al cumplir los sesenta?. Esta es la pregunta que, a modo de felicitación, me soltó un conocido. Pues sí, hace poco los cumplí. Y a veces, cuando queremos compartir lo que sentimos, caemos en la trampa de explicaciones, justificaciones y demás. Pero si tengo que hablar de lo que siento es de nostalgia.
La nostalgia, para mí, es una tristeza referida a algo preexistente. A veces puede ser algo concreto (una persona, una casa, una ciudad…). Otras veces esa nostalgia se remite a algo impalpable, quizás intuido. Y es a este segundo aspecto de la nostalgia al que me refiero ahora.
¿Nostalgia de qué? y ¿a qué se refiere esta nostalgia al cumplir los sesenta?
No creo en las definiciones precisamente matemáticas al hablar del mundo emocional, por eso me extenderé un poco… O eso creo.
Al cumplir los sesenta… Nostalgia… ¿de qué?
Describo el concepto pulsión, tal y como lo describe Oscar Massota. Libro “El resguardo de la falta”, “Lecciones de introducción al psicoanálisis”:
“Esa fuerza (la pulsión) que nos impulsa a realizar una acción para satisfacer una tensión interna, no tiene objeto. A diferencia del instinto que sí tiene un algo o alguien hacia el que hacerlo para diluir la tensión”. Y me parece especialmente metafórica el término “falta” elegido por Massota.
Existe un anhelo interno por formar parte de un algo mayor. Sea lo que sea que entendamos por ese «algo mayor»
Este sentimiento de hallarse en falta yo lo relaciono con el “sentimiento oceánico” descrito por Freud. Ese anhelo por volver al estado interno vivido en el seno de la madre, antes de nacer. También conocido como estado de “participación mística” por Jung:
“El sujeto no acierta a diferenciarse distintamente del objeto, vinculándose a él en virtud de una relación directa que podríamos llamar identidad parcial. Esta entidad se basa en una unidad a priori de objeto y sujeto».
Sin embargo al cumplir los sesenta, ¿cuál es el vínculo con ese estado de beatitud interna?
De la inconsciencia inconsciente a la inconsciencia consciente, el tránsito a la madurez.
Antes de aparecer en este mundo éramos inconscientemente incompetentes. No sabíamos que no sabíamos. Ahí en la barriguita de mamá vivíamos y nos formábamos felices, sin preocupaciones. Probablemente algún sobresalto hormonal si tuvimos una madre especialmente estresada, pero era con lo que nos formábamos…. Ese estado de inconsciencia inconsciente, el sentimiento oceánico, la participación mística. Hay quien lo relaciona con el Edén bíblico de antes de la “caída”.
Y fue precisamente la caída, los primeros remolinos en el cuello uterino los que nos apartaron de ese estado. Y aparecimos aquí. Fue cuando abordamos el darnos cuenta que no sabíamos nada, empezamos a ser conscientemente incompetentes. Y creo que nunca deberíamos apartarnos de esta inocencia en el saber que no sabemos.
Los primeros momentos de madurez, incorporando la consciencia.
Pero ocurre que aprendemos cosas y, de algunas, en algunos momentos, nos hacemos conscientemente conscientes. Por ejemplo: cuando aprendo a conducir, me esfuerzo conscientemente en coordinar el embrague, cambio de marchas, freno y acelerador. Poco a poco esto se convierte en un automatismo y aprendemos a utilizarlo. Entonces mi competencia en conducir se hace inconsciente. O más bien dicho inconscientemente competente. No sé que sé.
De la incompetencia inconsciente a la competencia inconsciente.
Este juego en el aprendizaje de conductas y habilidades lo podemos contemplar desde otro nivel. El juego de la vida. Quizás las reglas no sean exactamente las mismas pero siempre me ha resonado.
Nunca dejamos de aprender y, en el mejor de los casos, andamos continuamente en ese ciclo de aprendizaje consciente. Todo esto hasta, creo, en el último tramo de la vida.
Al cumplir los sesenta, el tránsito del miedo al amor.
Creo firmemente que el siguiente paso en la evolución de la especie es el tránsito hacia el amor. Y creo que esto se hace más evidente con el paso de los años.
La aparente oscuridad lo es por el contraste con la luz.
Como he señalado antes, el nacimiento no fue precisamente algo plácido. Al nacer dejamos un estado de fluidez serena, indiferenciada, a otro ambiente frío, áspero. Empieza el darnos cuenta de lo que es “yo” y “no yo”. El proceso de la diferenciación. Pero sólo es el comienzo.
Y en ese comienzo aparece el miedo. Yo creo firmemente que es la primera emoción que conocemos, el miedo. La supervivencia está implicada durante el trauma del nacimiento. A partir de este momento el ego se va formando y, con él, el aprendizaje consciente. También vamos aprendiendo a amar. Y es el amor, al principio por la madre y el padre, lo que nos va apartando del miedo. No en vano dicen que el opuesto del miedo es el amor. El amor une, el miedo separa.
El centro de la conciencia es el ego.
Esta frase es de Jung. Y este ego incipiente tiene la función de otorgar sentido, continuidad e identidad personal a través de la vida. Pero noes la totalidad de la psique. Jung denominó “sí-mismo” a ese centro que equilibra los aspectos conscientes e inconscientes de la psique. Trasladar el centro de gravedad, del ego al sí mismo es un momento necesario en el proceso de individuación.
Pero significa destronar al ego y su necesidad de control
El miedo vuelve a aparecer en este momento. Ya no hay control, y el tiempo se acaba. La percepción de finitud es cada vez más cierta.
Sin embargo, en la segunda mitad de la vida, la conciencia nos urge a volver la mirada a otro lugar para seguir encontrando sentido. El ego, en el mejor de los casos, debe rendirse a algo de orden superior. Llamémosle conciencia, sí-mismo, self, yo superior etc.
Y sigo citando a Jung:
“La primera mitad de la vida se dedica a formar un ego saludable, la segunda mitad se va hacia adentro y lo deja ir.”
Dejar ir lo que ya no está en el orden principal de prioridades.
Dejar ir al ego (que tanto costó construir), nuestro “centro de controly poder” es una tarea difícil. Significa una rendición consciente a la Vida, a la segunda mitad de la vida pues según Jung:
“La segunda mitad de la vida, el atardecer, no debe estar gobernada por los mismos principios que rigieron el amanecer, pues no tendrán el mismo sentido que tuvieron antaño”.
Y, como dije antes, desprenderse del miedo al soltar el ego sólo es posible, creo, mediante el amor. Y sigo citando a Jung:
“Donde reina el amor, no hay voluntad de poder, y donde predomina el poder, falta el amor. El uno es la sombra del otro.” – Carl Jung
En este momento de la vida recomiendo, para quien no lo haya hecho aún, un trabajo de recapitulación. Una especie de biografía emocional con ánimo sanador. Hay muchas formas de hacerlo, para hacerlo individualmente (no siempre recomendable) adjunto un enlace a un texto inspirador. El camino tolteca de la recapitulación.
Recapitular y resignificar el sendero recorrido
Al cumplir los sesenta, «el peso del mundo es amor».
Al cumplir los sesenta, un poema de Allen Ginsberg vuelve una y otra vez a mi memoria: “Canción”. Es un poema al amor, pero no ese amor edulcorado y simplón. Dice así:
«El peso de este mundo es el amor. Debajo de la carga de la soledad, debajo de la carga de la insatisfacción el peso, el peso que cargamos es amor. ¿Quién podría negarlo? Toca al cuerpo en los sueños, crea milagros en el pensamiento, en la imaginación padece hasta que logra concretarse en otro cuerpo –y mira desde el corazón ardiente en su pureza– porque la carga de la vida es el amor; sin embargo llevamos la carga con fatiga, por eso es que debemos descansar finalmente en brazos del amor, descansar en los brazos del amor. Sin amor no hay descanso, no se duerme sin sueños de amor– Y aunque estés loco, obsesionado con ángeles o máquinas, el deseo final es el amor.
–Nunca es amargo, y no sabe negarse, no sabe contenerse aunque lo nieguen es demasiado el peso. –Y da sin esperar a cambio nada, así como la idea nos es dada en soledad en toda la excelencia de su exceso. Los cuerpos tibios brillan juntos en lo oscuro, la mano busca el centro de la carne, la piel tiembla feliz y el alma llega alegre al ojo Sí, sí, esto es lo que quería, es lo que siempre quise, volver al cuerpo en que nací.»
La belleza física tiene fecha de caducidad, ¿ocurre lo mismo con la esencia?
Es un bello modo de unir lo que finaliza con lo que comienza.
Recuerdo este poema de mi época de estudiante. A mí siempre me gustó lo marginal, lo repudiado, y más aún en mi juventud. Y Allen Ginsberg formó parte de esa generación contestataria de los años 50, la generación Beat.
La psicoterapia de las interacciones del Yo y la Valentía de amar.
Mi alma de adolescente que leía tardíamente esos versos (la España tardona de entonces), se sentía atraída por un no sé qué. Ahora, al cumplir los sesenta años, advierto desde qué lugar se escribió y a qué tipo de amor se refería.
Una percepción parecida surgió en mí al leer el libro de Gilligan “La Valentía de amar”. En su forma es la presentación de la “psicoterapia de las interacciones del yo”. En su estructura profunda rezuma esa “valentía de amar” del título.
Siento de un modo cada vez más intenso esa llamada del último tramo del trayecto. Desprenderse del ego (la fuente de la conciencia) para servir a eso que llamamos Vida que incluye, a título personal lo consciente y lo inconsciente. Y también la rendición consciente a lo colectivo.
En una formación que recibí, hace ya tiempo, se nos invitaba a visitar los últimos momentos de nuestra vida. En esos instantes, y mirando hacia atrás se nos invitaba a resonar la pregunta:
¿Ha sido una vida bien vivida?.
El amor, algo perdurable más allá de la transitoriedad del vínculo.
Ahora, al cumplir los sesenta, percibo la proximidad de esa pregunta cada vez más cerca. Y ese es el peso que siento del amor, ese saberlo y aceptarlo. Y reconsiderando la respuesta sentida, me ayuda a ser, cada vez más consciente. Creo que sí, que hasta ahora ha sido bien vivida, con mis locuras y mis rarezas, con mi rebeldía y mi dulzura. Con mis faltas y mis virtudes. Sé que no gusto a todo el mundo, tampoco lo pretendo. Y sé que me duele más no agradar a algunas personas que a otras. Pero ese es el precio de la diferencia.
El gran místico y poeta sufí Rumi afirmó:
«Hay una gran vela en tu corazón, lista para ser prendida. Hay un vacío en tu alma, listo para ser llenado. Lo sientes, ¿verdad? Sientes la separación del Amado. Invítale a que te llene, abraza el fuego. Y recuérdaselo a aquellos que te dicen lo contrario».
La llama se define por su forma y por la oscuridad que la delimita.
Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo.
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Liberar la sombra del subconsciente de un modo creativo es algo cada vez más necesario. Y esto es especialmente urgente en este momento de fatiga pandémica por la crisis del coronavirus. No hacerlo puede agravar situaciones de estrés, ansiedad, depresióny agravamiento o recaídas en adicciones.
Antes de exponer un modo de hacerlo creo necesario aclarar algunos conceptos.
¿Qué es la sombra del subconsciente?
Con el nombre de sombra, Carl Gustav Jung definió un arquetipo que, a nivel individual, encierra aquello que rechazamos de nosotros mismos. Estos contenidos rechazados suelen permanecer en un nivel inconsciente, del que no nos damos cuenta. Sin embargo esto no quiere decir que no influyan en nosotros. Es, precisamente por permanecer inconscientes, que su influencia es mayor de la que pensamos.
A destacar que no necesariamente la sombra del subconsciente encierra algo “negativo” por sí mismo. Es, simplemente, algo rechazado. Imaginemos, por ejemplo, que una niña se mostró asertivamente enérgica en algún momento. Sus padres podrían reprenderla en el sentido que una «niña no puede mostrarse así de contundente«. Este no es más que un introyecto de unos padres influenciados por los mandatos del machismo y el patriarcado.
Es probable que esta niña, una vez mujer, rechace ese aspecto enérgico y asertivo de su personalidad. La represión de este elemento puede provocar, en algún momento, explosiones de ira descontrolada. Esto puede ser vivido incluso con cierta perplejidad. Pero es precisamente no permitir que se exprese de un modo adecuado lo que provoca estas explosiones de ira.
Podríamos pensar en una olla exprés puesta al fuego sin válvula de seguridad. Si no se permite que la presión interna se desahogue, la olla terminará explotando. Algo parecido pasa cuando no podemos expresar o manifestarnos de un modo creativo. Esto es más manifiesto aún, cuando lo que se reprime son rasgos inherentes de la personalidad.
Así pues, encontrar un modo de aliviar esta tensión interna es necesario. Especialmente en una sociedad cada vez más compleja, estresada y salpicada de crisis continuas y de diferentes tipos.
Cómo repercute en nuestra actitud y conducta no manifestar lo reprimido?
Hacer consciente lo inconsciente para liberarnos de conductas no deseadas.
Respondemos a las dificultades externas en función de nuestras experiencias de referencia. Estas construyen nuestro modo de ver el mundo, como si fueran un filtro. Este filtro se constela en un arquetipo llamado genéricamente la sombra del subconsciente. Este núcleo profundo de nuestra psique configura nuestras creencias, algunas potenciadoras, otras limitantes. Estas últimas aparecen especialmente en momentos de dificultad. Y en esta época de fatiga pandémica especialmente.
Cuando nuestras respuestas son exageradas, desproporcionadas o sospechosamente vehementes es cuando más presente está este tipo de pensamiento catastrofista. Por supuesto, esto condiciona formas de ajustarnos a la realidad muy poco creativas. Es por esto que es necesario descubrir la sombra del subconsciente.
Uno de los inconvenientes para hacer consciente esta figura es nuestro crítico interno. Paradójicamente, este crítico interno forma parte de la sombra del subconsciente. Cuando conseguimos silenciarlo parece fluir la conciencia con mayor facilidad. ¿Cómo conseguirlo? En este artículo examinamos una técnica. Pero antes exploremos la actitud necesaria para emprender este trabajo.
La sombra y el viaje del héroe.
Emprender un viaje vital en el que enfrentar las sombras.
Dilts y Gilligan en el libro “El viaje del héroe” señalan la necesaria integración de la sombra del subconsciente. Para esto se basan en las enseñanzas de Joseph Campbell en el libro “El héroe de las mil caras”. Integrar nuestras partes dolidas no es olvidarlas ni “vencerlas”. Para esto establecen la diferencia entre dos personajes arquetípicos: campeóny héroe:
El campeón se mueve en el reino maniqueo de la dualidad enfrentada. Desde esta óptica lo que se entiende como “mal” debe ser vencido.
El héroe orienta su actitud y acción hacia la integración. Entiende la sombra del subconsciente como una herida emocional que no ha sido escuchada. Por lo tanto no se le ha otorgado un espacio para ser integrada. Esto no quiere decir hacer aquello hacia lo que nos impulsa. Simplemente quiere decir atenderla y escucharla. En esta integración, existe un paso más allá. Entender la necesidad no satisfecha que existe detrás de todo lo que llamamos “defecto”. Y encontrar formas adaptativas de satisfacer esta necesidad. Puedes encontrar más información acerca de esto en mi anterior artículo: El principio de intención positiva en PNL.
En el viaje del héroe, la sombra del subconsciente es representada por un dragón o demonio. Es curioso ver cómo este suele aparecer en muchos relatos de inspiración mitológica como quien guarda un tesoro. Este tesoro no es más que el self (sí mismo, yo superior etc…) al que se accede al reconciliar las partes internas. Y es bueno saber que este Yo con mayúsculas también contiene a la sombra del subconsciente.
La escritura automática puerta abierta a la sombra del subconsciente.
Escritura automática y creatividad.
La escritura automática, también conocida como el fluir de la conciencia fue impulsada especialmente por André Breton. Breton fue el principal exponente del surrealismo e impulsó un tipo de escritura espontánea, sin la censura de lo consciente. Esta forma de escribir permite que aflore a la conciencia cualquier contenido consciente, inconsciente o a medio camino. Tiene dos grandes ventajas. En primer lugar destapa todo lo que permanece reprimido, con la consiguiente liberación. En segundo lugar, abre un canal a la creatividad. Bajo este segundo punto de vista podemos compararlo al famoso “brainstorming” en los procesos de creatividad.
El aspecto que a nosotros nos interesa es el de abrir la puerta a la sombra del subconsciente. Esto permite dos grandes avances: En primer lugar, liberar tensiones internas. En segundo lugar al hacer consciente lo inconsciente podemos encontrar formas más creativas de satisfacer las necesidades no satisfechas.
Recientemente distintos autores se han hecho eco de esta práctica con diferentes intenciones. Así, por ejemplo, para liberar la creatividad ha sido citada por Julia Cameron. En sus dos libros: “El camino del artista” y “El camino del escritor” recomienda esta práctica como introductoria.
Joseph O’Connor y Andrea Lages también mencionan esta técnica en su libro “Coaching con PNL”. Lo recomiendan para clarificar la mente y para encontrar una fuente de inspiración. Esto es así pues en esta práctica pueden aparecer desde los pensamientos más ruines a las inspiraciones más elevadas.
Finalmente, Israel Regardie, con una orientación más mística recomienda una variante. En vez de escribir, sugiere recitar en voz alta lo que surja y registrarlo en una grabadora. Esta variante la incluye en su libro “Doce pasos a la iluminación”, un referente en el hermetismo occidental.
¿Cómo empezar con la escritura automática?
La escritura automática no está reñida con la creatividad
Las pautas son tan sencillas que necesitan una explicación 🙄 . La escritura automática es el resultado de «el flujo de la conciencia». Se trata simplemente de escribir sin detenerse, esta es una forma de liberar la sombra del subconsciente. No hace falta que escribas cosas conexas, coherentes o “correctas”, sólo suelta, suelta y suelta. Incluso puedes escribir empezando por el final de la hoja, darle la vuelta y seguir por un margen.
Simplemente, mueve el lápiz, bolígrafo o lo que tengas escribiendo. No hagas caso a las voces internas que piden algo lógico, coherente, estético…. Si no sabes que escribir, sencillamente pon “No sé qué escribir” o bien otra cosa. Sólo está prohibido detenerse.
Al principio puede resultarte extraño, pero a medida que lo practiques verás cómo fluyes con más facilidad.
Es recomendable hacerlo cada día a una hora determinada. Pero si no puedes hacerlo cada día a la misma hora, mejor hacerlo en diferentes momentos a no hacerlo. Julia Cameron propone hacerlo por las mañanas, nada más despertar. Es una buena idea pues nuestro pensamiento consciente aún anda dormido y los contenidos del subconsciente afloran con mayor facilidad.
No obstante, bajo mi punto de vista, existe una excepción. Si trabajas con los sueños y dedicas el momento del despertar a tu diario de sueños. En este caso, prioriza tu diario de sueños. Es otra forma de atender la sombra del subconsciente, incluso yo diría que de un modo más integrador.
Puedes también grabar, recitar, bailar, gesticular, moverte con lo que escribes. O, incluso, después utilizar el cuerpo para expresarlo. El cuerpo es otra maravillosa forma de contactar con lo subconsciente.
El Crítico interior, el gran obstáculo para la liberación
Cuando nuestro crítico interior no nos permite ocupar nuestro lugar en el mundo.
Estoy observando en consulta muchas personas que tienen una parte cruelmente crítica. Y digo, adrede, cruelmente crítica pues este aspecto critico de nosotros también tiene algo creativo.
Trabajar con la escritura automática te ayudará no solo a liberar la sombra del subconsciente. También te servirá para pasar por alto la voz de tu crítico corrosivo.
Nuestra creatividad es esencialmente libre y, cuando la retenemos, puede volverse loca 😈 . Para ello nada mejor que liberarla para que se exprese, poco a poco su mensaje irá volviéndose más inspirador.
¿Recuerdas lo que escribí con anterioridad? Eltesoro está custodiado por un dragón o demonio. Pues bien, aquí está el dragón o demonio. No solamente en lo que pueda aparecer como inapropiado, sino más bien en el crítico corrosivo. Pero cuando la herida se sabe escuchada, poco a poco desprende su tesoro. Es como el agua cuando permanece estancada, para purificarse necesita fluir, transcurrir, dejarse ser.
Esta es otra de las ventajas de liberar la sombra del subconsciente. Nos liberamos de nuestro crítico interior corrosivo. De esta manera esta subpersonalidad puede transformarse en un crítico constructivo. Simplemente escribe “pasando” de tus voces internas críticas.
A modo de conclusión
Recuerda, por más loco, inapropiado, obsceno, irreverente o incluso criminal que sea lo que escribes, ¡exprésalo!. Recuerda que sólo estás escribiendo, no dando rienda suelta a conductas inapropiadas. Eso sí, luego guárdalo de tal forma que solamente tú lo puedas ver. Y si te da mucha “cosa” no lo vuelvas a leer.
Puedes incluso repetirte a ti mism@ “Yo soy esto y también mucho más que esto…» Y lo interesante es que esto, cuando es recibido, deviene algo mucho más que “esto”.
Permitir que lo silenciado vuelva a ser visto y recibido.
El encuentro entre culturas ofrece inesperadas experiencias vitales.
Oriente y Occidente se han caracterizado por una orientación cultural distinta en la dicotomía ser y hacer. Así la mentalidad oriental está más encauzada al ser y la occidental al hacer. Por lo menos así ha sido históricamente hablando. Actualmente parece que ambas culturas tienden a converger en una síntesis de ambos senderos. Una coherencia interna hacia una mayor conciencia.
Un camino de acción con conciencia para redescubrir nuestro ser en el hacer. Y en el ser encontrar nuestra expresión más auténtica. Diferentes caminos dentro de la terapia humanista convergen en esta recapitulación entre ser y hacer. Así la terapiaGestaltcon su énfasis en el aquí y ahora, el contacto y las necesidades no resueltas. A la búsqueda de la autenticidad encubierta por los mandatos sociales y culturales de todo tipo. Muchos de ellos, por supuesto, contenidos en los mandatos parentales. El focusing con su énfasis en el contacto con el cuerpo (el cuerpo no engaña). La hipnosis con su insistencia en la coherencia y armonización de lo consciente con lo inconsciente. O la terapia del niño interior que nos lleva a las primeras experiencias que enrocaron nuestro ser.
Todas estas modalidades tienen cabida en un modelo que vincula ser y hacer. Se trata del modelo de los niveles neurológicos de la PNL . Este modelo nos remite a los diferentes niveles de aprendizaje o de cambio en nuestra conducta y/o actitud vital. Cuando los aprendizajes (por incorporar o ya incorporados) transcurren y se asientan coherentemente en los diferentes niveles, ser y hacer conectan fluidamente. Este modelo puede aplicarse a cualquier modalidad de terapia, coaching y psicoterapia.
Enumero a continuación estos niveles para comentarlos someramente después.
El árbol, símbolo y metáfora de la unión de arriba y abajo.
En modo parecido, la estructura del cuerpo del ser vivo se articula en diferentes eslabones. Así, por ejemplo, los átomos se organizan en moléculas. Las moléculas crean células y tejidos. Los tejidos se aglutinan para conformar órganos. Finalmente, los órganos se organizan en los sistemas (circulatorio, respiratorio…). El conjunto de sistemas se organizan en la persona.
Principios sistémicos en la conexión entre ser y hacer.
La salud depende de la vitalidad de cada elemento y, muy especialmente, en la coordinación entre niveles. Esto último es la base del pensamiento sistémico con dos de sus principios básicos:
El principio de interconexión. Es decir todo lo que sucede en un nivel afecta a los siguientes. Por supuesto la coherencia entre los eslabones definirá la congruencia entre ser y hacer.
El principio del eslabón más débil. La fortaleza de un sistema está supeditada al más débil de sus eslabones.
Es recomendable que cualquier proceso terapéutico tenga en cuenta los distintos niveles. Bien sea para obtener el máximo avance con el mínimo esfuerzo (atendiendo al nivel más débil). O para conseguir un avance fluido (coherencia de niveles). Esto proporciona una sensación de coherencia entre ser y hacer que nos aporta la convicción de completitud y sentido. Veremos esto más adelante con ejemplos concretos.
Una transformación en los niveles superiores (en el sentido transpersonalidad hacia entorno) garantiza cambios en los niveles inferiores.
Así, por ejemplo, un cambio importante en la identidad suele generar cambios en los niveles de creencias, capacidades y conductas. De tal manera que ser y hacer quedan alineados de un modo distinto. Imaginemos una mujer y un hombre que pasan a ser padres (y asumen la maternidad y paternidad responsablemente). Este es un cambio importante en la identidad, especialmente con el primer hijo. Evidentemente esto genera cambios importantes en la orientación de vida de ambos.
Sin embargo los cambios en la identidad también pueden acontecer por vivencias internas profundas. Por ejemplo, procesos profundos y extensos de psicoterapia, experiencias excepcionales o, incluso, de tipo espiritual.
Las transformaciones en niveles inferiores pueden generar transformaciones en los niveles superiores, pero no necesariamente. Para esto es preciso un trabajo consciente en un proceso guiado, bien de coaching bien de psicoterapia.
Por ejemplo, si aumento mi capacidad de concentración en función de un plan de ejercicios (nivel capacidades). Esto puede mejorar diferentes niveles de mi conducta (en el trabajo, tareas del hogar, lectura etc…). Sin embargo, no siempre mejora el de las creencias. Así, por ejemplo, la persona puede o no mejorar su autoestima (nivel a medio camino entre creencias e identidad).
La experiencia como fuente de unión entre lo antiguo y lo nuevo. Lo denso y lo sutil.
Por otra parte, a medida que ascendemos de nivel, lo concreto va dejando paso a niveles más abstractos. Del mismo modo la distancia entre ser y hacer se va acortando.
Los Niveles lógicos y neurológicos en PNL
El entorno es el nivel que nos informa de ambientes, lugares y momentos específicos.
Las conductas forman parte de lo observable en las personas, sin embargo ya es algo más cambiante.
Las capacidades tienes que ver con cómo la persona gestiona su mundo interno para hacer algo.
Las creencias y valores, generalmente acerca de uno mismo, las personas y el mundo, casi siempre se manifiestan en niveles implícitos y no siempre son conscientes.
La identidad tiene que ver con el autoconcepto de la persona, y generalmente escapa a la definición lingüística. De tal manera que, casi siempre se trabaja a nivel de metáforas.
Finalmente, el nivel transpersonal que es el sentimiento de sentirse formar parte de algo mayor. Bien sea en un ámbito espiritual, psicológico, o de colectivo social o familiar.
Del mismo modo, cada nivel precisa intervenciones distintas para propiciar cambios, así como atender a las particularidades personales. Si bien los distintos niveles están interrelacionados, generalmente es en uno de ellos donde dar el “golpe de gracia”. De este modo garantizamos procesos más rápidos y limpios.
He visto, por ejemplo, personas geniales para hacer exposiciones (un excelente nivel de capacidades y conducta). Y sin embargo no terminan de creérselo (nivel creencias/identidad). Es en el nivel de creencias donde intervenir en estos casos, o incluso en el de identidad.
También a la inversa. Personas que se creen con derecho a opinar e incluso anatemizar acerca de todo… Con una pobrísima preparación en aquello de lo que hablan. Nivel de capacidades deficiente, con unas creencias infladas acerca de uno mismo (inflación del ego)
Ser y hacer en el entorno
El entorno tiene que ver con el cuándo, dónde y con quién de una conducta concreta. Por ejemplo estudio (conducta) en una habitación ruidosa por las mañanas (entorno). Es el nivel más concreto pues, como veremos, a medida que avanzamos cada nivel es más abstracto. También elementos del ambiente y lo que incorporamos del mismo. Por ejemplo el tipo de aire que respiramos (contaminado o no), el tipo de comida. Todo lo que pueda mejorar un ambiente, tanto en un sentido material (higiene, orden, disponibilidad de material…), como en un sentido sutil (feng-shui, colores armónicos…) tiene un impacto en nuestra conducta (siguiente nivel)
Ser y hacer en la conducta
La conducta, la dimensión visible de nuestra experiencia.
La conducta es lo que hace la persona en entornos concretos y específicos. También podemos llamarlo comportamiento. Los matices de diferencia no afectan a esta visión de los niveles lógicos y neurológicos. Es el qué de lo que hacemos. La intervención terapéutica por excelencia es la del conductismo clásico. Sin embargo, en PNLtambién existen modalidades de intervención propias para este nivel. Cuando estas conductas son reacciones repetitivas hablamos de hábito o, incluso, reflejo condicionado a un estímulo.
Capacidades.
En este viaje entre ser y hacer nos movemos hacia un nivel más abstracto. Las capacidades tienen que ver con la estrategia y mapas mentales que utilizamos para materializar una conducta. Es el cómo, organizo mi actividad interna para, por ejemplo, motivarme para fregar los platos. Motivarme es una capacidad que puedo utilizar para diferentes conductas. En este caso, por ejemplo fregar los platos (conducta). Sin embargo puedo utilizar la misma estrategia interna (capacidad) para ir al gimnasio, levantarme temprano, estudiar etc.
En este nivel utilizamos intensivamente elementos de lo cognitivo. Percepción, atención (foco y dirección), memoria (experiencias y calidad), diálogo interno, imágenes internas (calidad de las mismas) entre otras.
Es el cómo nos organizamos internamente para conseguir ciertas habilidades. Por ejemplo, creatividad, adaptación, estabilidad, determinación, sociabilidad, organización, gestión del tiempo, optimismo, persistencia, capacidad de aprendizaje, de trabajo, etc…
Todas estas capacidades se pueden adaptar a diferentes conductas en distintos entornos. Así, por ejemplo, puedo ser organizado en el trabajo, en las tareas domésticas, o en una actividad de estudio.
Las Creencias
Este es el nivel nuclear en el sendero que une ser y hacer. Las creencias se dirigen hacia tres focos:
Creencias acerca de uno mismo. Núcleo de la autoestima.
Acerca de los demás. Capacidad relacional.
Creencias sobre la vida en general. Abarcan un amplio espectro de consecuencias.
Las creencias el centro de la experiencia vital.
Generalmente contienen juicios y evaluaciones acerca de las tres áreas relacionadas. Por ejemplo puedo creer que soy incapaz de aprender a jugar bien a ajedrez. En este ejemplo observamos, además de la creencia limitante (en cierto nivel TODA creencia es limitante, incluso las “positivas”) que se dirige al área de las capacidades. Y esto es indiferente a si soy o no capaz. Puedo ser un estupendo estratega y creer que no lo soy.
Esto apunta a una de las características principales de este nivel. Las creencias pueden referirse a cualquier nivel lógico. Por ejemplo, puedo creer que mi consulta (entorno) es lúgubre, que mi actividad como terapeuta es torpe (conducta). También puedo creer que no soy capaz de empatizar (capacidades) o incluso creer que soy un pésimo terapeuta (identidad). Y todas estas creencias pueden o no estar alineadas con lo que, como consenso general, pudiera considerarse óptimo o no.
Las creencias suelen estar vinculadas a los límites que nos imponemos para hacer algo.
Los Valores, esenciales en el encuentro en ser y hacer.
Generalmente, en PNL, se ubican en un mismo nivel creencias y valores. Yo prefiero examinarlos diferenciadamente. Una definición clásica de PNL sobre los valores es la de “generalizaciones y nominalizaciones acerca de aquello a lo que aspiramos o con lo que queremos relacionarnos o conseguir”. Sin embargo, a efectos de divulgación, es más sencillo decir aquello que es importante para nosotros.
Los valores, el núcleo de nuestro ser y motivación interna.
Los valores y la jerarquía de los mismos es distinta en cada persona. Por otro lado, valores y creencias suelen estar vinculados por el cómolas segundas definen a los primeros. Así, la palabra profesionalidad puede ser distinta para dos personas diferentes. Para una puede representar definir y cumplir objetivos en una organización. Mientras que, para otra, puede ser llegar el primero e irse el último de la oficina. El valor es el mismo (profesionalidad), pero la semántica distinto para cada uno.
Así vemos como, por ejemplo en política, diferentes líderes se refieren a los mismos valores. Para alguien de izquierdas la libertad puede estar vinculada a la igualdad y justicia social real entre las personas. Para alguien de derechas, sin embargo, este concepto de libertad es algo más abstracto y menos vinculado a la justicia social. Así, el valor que ambos comparten es definido de modo distinto por diferentes creencias.
Valores, motivación y objetivos.
Los valores, por otra parte, son fuente de motivación interna. Así, una persona que pueda materializar sus valores en su vida privada y/o laboral tenderá a ser más feliz. Cabe diferenciar la motivación interna de la externa. La primera tiene que ver con lo que es importante intrínsecamente para la persona (valores). La motivación externa con factores externos. Por ejemplo un sueldo importante en un trabajo.
Los objetivos vinculados con valores personales son mucho más motivadores que aquellos que lo están con las fantasías del ego. Como por ejemplo, prestigio social, imagen, jerarquía, posición económica etc… De esta manera los valores que se plasman en objetivos establecen importantes puentes entre ser y hacer.
En mi blog publique hace poco una lista de valores. Anexo enlace a la misma que te puede ser de utilidad para reconocerlos en tu día a día:
Los valores nos aproximan a nuestra identidad profunda.
Es el autoconcepto, la definición que explícita e implícitamente tenemos de nosotr@s mism@s. Todos los niveles anteriores, aunque distintos suelen confluir en este estrato de la experiencia vital. Si bien a veces existen importantes distorsiones. Por ejemplo no es lo mismo hacer (comportamiento) el tonto que ser (identidad) tonto.
La autoimagen y autoestima se reflejan en este nivel. Por su escala superior se vincula con lo transpersonal. En este vínculo la identidad dibuja tres aspectos, a saber:
Misión: tiene que ver con nuestra aportación única a la humanidad, sociedad, colectivo etc.
Rol: El tipo de persona que tenemos que ser para crear la vida que queremos. El papel a desarrollar para que se materialice nuestra aportación a la humanidad.
Propósito: ¿Para quién o para qué de nuestra aportación y rol a la humanidad?
Por ejemplo, una persona puede sentir la misión de hacer felices a los demás mediante la risa. Para ello se prepara para adoptar el rol profesional de clown. Y, si bien puede dirigir su actividad a toda la sociedad, decide enfocarse a los enfermos hospitalizados.
En su nivel más primitivo, la identidad tiende a la identificación, pro ejemplo con otros grupos. Esto no tiene en sí nada de malo si, con ello, no perdemos nuestra individualidad que es lo que suele suceder con los fanatismos. Y esto es algo que, a menudo vemos con demasiada facilidad. Tendemos a identificarnos con un equipo de fútbol, una opción política, una idea o posicionamiento determinados etc.
La identidad durante la crisis del coronavirus.
Actualmente (enero de 2021) existe una polarización en la sociedad con motivo de la pandemia del coronavirus. Así, por un lado los negacionistas a ultranza, mientras que en el otro los que colaboran sin rechistar. Esto genera una identificación con actitudes y conductas extremas. Por ejemplo, los que siempre y en todo momento llevan la mascarilla y los que desobedecen continuamente los consejos y normas impuestas. De nuevo el vínculo entre ser y hacer refleja las diferencias. En este caso, la identificación (si existe fanatismo) diluye la identidad originaria.
El nivel de lo transpersonal
Lo transpersonal nos lleva a un nivel de experiencia distinto al acostumbrado por el ego.
Cuando hablaba sobre la identidad apuntaba al propósito. El ¿para qué o para quién de nuestra aportación? Este es pues el nivel de lo transpersonal. El estrato en el que trascendemos lo puramente egoico para estar al servicio de un propósito mayor.
Este nivel puede tener que ver con:
Causas vinculadas a colectivos sociales o profesionales; familiares (padres, hi¡jos, hermanos, parejas); o la sociedad en general.
Solidaridad con los seres vivos en general, la naturaleza etc…Por ejemplo militancias ecologistas o animalistas.
Propósitos vinculados a lo transpersonal psíquico. Niño interior, conciencia ampliada, experiencias más allá del ego.
Lo puramente espiritual, vinculado o no con credos religiosos.
Gregory Bateson habló de “el patrón que conecta todas las cosas en un todo mayor”. Conceptos similares pueden ser el “campo relacional”, “conciencia colectiva”, “espíritu de grupo” etc. Estos conceptos, formulados de esta última manera, empiezan a introducirse en entornos organizacionales.
Hasta aquí esta exploración en la conciencia hacia una coherencia interna.
Veremos en otro artículo implicaciones prácticas de estos niveles. Hasta entonces, recibe un cordial saludo.
Recuerdo lo que me llevó a la terapia gestalt, hace más de 20 años. Por aquello época los libros de terapia gestalt aparecían en las librerías alternativas tipo new age, espiritualidad, cábala, brujería…
Y fue en una de esas librerías de Barcelona, a finales de los 90, cuando sucedió. Es una librería yo diría que acogedora, hospitalaria, entrañable. Me gustaba husmear entre los libros. Un día, el propietario me dijo “¿te gustan estos temas verdad?” “Por supuesto”, le respondí. “Bueno, -me dijo- , puedes venir aquí siempre que quieras, explorar, indagar entre los libros, no hace falta que compres nada”.
Con las palabras de ese librero me sentí recibido. Intuí en su actitud esas palabras que más tarde utilizaría en alguna práctica, “yo te veo”. Sólo que en aquella época yo aún no lo sabía. Un espacio repleto de posibilidades se abría ante mí.
La vía del vacío fértil repleto de posibilidades.
Un día, husmeando entre los libros vi uno que me llamó la atención. “Terapia Gestalt, la vía del vacío fértil” de Francisco Peñarrubia. Así que, como tenía permiso, cogí el libro lo abrí y empecé a explorar. Nada más empezar el libro, en la sección de notas y agradecimientos aparece una cita de Martin Buber:
“Miro a veces el fondo de los ojos de un gato.
El animal domesticado ha adquirido al precio de su ingenuidad elemental la facultad de dirigirnos esa mirada, a nosotros que no somos ya animales.
La mirada de ese gato iluminada al contacto con la mía me pregunta:
¿Es verdad que te interesas en mí?
¿Es que existo para ti?
¿Acaso existo?
La mirada del gato de Buber parecía inquirle, ¿realmente existo para ti?
Esas palabras me bastaron para comprar el libro y, antes de una semana ya estaba empezando una formación en psicoterapia. Así, tal cual, sin más.
Creo que fui uno de los primeros en leer ese libro. Yo conocía el vacío estéril y frío, pero me intrigaba eso del vacío fértil. Y sobre todo, lo que según Buber existía en el fondo de la mirada del gato, “yo te veo pero… ¿tú me ves a mí?
Cultivar la presencia la conciencia interpersonal “Yo te veo”
Yo te veo, podría ser la traducción del saludo “sawubona”. La respuesta es “shikoba”, estoy aquí o existo para ti. Este es algo más que un protocolo de saludo entre algunas tribus del sur de África. Implica un saludarse de presencia a presencia.
Y digo que va más allá de un simple protocolo. No es un simple “yo te veo” como constatación de percibir una presencia física. Sería, más bien, el equivalente al “Namasté” sánscrito, algo así como «mi divinidad saluda a tu chispa divina».
Para los acostumbrados al concepto “escucha activa” , es familiar el concepto “escuchar con todo el cuerpo”. Del mismo modo, en este “yo te veo” existe esta totalidad que recibe a la totalidad de quien es visto.
En clave musical, el recibir a la persona amada en su totalidad, en la canción de Katie James, “Todo o nada”.
Cuando una mirada dice lo que las palabras no pueden.
He incluido tres ejemplos a modo de metáfora pues aprehender lo que existe tras este “Yo te veo” no es algo que se pueda entender sólo desde el concepto. Es más bien actitud. Actitud que invita a la apertura y la curiosidad. Ahora bien… cultivar esta presencia, requiere conectar con una parte nuestra que no juzgue, que no etiquete, ni valore….
Implica estar con el otro desde el propio ser pues no puedo escuchar si me olvido de mí. «La distancia que me separa de mí es la misma que me separa de ti».
Sawabona, Yo te veo
En el «yo te veo» de estas tribus (entre ellas la potente sociedad zulú) existen varios conceptos asociados. “Eres importante para mí”, “Te valoro”. “Veo quién eres en lo más profundo de ti”. Existe también la voluntad de recibir a la otra persona en su totalidad. Reconocer sus necesidades, miedos y aprendizajes pendientes. Así como la de verlo como alguien que aporta valor a la sociedad. Desde la propia individualidad. De hecho todos somos seres individuales y únicos y, desde esta diversidad, tenemos algo importante para aportar. Sólo tenemos que recordar “quiénes somos”. Y saber que alguien deposita su confianza con presencia y nos reserva un espacio.
El saludo, «sawabona»
Todo esto es posible por la firme convicción de un lazo que lo une a todo. “Yo soy parte de ti y tú lo eres de mí”. Pero para esto se precisa ver a la otra persona de forma consciente y relajada. Ver con “mente de principiante”. Es decir con entusiasmo, curiosidad y sin per ni pre juicios.
Abrazar el alma de la otra persona con la propia para otorgarle un espacio. Y es en el espacio social donde el “yo te veo” adquiere una dimensión sanadora como veremos más adelante.
Shikoba, estoy aquí
“Cuando los hombres se saben escuchados, se vuelven débiles.
Estos momentos de debilidad son la única rendija a través de la cual puede desprenderse una gota de generosidad del granito humano.” (Josep Pla, “El cuaderno gris”)
La respuesta a sawabona (Yo te veo) es “shikoba”. De nuevo la traducción literal ofrece una pobre perspectiva. Literalmente es “yo estoy aquí” o con otro matiz “entonces yo existo para ti”. En la respuesta existe un matiz de consuelo y aliento: “me siento aliviado al saber que existo para ti”. Es la respuesta que contiene el aliento profundo de saberse visto y aceptado.
Saberse aceptado es una necesidad humana. Creo, sin embargo, conveniente añadir un matiz que a veces no se tiene en cuenta. No es lo mismo la necesidad de ser aceptado que la necesidad de aprobación.
El ser aceptado está en el núcleo de la expresión “yo te veo”.
Shikona. Estoy aquí.
Es decir: “te acepto tal y como eres. Con tus luchas y miedos. Con tus contradicciones y verdades”. “Y esto es independiente de mis criterios y valores que pueden no coincidir con los tuyos”. “Te acepto por lo tanto como ser único y valioso distinto a mí y honro tu existencia”. Estas frases entrecomilladas son el núcleo de la aceptación. Cuando alguien se sabe visto y aceptado, se siente recibido tal y como es. Y se siente libre para manifestar su autenticidad.
En la necesidad de aprobación el núcleo de la actitud y conducta es otro. La persona las moldea en función de lo que cree que aprobará o no el otro o la sociedad. Es decir, se aleja de ser quien es para agradar y, en su caso, mendigar amor.
Al no saberse aceptado puede existir el impulso de caer en la necesidad de aprobación. Es una tentación difícil de solucionar, especialmente si en ella se involucra un ser amado o admirado. Sin embargo, el proceso de individuación exige no caer en esta trampa.
Yo te veo, estoy aquí. Recordar quiénes somos.
Ouspensky (el alumno más aventajado de Gurdjieff) escribió acerca del recuerdo de sí mismo. Describe el recuerdo de sí mismo en términos más de sensación que de pensamiento. El pensamiento suele ser una de las trampas del ego. Mientras que la sensación de sí mismo (de mí mismo) tiene que ver más con la propia autenticidad. La esencia, nuestro centro, sí mismo, self, yo superior o como se le quiera llamar.
La mirada del otro («yo te veo») nos recuerda quiénes somos.
En modo parecido a Rousseau, que creía que entre los hombres, en estado natural, reinan la amistad y la armonía, los zulúes creen que somos en esencia buenos. El origen de los actos dañinos está en el olvido de quiénes somos. En modo parecido, en nuestra cultura, hacemos una diferenciación entre “quién soy” y “qué hago”.
Esta convicción es la que subyace en la aceptación incondicional del otro y, por lo tanto, de la diversidad. Habita también en el núcleo de la expresión “yo te veo”.
La Programación Neurolingüística (PNL) lo expresa de un modo algo más elaborado a través de los llamados Niveles Neurológicos. Este modelo expresa los diferentes niveles que subyacen a toda conducta humana. Se tabulan mediante esta secuencia:
Tiene que ver con la realidad (generalmente sutil) con la que nos sentimos partícipes. Tiene que ver con el sentimiento de pertenencia y puede obedecer a inclinaciones de tipo espiritual como otras más pragmáticas. En el segundo caso ejemplos pueden ser la familia, colectivos profesionales, sentimiento patriótico, social etc.
La Identidad
Es el núcleo esencial, esa parte que los zulúes reconocen como el ser bueno. No es tanto quién creo que soy, ni mucho menos el “yo social”. Este yo profundo que, por arriba, mantiene un vínculo con lo transpersonal es contaminado por las creencias y valores. Las creencias beben de las experiencias de referencia que van ocultando nuestro yo real. En Gestalt hablamos de los introyectos. Conformados por mandatos sociales, parentales y educacionales de todo tipo nos dicen “lo que se debe y no hacer”.
A esta identidad profunda, antes de la contaminación de las creencias, se dirige el “yo te veo”. Y también desde ese lugar se puede responder “Estoy aquí”.
Cuando olvidamos quiénes somos. El poder de la comunidad.
El ser en comunidad
Los errores que puede cometer un miembro de la comunidad son vistos como un grito de socorro. Una petición de ayuda de la identidad nuclear de la persona que ha “cometido” la irregularidad. La actitud de fondo es “te has portado mal pero en el fondo eres bueno”. De nuevo la diferenciación de los niveles comportamiento (“portado”), identidad (“eres”).
Entonces la comunidad se une a la persona para recordarle quién es. Lo colocan en el centro de un círculo y accionan un ritual. Algunas comunidades le cantan una canción especial, tal y como expuse en mi anterior artículo: Cultivar la presencia. Terapia Gestalt y autoconciencia. Y le recuerdan todo lo que hizo de bueno.
Los rituales obedecen a la peculiar idiosincrasia de cada cultura. Sin embargo son un modo simbólico de reconectar lo terrenal con lo sutil. La persona en sociedad con su núcleo esencial para que pueda aportar a la comunidad su don.
Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo,
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La frase convencional es que «el 2020 no ha sido un año fácil»; el covid-19 emergió con una presencia inusitada. Quizás esperemos mucho del 2021, si bien la pandemia del coronavirus seguirá viva.
El presente artículo trata sobre esto, sobre este aparentemente “maldito 2020”. Y al final propongo un trabajo basado en las fantasías gestálticas. Empecemos por sentar unas bases.
No existe tal cosa llamada tiempo. Existe, eso sí, el transcurrir de los hechos y cosas en un orden determinado. Existe el envejecimiento celular y distintas configuraciones en los cuerpos. Existen los bebés, niñ@s, adolescentes, jóvenes, adult@s madur@s, seniles y el fin del ciclo. Y aun así, sólo son nombres que ponemos.
El tiempo, como concepto, es una herramienta que utilizamos para poner orden y referenciar los hechos.
Si hubiera sido posible viajar en el tiempo, probablemente hubiéramos evitado escuchar hasta la saciedad «resistiré»
Y dentro de esa ficción llamada tiempo, el calendario. Una herramienta útil para fraccionar el devenir de los acontecimientos y la experiencia. También para administrarnos y ponernos de acuerdo. Pero una herramienta que no es más que una fantasía útil.
Y digo esto porque una de las frases más escuchadas antes de las últimas doce campanadas fueron “maldito 2020”. O algo parecido. Cuando decimos “maldito 2020” estamos maldiciendo la herramienta de la herramienta que hemos creado… ¡Bonita forma de creernos, sin saberlo, que así la responsabilidad de lo que sucede es de una entelequia! Pero somos la humanidad los que hemos creado esta quimera…¡Y nuestra realidad!
Y ahora habrá quien me diga…. ¡pero si es broma!. Y está bien reírnos de lo que es nuestra peculiar forma de funcionar. Pero cuidado, no vaya a ser que de tanto ir el cántaro al río…. Se rompa. O lo que es lo mismo, no vayamos a creernos nuestras propias mentiras de tanto repetirlas.
Esta es una alucinante forma de proyectar nuestra responsabilidad, la de la humanidad, sobre un desvarío…. “Maldito 2020”.
La responsabilidad no es de un año en concreto, no es del invento sino del inventor. Sea como sea que nos posicionemos ante, por ejemplo, el covid-19, atendamos a lo que podemos hacer, reivindicar y reflexionar en profundidad. Luego podemos reírnos de nuestra locura. Pero no hagamos del humor un modo de suavizar nuestra responsabilidad. De poner «perfumería barata» a lo que huele como huele.
Fantasías gestálticas ante el “maldito 2020”. Un modo creativo de inspirarnos.
Ahora
Es tan sólo esto. Ningún borrador ni manuscrito sobreviven para poder especular, porque los he quemado.
Ninguna edición tiene fecha, no distingo las impresiones no numero ni firmo las copias de modo que lo que sostienes, coleccionista, no lo apreciarás.
No pongas esto en tu anaquel, crítico, porque el papel especial se desvanece en el aire.
Lee, eso es todo; ahora es el único momento de tomar la hostia de nuestro sacramento antes que desaparezca.
Esto es todo lo que hay.
(Peter Goblen)
Cualquier momento es bueno para hacer realidad algunos deseos…
El ahora y la responsabilidad acerca de nuestra experiencia, son dos temas nucleares en terapia gestalt. Nuestro continuum de concienciasólo tiene sentido ahora y desde nuestra responsabilidad. Es, de algún modo, lo que este poema transmite. Además de entender el tiempo como una construcción, una fantasía. Nos invita a no ser “coleccionistas” del tiempo simplemente a vivirlo. Y vivirlo con responsabilidad, sin proyectarla sobre un “maldito 2020”, por ejemplo.
Antes de entrar en la práctica quiero compartir un poco de teoría para saber qué terreno pisamos. Poca, muy poca.
John O. Stevens, escribió una obra nuclear en terapia gestalt “El darse cuenta”. En ella nos habla de las tres zonas de nuestra experiencia.
1.- El darnos cuenta del mundo exterior.
Básicamente todo lo que percibimos del mundo exterior a través de los sentidos físicos. Lo que vemos, olemos, oímos, saboreamos, y tocamos.
2.- El darnos cuenta del mundo interior.
Aquí nos remite al mundo de las sensaciones que sentimos en el momento presente. Pueden ser tensiones y sensación de relajación. Temblor o incluso el correlato físico de una emoción (nudo en la barriga, “mariposas en el estómago”, presión en el pecho). Importante destacar que en este darnos cuenta del mundo interior nos remite a las sensaciones corporales, únicamente. Bien sea en el contacto con el exterior (sensación punzante de la palma de mi mano sobre un cepillo). Bien con el mundo interior (un repentino dolor de estómago)
3.- El darnos cuenta de la fantasía.
Un buen amigo mío habla de “hacer mayonesa”cuando se refiere a este mundo. También hay quien habla de la “centrifugadora”. Básicamente es la actividad mental más allá de lo que ocurre aquí y ahora. Justificaciones, sueños, imaginar, planificar, intentar adivinar, fantasear, proyectar en el futuro…
Es algo que no es cierto ahora, si bien pudiera tener su utilidad si lo utilizáramos correctamente…. Está bien elaborar un plan de acción proyectado al futuro para tener una guía. O bien prever un escenario ante unos hechos que se avecinan difíciles de gestionar.
Pero no siempre es así, no siempre «batimos adecuadamente la mayonesa». Creo que el mínimo sentido común nos advierte cuando la centrifugadora se pasa de revoluciones… Pero a veces, aun dándonos cuenta, nos cuesta desembarazarnos de la mayonesa. ¿Qué hacer entonces? Me remito a las palabras de Stevens.
«Y sin embargo dentro de esta fantasía hay una realidad encubierta. Puedo descubrir más de esta realidad si me concentro en mi fantasía y al mismo tiempo tomo conciencia de mis sensaciones físicas, percepciones y otras actividades mientras hago esto«
La imaginación desbocada nos puede llevar a auténticas locuras, este ejemplo creo que nos suena a tod@s
Y de esto trata el trabajo que propongo. Ahondar, mediante una de las fantasías gestálticas en el “maldito 2020”. Y si me preguntas ¿para qué? 🙄 , simplemente te diré, pruébalo y recibirás alguna respuesta
Empezando con la fantasía gestáltica y el maldito 2020.
Esta modalidad de intervención se traduce básicamente en atender a nuestras fantasías personificándolas. Es decir, hacer como si fuéramos cada elemento importante en la fantasía. Bien sea que se trate de un objeto, animal, persona, paisaje… Lo que sea que acapare una representatividad importante. Desde ese lugar, hablamos, nos movemos, somos esa fantasía gestáltica. Nos la mostramos a nosotros mismos. A los niños se les da muy bien hacerlo.
Vamos a hacer como si el maldito 2020 nos hablara a nosotros directamente. Una forma de hacerlo es reservar un espacio para ocupar esa personificación. Por ejemplo una silla, un cojín, o incluso un papel o marca en el suelo. Y otro espacio para representarnos a nosotros.
Empezando con la fantasía gestáltica dirigida
Ocupa su «lugar», séel «maldito 2020» tal y como tú lo entiendas.
¿Qué corporalidad tienes? Gestos, postura, movimiento… ¿Cómo respiras? Adopta esta corporalidad, como si fueras (eres) el maldito 2020.
¿Qué emociones y sentimientos te habitan en tu fantasía gestáltica?
¿Qué piensas y cómo lo piensas? ¿En qué focalizas tu atención?
Estas son solamente algunas consignas. Siéntete libre para incorporar las que consideres oportuno. Puedes recurrir a tu niño interior libre para jugar a ser. Y cuando lo tengas plenamente incorporado….
¿Qué le dices (como «maldito 2020») a ese otro lugar en el que está (tú)? Es decir a esa otra silla, cojín, señal en el suelo etc… que te representa a tí.¿Qué mensaje o aprendizaje transmites?
Ver las situaciones con perspectiva….
Integrando el mensaje del maldito 2020
Cuando finalices, ve al lugar de tu yo. Recibe en silencio su mensaje, sea el que sea. ¡Tómate el tiempo necesario para sentir e integrar!. Es posible, aunque no aconsejable, posteriormente, entablar un diálogo. Pero cuidado, en tu fantasía gestáltica con el maldito 2020, no justifiques, no razones, no argumentes. No entres en la «mayonesa».
Estará bien, por ejemplo, pedirle aclaraciones sobre algo que pudieras no entender. Pero nada de argumentar, debatir, etc… Todo esto es enredo en este trabajo de terapia gestalt. Cuando el o los mensaje/s que te envíe los tengas claros, sólo recíbelos. Y si no estás de acuerdo, reserva un espacio en tu interior para mantenerlo en observaciónno crítica. Sólo observa y, si acaso, siente.
Sé pues el maldito 2020 habla por él y (desde tu yo)escucha lo que te dice. Reaprópiate de lo proyectado en él y probablemente aprendas algo.
Seguro que si lo que te dice en tu fantasía resuena estará bien. Y si es algo que no esperabas, no lo rechaces de entrada. Deja que repose el mensaje pues probablemente sea mejor aún.
Por supuesto, este ejercicio es mejor hacerlo con un terapeuta gestalt. De todos modos no pasa nada si lo haces solo. Lo peor que puede pasar es que te dé la sensación de haber perdido el tiempo. O quizás un hartón de reír.
Ah!! Y da igual si eres “conspiranoide”, “negacionista”, obediente hasta la médula de la sumisión. Da igual si te crees una parte de la historia y la otra no. O bien te crees la otra pero no la una. Nada malo te va a pasar si lo haces sol@. No vas a quedar poseíd@ por el espíritu del maldito 2020. Porque este ya está en nosotr@s que somos quienes lo hemos construido. Recibe, pues, a tu «amigo invisible».
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La conciencia nos ofrece un reflejo de lo de exterior en lo interior.
Un aspecto importante de cualquier transición terapéutica es tomar conciencia de nuestras necesidades, carencias y virtudes… Para ello todo proceso conlleva implícita una finalidad que puede parecer algo difusa, yo la llamo cultivar la presencia. Por supuesto, la intención puede estar puesta en otro objetivo, pero sin cultivar la presencia es virtualmente imposible alcanzarlo. Esto es especialmente importante en terapia Gestalt.
Se trata de una forma consciente de habitar nuestra autenticidad, el ser que realmente somos. Sin embargo este cultivar la presencia tiene dos caras, dos aspectos. La conciencia de nosotros mismos y el saber del otro. En toda sociedad ambos aspectos están interrelacionados. Ser consciente de mí es también tener conciencia del y l@s otr@s con l@s que convivo. Del mismo modo sabernos presentes (o conocidos, respetados, valorados) en los demás alimenta nuestra conciencia. No somos islas.
Y hay unas cualidades implícitas en el ser que está en este mundo, desde este lugar. Apertura, conciencia, habitar en el presente, aquí y ahora, aceptación(no resignación), no juicio ni crítica…entre otras. Curiosidad (no chismorreo ni cotilleo), compasión (no (auto) conmiseración…) son otras cualidades importantes.
Cultivar la presencia, empecemos sabiendo cómo la vamos perdiendo.
Nada hay más puro e inocente que un bebé. Sin embargo esa pureza necesita un aprendizaje para adaptarse a la sociedad y crecer en ella.
A su vez, este aprendizaje va construyendo un yo social con el que enmascaramos aspectos nuestros. Algunas veces tratamos de encubrir rasgos necesarios para vivir en sociedad. Otras veces tienen que ver con costumbres sociales, familiares etc. Es un tema sobre el que hay mucho a debatir. Sin embargo, bajo una perspectiva terapéutica lo que sabemos es que nuestra autenticidad, nuestro ser profundo, va quedando sepultado. Y, lo que es peor, muchas veces ni siquiera tenemos conciencia de ello.
Los mandatos sociales nos encierran en una cárcel, la del ideal del yo. Y nuestra presencia va siendo sepultada. Creamos un personaje social con el que recorremos el camino inverso a cultivar la presencia. Y con ello perdemos auto conciencia.
Desde la terapiagestalt hablamos de los mecanismos de defensa. Y si bien este artículo no va en esa dirección echaremos una breve ojeada sólo como ejemplo:
Introyección.
Desde muy pequeños vamos “tragando” los mandatos sociales, educacionales y especialmente los parentales. “Esto no se toca”, “esto no se hace”, esto no se dice”. Hablamos de los introyectos como esos mandatos que recibimos y que, dada nuestra vulnerabilidad, ni siquiera cuestionamos. Suelen aparecer en forma de “Debería” “tendría que…” “No debo…”, “No puedo…”
Todas esas normas introyectadas nos hablan de qué podemos hacer y qué no. Así ya tenemos un primer muro que nos aparta de nosotros.
Proyección
Lo que no me permito expresar o hacer en virtud del material introyectado, lo veo en los demás. Y como suele ser un material inconsciente genera en mí una animadversión desproporcionada hacia la otra persona. Por ejemplo, de pequeño me dicen que no se puede bostezar en público. De mayor hago amistad con alguien que bosteza sin complejos. Entonces le empiezo a tener una manía que hasta yo mismo puedo (conscientemente) entender como desproporcionada. Esto es algo que oigo mucho en consulta: “Le tengo a X una manía brutal y no entiendo por qué”. Este mecanismo de evitación ya fue formulado por el psicoanálisis, sin embargo la terapia gestalt lo asume también como propio
Retroflexión
La historia familiar en los mecanismos de defensa.
Alimentar esta animadversión desproporcionada desconcierta. Y aparece nuestro santurrón interno («¡Ay qué cosas digo, pienso», etc…! «Esto no se dice, no se piensa…» ).
Esta mala conciencia que despierta el “santurrón” interno (otro introyecto) estimula sentimientos de culpa. De tal manera que lo que no me atrevo a hacerle (reñirle, insultarle, pegarle, etc…) me lo hago a mí. Entonces me maltrato, somatizo, me dejo, no duermo, fumo, me drogo…. Etc….
Llegados a este punto nuestra esencia se ha visto zarandeada por tres mecanismos.
Confluencia
Otro mecanismo que se revisa en terapia gestalt es el de la confluencia. Básicamente vivo la vida de otra persona, olvidando mis necesidades. Confluyo cuando, vivo en el: ¿Qué te hace falta, qué quieres, que necesitas..?. ¿Quieres algo más de esto, de aquello, quieres que haga algo por ti, te puedo ayudar en algo…? Hago un especial hincapié en el vivo en el (otro)… y, como consecuencia, me olvido de mí…. Por supuesto es saludable ayudar, ser colaborativo, solidario etc… Sin embargo, el confluente se olvida de sí mismo, de sus propios límites. Está siempre presente en los demás… y nunca en sí.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que en Terapia Gestalt, conocemos como mecanismos de evitación. Evitan el contacto con lo que es real de nosotros mismos, emociones, necesidades, dolor, lo que nos abruma… Cultivar la presencia nos ayuda a establecer ese contacto necesario con lo que es real en nosotros. Y de paso nos sirve para poner más conciencia intrapersonal por una parte e interpersonal por la otra. Dicho de otra manera, conciencia de mí y de los demás.
Cultivar la presencia, la auto conciencia.
Para cultivar la presencia con apertura y curiosidad, antes debemos conectar con una parte nuestra que no juzgue, que no etiquete, que no valore… en definitiva, las cualidades descritas en el primer párrafo de este artículo. Para llegar a este núcleo más profundo de la propia conciencia existen varias formas de trabajo. Yo utilizo una combinación que incluye Terapia gestalt, PNL, coaching transpersonal y trance generativo.
Seguiré en otro artículo con este aspecto del trabajo de la conciencia desde la terapia gestalt, PNL y trance generativo. Ahora te propongo trabajar con el hemisferio derecho. Cultivar la presencia desde lo narrativo.
En el libro “El Viaje del héroe” Dilts y Gilligan recuerdan las palabras de Marta Graham:
“Hay una vitalidad, una fuerza de vida, una aceleración que se traduce en acción a través de ti, y como siempre y en todo momento sólo hay un tú, esta expresión es única. Si la bloqueas, nunca se manifestará por ningún otro medio y se perderá. El mundo no la tendrá. No depende de ti determinar lo buena que es, ni si es mejor o peor que otras expresiones. Tu tarea es mantener el canal abierto.” (Marta Graham)
Malidoma Somé, en su libro: “De Agua y Espíritu” describe cómo en su cultura creen firmemente que venimos a este mundo con un don. Algo a compartir con la sociedad. Algo para lo que debemos «mantener el canal abierto»
¿Cuál es la canción de tu conciencia?
Canción del alma y misión personal
En modo parecido, la poeta africana Tolba Phanen, nos relata una práctica iniciática realmente sorprendente para nuestra cultura occidental.
En su tribu, cuando una madre va a dar a luz, las mujeres se reúnen con ella en un lugar apartado del bosque. Juntas rezan y meditan para dar la bienvenida a ese nuevo espíritu. Cuando, finalmente, esa nueva conciencia encarna, alguna de las mujeres presentes empieza, apenas, a murmurar un sonido. A esa música incipiente se le van uniendo las mujeres del círculo. Sintiendo ese nuevo espíritu que acaba de encarnar. El Ritual culmina cuando finalmente se dibuja una canción. Una canción única para ese bebé. Una manera de cultivar la presencia de este recién nacido. Te invito a ver este corto vídeo explicativo:
Esa canción es el regalo que el recién nacido escuchará una y otra vez. A lo largo de los diferentes momentos de su vida, en los diferentes tránsitos. En sus aniversarios, en la iniciación a la juventud, madurez, paternidad. Y finalmente en su muerte. En ese momento, su canción es cantada por última vez, llevándose con su espíritu esa melodía.
Cultivar la presencia, recordar quiénes somos.
Sin embargo hay algo aún más hermoso en esta ceremonia. Y es que cuando esta persona, ya en su edad adulta, comete algún acto en contra de la comunidad no le castigan, ni siquiera le reprenden. Le colocan en el centro de un círculo, le rodean y le cantan su canción.
Es una forma de cultivar la presencia de su espíritu. De recordarle quién es incluso cuando no acierta a serlo. Le recuerdan que es un hijo de la tierra y que su alma es única y tiene una misión.
Para finalizar, indicarte que seguiré en otro artículo con este tema. Entre tanto te invito a dejar que aparezca….
Osho fue un defensor de la alegría y la risa en la práctica meditativa.
En este post voy a incluir una meditación que incluyo en la terapia del Niño interior. De todos modos es un trabajo meditativo que puede incluirse en cualquier proceso de psicoterapia y coaching. Si la utilizo en la terapia del niño interior es básicamente porque es lo que más demanda el niño interior libre al adulto. Alegría, risas, entusiasmo… Se trata de la meditación terapéutica de la sonrisa interior.
Desde hace tiempo se escribe acerca de la meditación terapéutica. Una de las aportaciones más significativas fue la de Claudio Naranjo. En su libro “Entre meditación y psicoterapia” ofrece una guía para aplicar la meditación a la práctica de la psicoterapia. La idea de fondo no es nueva. Si queremos cambiar el mundo exterior, antes debemos empezar por el interior. Y la meditación, bien practicada, tiene la virtud terapéutica de conectarnos con lo más nuclear en nosotr@s.
¿Qué es la meditación de la sonrisa interior?
Se trata de una práctica de meditación terapéutica oriental basada en el sistema del Tao curativo. Considera la sonrisa interior como una práctica sanadora de las emociones y energía interna. Para los maestros taoístas, se trata de una práctica para recuperar el poder asociado a lo femenino. Que, a su vez, disuelve tensiones y bloqueos tanto a nivel emocional, somático y energético.
Uno de los secretos de los maestros taoístas reside en no tomarse la vida demasiado en serio. Yo añadiría que esto de no tomarse la vida demasiado en serio, es un asunto serio que merece ser considerado con un serio sentido del humor. Así, pues y como veremos más adelante, contribuye a reducir los niveles de estrés.
La sonrisa es una expresión de alegría y felicidad. En la meditación terapéutica de la sonrisa interior añadimos elementos como el amor, cariño y gratitud. Dirigidos a nuestro cuerpo y órganos específicamente. Sentimientos todos muy próximos también a esta expresión facial. Tiene, en general un efecto armonizante cuya fuente está en el amor.
Bajo el punto de vista de la PNLpodemos entender la sonrisa interior como un anclaje. El ancla es una señal (palabra, imagen o gesto) que dispara un estado emocional o una serie de recursos.
Una orientación para dirigir tu sonrisa interior
Conocer los órganos del cuerpo, importante en la terapia de la sonrisa interior.
Para practicar la meditación terapéutica de la sonrisa interior es importante conocer la ubicación de tus órganos vitales. Y no solamente eso, es importante también conocer sus funciones y el modo de cuidarlos. Y esto es así por cuanto la meditación terapéutica de la sonrisa interior no se focaliza exclusivamente en la “técnica”. Es también una actitud de respeto y escucha a tu cuerpo.
Por lo tanto será bueno que con tu atención centrada, puedas hacer que tu concienciase dirija, paso a paso, y de un modo centrado y preciso a cada órgano de tu cuerpo.
En un primer paso es solamente necesario conocer la ubicación de cada órgano. Luego ya irás estudiando sus funciones, el modo de cuidarlos y depurarlos etc. Puedes, pues, empezar la práctica de la terapia meditativa sólo conociendo el lugar que ocupa cada órgano. Mientras tanto, vas recogiendo la información adicional. Así pues será necesario que ubiques la zona de:
Cerebro
Cabeza, ojos, boca, oído, nariz,
Pulmones
Corazón
Hígado,
Estómago,
Páncreas (justo detrás del estómago)
Bazo (el bazo se aloja en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago y debajo del diafragma)
Vesícula biliar (debajo del hígado)
Glándulas suprarrenales (por detrás y un poco por encima de los riñones)
Riñones
Vejiga urinaria
Intestino delgado (zona superior del intestino, a continuación del estómago)
Intestino grueso (tramo final del intestino)
Independientemente de estas indicaciones iniciales, te sugiero que sigas investigando. De igual manera puedes seguir incluyendo zonas de tu cuerpo. Por ejemplo el timo, glándula pineal, o conductos como uretra, venas, arterias etc.
Beneficios de la práctica de la sonrisa interior.
Nuestros estados subjetivos internos modelan nuestra actitud. Bien sea hacia nosotros, hacia los demás o hacia la vida en general. De la misma manera, cuando orientamos nuestra atención hacia ciertas cualidades o hacia el silencio. Es entonces cuando los valores de nuestra parte más noble se hacen más presentes. Podemos llamarle alma, espíritu o “la mejor versión de ti mismo”. Esta es la esencia de la meditación aplicada a la terapia, la palabra o expresión, por supuesto, es lo de menos.
La práctica de la terapia de la sonrisa anterior se basa en ese principio. Así, cuando nuestra actitud cambia, también lo hacen nuestros estados de ánimo. Consecuentemente nuestras conductas parecen alinearse con ese bienestar.
¿Qué es y que encierra para ti una sonrisa? Algo que me sucedió.
La alegría de un niño es contagiosa.
Esto me ocurrió hace unos años. Iba andando por la calle, preocupado por un tema de trabajo. Imagino que con cara muy seria y mirando hacia el suelo. Y así, casi sin darme cuenta, alcé la vista, no mucho. Justo para que mi mirada “tropezara” con la de un bebé que iba con su madre en su cochecito. Y lo más sorprendente, me estaba dedicando una sonrisa de oreja a oreja que me reconfortó automáticamente. Me transmitió una liviandad y alegría por vivir que, de otro modo, no hubiera sido posible.
A ese bebé no le hacía falta practicar la meditación de la sonrisa interior. ¡Él transmitía esa cualidad!.
Entonces, ¿qué encierra para ti una sonrisa?
Concretando los beneficios de esta meditación y terapia
Ya has visto que, a grandes rasgos, transforma un estado emocional a otro más positivo. Y por supuesto fortalece el ánimo. Y, claro está, su reflejo en una conducta más inspirada y creativa.
Además, se ha demostrado que cualquier práctica de meditación es útil en terapia para:
Disminuir los niveles de cortisol (hormona del estrés)
Generar endorfinas (la hormona de la felicidad)
Algunos dicen que para sonreír hacen falta 7 músculos y 34 para enfadarse. Otros que la proporción es de 13 y 47. En cualquier caso, es obvio que la práctica de la sonrisa interior relajará los músculos de tu cara… y de tu estado de ánimo.
La risa y la sonrisa genera endorfinas
Influenciamos a nuestro alrededor, de un modo u otro, si sonreímos estará claro cómo sí influenciaremos y cómo no. ¿Recuerdas la historia del bebé que me sonrió?
Es, por lo tanto, también, una herramienta que facilita la comunicación.
En un nivel más espiritual, la práctica de la sonrisa interior nos pone en contacto con valores más sutiles. El amor, agradecimiento, bondad, alegría, compartir la vida. Armonía, calidez y equilibrio, espontaneidad, confianza y serenidad. Y cuantas cosas más se te ocurran.
Actualmente se reconoce al miedo como el contrario del amor. Y, en modo inverso al miedo, la sonrisa tiende a unir en vez de separar.
Práctica de la meditación terapéutica de la sonrisa interior
Siéntate cómodamente en una silla o cojín. Afloja la ropa, cinturones, reloj, botones…. Si te hace sentir incómod@ o tens@. Instálate y siente con los pies cómodamente separados, bien enraizados en el suelo.
Relaja especialmente los hombros. Hunde ligeramente la barbilla hacia el pecho. De tal manera que la columna a la altura de las cervicales, quede lo más recta posible. También puedes imaginar un hilo que tira de tu coronilla hacia arriba.
Si necesitas hacer cualquier movimiento para soltarte y destensar… hazlo. Cierra los ojos.
Deja que tu atención realice un pequeño escáner por tu cuerpo. Desde los pies hasta la cabeza. Detectando, si la hay, alguna zona de tensión. Y acto seguido destensaaaaannndoooopara entrar en la meditación.
Ahora, si tienes un gesto para centrarte hazlo. Algunas personas juntan las manos, otras se tocan el corazón. Puedes, si lo deseas, consultar con mi ejercicio de centramiento. Imagina así que te pones en contacto con tu centro, tu identidad más profunda o tu sabiduría interior. El nombre da igual, como tú lo sientas. Empieza por darle las gracias a esta esencia tuya y sonreírle.
Terapia y foco a tu cerebro, cara y garganta.
Dirige tu sonrisa interior a tu cerebro, imagina que con tu actitud lo bañas en una luz cálida y relajante. Ambos hemisferios suavizándose…. Permite que la sonrisa se dibuje en tus labios y respira a través de ella. Envía, con tu respiración, la sonrisa al cerebro.
Permite que la sonrisa se derrame en tus ojos, boca, oídos, nariz… y cara en general…. ¿Cómo se refleja esa sonrisa interior especialmente en tus ojos y labios?. Y sí, permite que las comisuras de tus labios se levanten y que tus ojos brillen
¿Cómo se relajan tu frente, mandíbula, cara…?. Respira, sonríe, sana con esta meditación y terapia.
Meditación dirigida al pecho, pulmones, corazón…
Sonríele a tu corazón
Baja la atención a tu tórax, el tejido muscular, esternón, clavículas y especialmente…. Pulmones…. Sonríe a tus pulmones y permite que la luz sane todos sus tejidos. Y si en ellos anidan molestias, emociones cómodas o incómodas… Da la bienvenida a todo cuanto existe en tus pulmones. Y ofrece la compañía de la luz de tu sonrisa interior. Respira e inspira varias veces… sanando… sonriendo…
Vuelve tu meditación terapéutica a tu corazón. Repite como con tus pulmones… Siente tu corazón como el centro de amor, alegría… brillando y compartiendo su luz sonriente. Hacia ti y hacia el universo. Imagina el pulso amoroso del corazón bombeando tu sonrisa interior hacia todo tu ser y hacia el universo.
Con la ondulación de tu sonrisa interior repleta de suavidad, felicidad, apreciación, conciencia, perdón…
Puedes reforzar la terapia meditativa en tu corazón llevando ambas manos al centro de tu pecho. Y sintiendo el contacto de tus manos como con algo muy querido. Inhalando y exhalando… suave y amablemente…
Terapia de la sonrisa interior a tu abdomen superior e inferior.
Dirígete ahora con la misma actitud meditativa hacia tu hígado, estómago, páncreas, bazo, vesícula biliar.
Uno por uno, cada uno de estos órganos, dirígeles tu agradecimiento, generosidad, bondad, reconocimiento…
Envíales tu sonrisa interior con amabilidad, aceptando incluso si reconoces alguna molestia. Tanto si es molestia física como emocional, dale las gracias por comunicarse contigo, por avisarte. Y, como antes, puedes dirigir tus manos y acariciar cada una de esas partes de tu ser.
Transmutando y equilibrando con la luz de tu meditación. Con el calor de la terapia.
Deja, ahora, caer tu atención a tu abdomen inferior. Intestinodelgado y grueso, glándulas suprarrenales, riñones, vejiga urinaria.
Uno por uno, junto con tu sonrisa interior les envías calma, paz, serenidad. Soltando, si existe alguna incomodidad, con la exhalación y la sonrisa interior. Lenta y profundamente, agradeciendo, sanando, equilibrando….
Imagina un sol de luz cálida y amorosa bañando apaciblemente toda esa zona y, uno por uno, esos órganos. Quietud, paz, serenidad profunda….
Dirige también tu atención a tu ombligo. Dirige tu sonrisa interior a ese primer punto de conexión con la Vida. Con tu madre y, a través de ella, con el Universo.
Llevando la terapia a las tres mentes. Neurogastroenterología y Neurocardiología
Armonizar las «tres mentes» con la sonrisa interior.
Hasta hace poco identificábamos el cerebro con el órgano por debajo de la bóveda craneal. Sin embargo, recientes descubrimientos han puesto en evidencia importantes redes neuronales en vientre y corazón. El sistema nervioso entérico(intestinos) alberga una complejidad parecida a la del «cerebro de un gato».
Por otra parte, el cerebro del corazón no solamente goza de cierta autonomía con respecto al cerebro craneal. También influye en este mediante información que envía en impulsos neurológicos y hormonas.
Así pues llegamos al corolario de la terapia de la sonrisa interior. Finalizar la meditación focalizándonos en estas tres grandes zonas de sabiduría de nuestro ser. Cabeza, conciencia cognitiva: corazón conciencia emocional; abdomen, sabiduría somática. Y así puedes permanecer unos instantes dejándote llevar.
Y desde estas tres sabidurías puedes expandir una gran sonrisa exterior hacia tu entorno más próximo. Expandirlo hacia tu vecindario, ciudad, nación, resto de la humanidad… Y desde ahí hacia el cosmos.
Y para activar en tu día a día este estado interno pensar en tres claves que te lo recuerden.
Una palabra (a lo sumo dos o tres).
Una imagen.
Un gesto.
Al abrir los ojos, sigue manteniendo la conexión con tu estado interno….y con tu sonrisa.
Cómo y cuándo practicar la meditación de la sonrisa interior.
Al instalar en ti este estado interno, tus sabidurías conectarán entre sí. Te relacionarás mejor contigo mismo y… con el mundo de “ahí fuera”. Y para conseguirlo, nada mejor que la práctica constante.
Es una buena idea despertarse con la sonrisa interior.
Como toda meditación, cuanto más se practique mejor. Ahora bien, un punto intermedio y mínimo es de una vez al día. Bien sea al levantarte, bien al acostarte. Ideal, por supuesto, practicar la terapia dos veces mejor que una.
Una versión abreviada también puede ponerse en práctica a lo largo del día. Recordando, por ejemplo, las tres zonas de los tres cerebros.
Y, por supuesto, acompañándote de las tres anclas que hemos activado al final. Es decir, palabra/s (no más de tres, una, ideal); imagen y gesto.
Es especialmente recomendable activarla, junto con el estado de centramiento, antes de enfrentar cualquier dificultad o desafío importante. En cualquier ámbito, profesional, relacional, afectivo. La práctica de la espiritualidad nunca debiera ser ajena al día a día.
Espero que te haya gustado y sido de utilidad este post. Y, por supuesto, si deseas consultar, opinar, ampliar… puedes hacerlo en el recuadro más abajo.
Si has experimentado el poder sanador de la sonrisa interior…. Probablemente quieras saber más sobre meditación, coaching y psicoterapia o… Emprender un proceso personal, online o presencial.
El niño interior libre, un arquetipo de vitalidad, entusiasmo y ganas de vivir.
En cualquier proceso terapéutico, de coaching o de psicoterapia tiene cabida una figura terapéutica, el niño interior libre. Basada en el análisis transaccionalpero también utilizada, por ejemplo en terapia Gestalt y PNL. Emergiendo de la terapia del niño interior, esta figura terapéutica tiene cabida en cualquier modalidad de psicoterapia y coaching. Su versatilidad es tal que es útil para diversidad de dificultades. Ansiedad, mejora de la autoestima, adicciones, codependencias. Y también para estimular la ilusión, la gratitud, las ganas de vivir y la inspiración.
¿Para qué la terapia del niño interior libre?
¿No te ha ocurrido conocer a personas que, sin perjuicio de la edad, están repletas de alegría, vitalidad, entusiasmo? Personas a las que las dificultades no les echan para atrás. Sino más bien las enfrentan con creatividad y una espontánea confianza. Y esto tiene una explicación:
En el modelo de los estados del yo, Eric Berne señaló dos aspectos del niño interno. El niño interior libre y el niño interno adaptado. Este último, a su vez, se subdivide en tres aspectos, sumiso, rebelde y demorador. Puedes ampliar, si lo deseas en mi artículo: El niño interior y el análisis transaccional.
Pero el niño interior libre es portador de los dones exclusivos con los que aparecemos en el mundo. Sin embargo, los mandatos sociales de todo tipo van minando esta genuinidad que nos hubiera hecho brillar. Perdemos, entonces, el alineamiento entre nuestras capacidades, (de las que el niño interior libre es portador), y nuestro adulto. Esto genera un malestar interno puede traducirse de múltiples formas.
Reivindicar y recuperar nuestro niño interior libre
La buena noticia es que el niño interior libre sigue vivo en nuestro interior. Por supuesto, el redescubrimiento de su vitalidad pasa también por la sanación del niño adaptado. Este niño herido es quien dibuja, junto con el adulto, nuestro guión de vida. Patrones de conducta que nos parecen irremediablemente repetitivos, aun cuando pudiéramos reconocerlos como malsanos.
El trabajo con el niño vital (o libre) es fundamental por cuanto es el objetivo final. Pero a su vez, no puede plantearse en términos de objetivo (delimitado, específico, temporalizado…), pues apunta a un descubrimiento. Sin embargo, es bueno mantener un norte, lo que en PNL, llamamos un estado deseado.
Volver a casa, la terapia del niño interior
Como en la metáfora del viaje del héroe, el último tramo es volver a casa.
Así pues, se plantea más en términos de dirección y visión, un descubrimiento que se intuye. Este estado deseado lo podemos cultivar mediante la práctica del centramiento y la terapia del niño interior. Jung, llegó a señalar el niño interior libre como “el ser del principio y del final”. Es decir, “la esencia preconsciente y postconsciente del hombre”, entendida como la esencia del alma. Ver “El arquetipo del niño”
¿Cómo plantear pues el trabajo con el niño interior libre?
Déjate llevar por tu imaginación, es parte del proceso.
El planteamiento es fácil para algunas personas, y puede resultar difícil para otras. El concepto nuclear es el “dejarse llevar” por la imaginación (y esto es fundamental, el “dejarnos llevar”). En consonancia con esto, déjate llevar por lo que surja cuando piensas en algunos aspectos de tu niño interior vital. Y aunque te resulte difícil sentirlo o imaginarlo, deja que tu ser interior te informe “como si” fuera fácil. Sin juzgar, sin valorar, sin etiquetar… sólo “como si…”
El trabajo con la terapia del niño interior, sus virtudes
Rosetta Forner, especialista en coaching con PNL, identifica cinco características de este niño interior vital. A saber
MÁGICO, SABIO, CREATIVO, JUGUETON, EMOTIVO
Sugiero tres formas de imaginar y modelar estas características.
¿Cómo eras tú, de pequeño, con cada uno de estos registros en el niño interior libre?
El “como si”. Aun cuando no tengas recuerdos o te cueste imaginarlo, haz como si fuera posible, utiliza tu imaginación.
Recurre a modelosde niñ@s que conozcas. Si tienes hijos, sobrinos, ¿cómo actúan en cada uno de estos roles? Incorpora en el niño interior libre tuyo cada una de estas características.
Imagina entonces esas características que “clasificamos” en el niño interior libre. ¿Cómo sería, para ti, (sí, para ti) cada una de estas características del niño interior vital?.
Dibujando los cinco rostros de la Magia
Algunas cuestiones que te pueden ayudar:
Mágico: ¿Qué paisajes mágicos aparecen? ¿Castillos encantados, lagos brumosos? Imagina personajes… ¿Brujas, magos, hechiceros…? Fantasea con seres mágicos… ¿Unicornios, hadas, gnomos, elfos, sirenas, salamandras? O incluso con conjuros y pócimas.
Sabio: Hay niñ@s que por estar muy en contacto con seres adultos parecen tener cierta “sabiduría adulta”. Esta puede ser una de las partes en el niño interior libre sabio. Pero es más bien esa inteligencia intuitiva, emocional, en contacto con el cuerpo. La mente de los niños no están tan condicionadas como las nuestras, no tienen tantas presuposiciones. Por eso a veces formulan esas preguntas que hacen y que no sabemos responder. Este es también un aspecto de la sabiduría del niño interior vital.
Creativo: En el niño interior libre está/n presente/s nuestro/s don/es original/es. Le gusta pintar, cantar, inventar historias. Modelar con plastilina, inventar monstruos o construir castillos. A veces hacer ver que es otra persona o, incluso, imita a alguien.
Juguetón: Jugar es la forma más divertida de aprender. El juego le pone en contacto con lo serio de la diversión y lo divertido que es ponerse serio. Cantar, bailar, jugar al escondite. Aparentar ser otra persona, hacer teatro. Hacer cosquillas, reír, saltar.
Emotivo: En el niño interior libre la expresión de las emociones y sentimientos es algo completamente natural. Si quiere demostrar amor lo hace abrazando, acariciando. Si quiere pedir caricias lo hace. También si algo le disgusta o le pone triste, llora.
Pero… esta es la clave. ¡No te ciñas solo a estas preguntas! ¡Suéltate!
El niño mágico nos conecta con el mundo de la fantasía
Esta son solamente algunas referencias. No te preocupes en la
perfección, este es el reto. A veces una de las características del niño puede confundirse con otras. Por ejemplo el creativo con el juguetón o el mágico. Sólo imagina “como si” pudieras conectar con cada aspecto, permítete jugar, disfrutar, reír o llorar. Aun cuando sea distinto a lo que esperabas, “deja que surja”.
Ahora, coge papeles y lápices de colores. Preferentemente sentado en el suelo (donde suelen jugar los niños), conecta con uno de ellos. Por ejemplo el mágico. Y conectando con las indicaciones dadas y otras más que puedan aparecer en tu interior….
¿Cómo sería ser ese niño? Imagina que lo ves sentarse,andar, mirar? ¿Qué postura corporal y gestos tendría? ¿Cómo hablaría y respiraría? ¿En qué cosas pensaría? … Haz como si “vieras ya a tu” niño libre mágico. Puedes incluso reír o bailar tal y como él lo hace. Deja que se te ocurran tantas formas de expresión de la magia en tu niño como vengan.
Y cuando lo tengas…. Coge un papel (sólo un papel por cada niño) y dibuja lo primero que aparezca. Dibuja desde la sensación sentida de haber conectado con ese niño mágico.
Cuando termines, desconecta, respira y vuelve a la realidad cotidiana.
Dibuja libre y creativamente los aspectos de tu niño interior libre
Repite lo mismo con cada uno de ellos. Con el sabio, creativo, juguetón y emotivo. No trabajes el mismo día con dos o más niños, y si lo haces deja un espacio de tiempo. Preferiblemente más de dos horas, aunque lo ideal es hacerlo en días diferentes. Un día distinto para cada niño.
Una vez tengas confeccionados los cinco dibujos,
elige un día para la siguiente práctica:
Dispón en un espacio, preferentemente en el suelo 6 cojines (también pueden ser 6 sillas). Con cinco de esos cojines haz un círculo y otro cojín en medio. En cada uno de los cinco cojines que conforman el círculo deja un dibujo de cada aspecto del niño. Uno por cojín.
Durante unos momentos siéntate y siéntete en el centro del círculo. Acompañado por cada aspecto que refleja el niño interior libre. Siente el que está ante ti, el que está detrás, el que está a un lado u otro…. Simplemente con los ojos cerrados siéntete acompañado por cada uno de los aspectos de tu niño interior. Desde el lugar en que están los dibujos de cada uno de ellos.
Seguidamente, dirige tu mirada (deberás, por supuesto, acomodar tu posición en el centro del círculo terapéutico) hacia uno de ellos. Imagina, ¿Cómo recuerdas, imaginas, sientes que puede ser ese niño? Vuelve a imaginar… Su respiración y forma de andar ¿Qué posturas y gestos le caracterizan? ¿Recuerdas cómo habla o balbucea? ¿Puedes imaginar cómo es su mundo? Y, en general… ¿cómo te imaginas que es él y su vida?
A continuación dale la bienvenida y las gracias por asistirte en tu proceso de psicoterapia o de coaching. Sugiero algo así como:
“Bienvenido, gracias por estar aquí, te acojo en mi corazón”.
Asóciate a la figura de tu niño interior libre
En PNL conocemos como asociarse el vivir en primera persona una situación como si ocurriera aquí y ahora. Durante la práctica terapéutica, pasas a ocupar la silla del niño mágico (por ejemplo) como si fueras él. Existe en terapia Gestalt algo parecido la práctica de la silla caliente y la silla vacía. En PNL, ocupar la segunda posición perceptiva. Ahora eres el niño mágicoque dirige su mirada a la silla vacía en la que representa que está tú yo adulto.
Sumérgete plenamente en tu papel de niño (mágico en este caso). Recuerda las distinciones anteriores que hiciste en posición disociado (es decir, como observador). Ahora te toca encarnarlas. No te preocupes en la perfección, sólo haz como sirealmente lo hicieras.
Ahora dirige tu mirada a la “silla vacía”. En esta silla
Siéntate y siéntete en el centro del mandala, arropado por los aspectos de tu niño interior.
está tu yo adulto. Míralo con atención, como si fuera “otro yo” que te visita (como niño) desde el futuro (como adulto).
Una forma de contemplarlo es como si, desde niño, te observaras a ti mismo como el adulto del futuro. Entonces, desde esa perspectiva de tu niño interior libre: ¿Cómo ves a ese adulto del futuro? ¿Qué crees que tiene y le falta? ¿Cómo ves su vida? Estas son sólo algunas posibilidades de preguntas que te puedes hacer. Deja que tu imaginación de niño interior libre se haga una composición de lugar acerca de ese adulto.
Establece el diálogo
Recupera tu yo más auténtico enterrado entre multitud de mandatos parentales y sociales de todo tipo.
Entonces cuando te sientas preparado, y en un máximo de 5 palabras….
¿Qué le dices?
En este decirle puede ir un consejo, (ríe más, disfruta más, suéltate más…). También es posible que una demanda (visítame más a menudo). Es importante que en este decir del niño interior libre al adulto exista un acto o actitud afirmativa. Por ejemplo: si lo ves triste, dile: “disfruta o ríe más”. Si te quejas de que no viene a verte…. “ven a verme más a menudo”.
La afirmación debe ser directa, no una “consideración u opinión, observación etc….”. No es válido algo así como “pues pienso que le da demasiadas vueltas a las cosas”. Dirígete a él en primera persona “Haz más caso a tu corazón y actúa desde él”.
Una vez formulada la petición, desde tu niño interior libre (mágico en este caso), ocupa la silla del adulto. Recibe en el corazón, desde el centro del círculo y desde el adulto el mensaje del niño interior libre. Es importante no razonar, justificar, explicar… (Funciones del adulto), simplemente recibe en el corazón, sea lo que sea. Deja que se dibuje en el interior esa petición. Es probable que, al principio, no tenga mucho sentido, pero no olvides que esta es la visión del adulto. Simplemente, deja que germine en tu interior.
Pasa a continuación al siguiente aspecto del niño interior libre (por ejemplo el niño sabio). Procede del mismo modo con cada aspecto de tu vitalidad interior.
Finalizar el ejercicio con tu niño interior libre
Al finalizar siéntate en el centro del círculo, interiorizar los mensajes de los cinco aspectos del niño interior libre. Puedes realizar una pequeña meditación dejando que se reorganicen en tu interior las diferentes sugerencias.
Una vez integradas puedes realizar, lo que en PNL llamamos un “puente al futuro”. Es decir imaginar cómo cambiaría tu vida, en cada uno de sus aspectos, al tener en cuenta estos mensajes.
Una sugerencia para afinar más en las distinciones es la de tener en cuenta los aspectos específicos. Por ejemplo, ¿cómo cambiaría tu vida en…?
Tu profesión y relaciones laborales.
Relación con amistades.
Relación con seres queridos, pareja, padres, hijos…
¿Modificaciones en tu hogar?
¿Cómo afectaría a tus hobbies?
Auto-cuidado
Gestión de tu economía…
Pero no des ningún cambio por asentado. Has marcado con este trabajo, simplemente una dirección. Deja ahora que tu subconsciente integre. Confía y déjate llevar.
¿Has recuperado ya la sabiduría de tu niño interior?
Hasta aquí una descripción de la dinámica del niño interior libre mágico. Por supuesto realizada con un terapeuta entrenado puedes profundizar mucho más. Sin embargo, no dejarás de tener algún beneficio si deseas probar por tu cuenta.
Practícalo y, recuerda, tienes un espacio más abajo por, si deseas, escribir tus comentarios, dudas o sugerencias.
Un cordial saludo,
¿Crees que mereces visitar a tu niño interior libre? ¿O más bien crees que él merece tu visita? En cualquier caso, ambos saldréis beneficiados. No dudes en contactar conmigo en una primera consulta gratuita y sin compromiso. Visitas presenciales y online. ¡Clica en la imagen!.
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El sentido no está tanto en la meta como en el camino.
¿Tiene sentido esta pandemia del corona virus? ¿Nos trae alguna lección con la llegada de la primavera?
Otorgar un sentido a nuestra vida es una elección puramente humana. Por ejemplo, podemos elegir vivir en armonía con la Naturaleza… o no hacerlo. Y, por poca conciencia que tengamos, podemos darnos cuenta del precio a pagar por la desconexión con nuestro medio ambiente.
Por otra parte, la crisis del COVID-19 ha disparado la incidencia de conocidas dolencias. Algunos ejemplos: Ansiedad, Estrés, Depresión, duelos traumáticos por despedidas no consumadas, y en general un ambiente de trauma.
Por eso sé que la pregunta si tiene sentido esta pandemia del corona virus o, incluso, si trae alguna lección con la llegada de la primavera puede parecer absurda… a primera vista. Sin embargo, cuando pienso en esto del significado de vida, o incluso de “lo que nos ocurre”, viene a mi memoria Viktor E. Frankl.
La búsqueda de sentido en el corona virus, fuente de resiliencia
Frankl fue un psiquiatra y neurólogo austríaco. Pero lo más
Sentido de vida y resiliencia
importante, superviviente del holocausto nazi. Su obra “El hombre en busca de sentido” es el corolario de su filosofía y modalidad terapéutica, la logoterapia. También un ejemplo de resiliencia.
A menudo sus frases y reflexiones me sirven como una forma de mantener mi norte. Y esto lo digo tanto a título personal en frases como:
De alguna manera, el sufrimiento deja de estar sufriendo en el momento en que encuentra un significado.
Y aquí es interesante esta disgregación implícita que hace de la palabra sufrir. Para mí, una cosa es experimentar un dolor o incomodidad, otra cosa sufrir. El sufrir, para mí y otr@s much@s, acarrea el Recordar que lo estoy pasando mal. Esta es la trampa del “sufrimiento”. Y para salir de esta trampa nada mejor que encontrar un significado, aprendizaje o lección de vida.
Pero también, como psicoterapeuta y coach, me ayuda a ver la voluntad de superación en mis consultantes cuando dice:
¡Diría que nuestros pacientes nunca se desesperan realmente por el sufrimiento en sí mismo! En cambio, su desesperación surge en cada instancia de una duda,
en cuanto a si el sufrimiento es significativo.
El hombre está listo y dispuesto a soportar cualquier sufrimiento
tan pronto como pueda ver un significado en él.
Llevamos ya un par de semanas con medidas drásticas y ahora se han intensificado. Más o menos ya sabemos qué hacer y qué no pero…Quedan, por lo menos, dos semanas más, después de las dos primeras. Ya no es la «novedad» aun cuando vaya acompañada de miedo. Y sabemos que el miedo es la antesala de la ansiedad.
Ahora empieza el largo recorrido. Y es precisamente ahora cuando pueden aparecer nuestras heridas más profundas. Miedos, impaciencias… ¿Cómo sobrellevarlo a lo largo del tiempo?.
Es ahora cuando, creo, más relevancia toma el pensamiento de Viktor E Frankl. Como dice el título de su obra cumbre «El hombre en busca de sentido«. Las enseñanzas de la logoterapia, de la búsquedad de sentido, es mucho más evidente en períodos de dificultad. Y es ahora, en esta crisis del Covid-19, en plena llegada de la primavera, cuando podemos leerlo en clave de oportunidad.
La crisis del Covid-19 y la revolución interna
Y, por supuesto, esto no implica resignación ni, eventualmente, obedecer mansamente. Significa, precisamente, una oportunidad de aprendizaje. durante la cual, incluso, podamos cuestionar activamente el manejo de la información y medidas adoptadas por el gobierno.
Pero cuidado con las rebeldias sin causas (o con causas no justificadas). No se trata de cuestionar por cuestionar como parece que están haciendo algunos grupos. Tampoco de hacerlo por razones políticas. Se trata de un cuestionamiento que debe nacer de nuestras convicciones más profundas.
Esta es la clave. Incluso si decidimos asentir, que lo sea desde las convicciones más profundas. Yo creo que toda revolución externa debe ir precedida de una revolución interna, y esto exige coherencia y valor.
La crisis del Covid-19 nos afecta a tod@s.Y en esto debemos poner lo mejor de nosotr@s.
¿La llegada del corona virus tiene algún sentido?
Parece que la interrupción de la actividad humana revitaliza el planeta.
Cómo encontrar sentido en el dolor es algo muy personal. Sin embargo, aprovechando esta crisis con la llegada de la primavera (un nuevo comienzo) voy a lanzar alguna idea. Por lo menos compartir, que ya en algo ayuda.
¿Qué está pasando con la naturaleza en esta difícil llegada de la primavera?
El artículo empieza con las siguientes palabras: “La capa de ozono se está ‘recuperando’ del daño que la contaminación y el sobrecalentamiento del planeta provocaba. Y ahora esparce sus vientos alrededor del mundo.”
A la luz de esta noticia podemos volver a la pregunta: ¿La llegada del corona virus tiene algún sentido?. Los “vientos que se redirigen a todo el mundo” con la llegada de la primavera, ¿nos dicen algo?
Por supuesto, es una pregunta a la que cada cual encontrará su respuesta. Sin embargo son obvias las consecuencias de haber detenido, apenas dos semanas, nuestra frenética actividad. La ecología de la tierra lo agradece. Y no creo que sea algo banal.
Otro curioso efecto secundario que acompaña a esta pandemia
Una italiana, usuaria de twitter, ha compartido unas imágenes del agua de los canales de Venecia. En su comentario deja escrito:
“Un efecto inesperado de la pandemia – el agua que fluye por los canales de Venecia está limpia por primera vez en mucho tiempo. Los peces son visibles, los cisnes han vuelto”
Conocer y poner en práctica nuestros valores, otorga sentido a la vida.
En modo parecido algunas personas famosas parecen encontrar sentido en la epidemia del corona virus. Así, la que fuera capitana de la selección española de natación sincronizada, Ona Carbonell, declara en una entrevista al periódico Sport:
“Todos tenemos que reflexionar sobre lo que está pasando y sacar algo de esta situación. Aunque esté siendo difícil para todo el mundo tenemos que ver que tenemos que cambiar cosas como sociedad. Ser más sostenibles, pensar menos en nosotros, ser más solidarios y pensar en global dejando los egos. Y sobre todo disfrutar de lo que tenemos, de las cosas básicas. De un abrazo, una mirada, una sonrisa, un gesto… el día a día tan frenético que llevamos nos hace menos auténticos y esto nos está enseñando un poco a todos.”
También he leído sobre la “fiereza democrática” del corona virus. Así, otras pandemias (sida, ébola, o incluso la crisis del 2008) no levantaban la misma solidaridad que esta actual. Estas últimas afectaban a colectivos desfavorecidos o incluso marginales.
Pero esta pandemia del corona virus parece tener algún sentido cuando, de repente, todos nos volvemos solidarios. La respuesta, obvia, por primera vez un virus parece ser anárquicamente democrático. Puede afectar a poderosos y los no tanto, ricos y pobres, blancos y negros, hetero y no «normosexuales». ¡Buena señal! 😆
La llegada de la primavera, lo nuevo y el sentido de lo transpersonal.
¿Trae el corona virus una posibilidad de sanación humana y planetaria?
Para encontrar algún sentido en la epidemia del coronavirus podemos retrotraernos a una visión esotérica. Desde la antigüedad los pueblos europeos, y de otras culturas, rendían honor a las fuerzas de la Vida. Entre ellas los ciclos estacionales. Y así es como, hace poco, transitamos el equinoccio de primavera. El momento en el que horas de luz y de oscuridad se equilibran.
A partir de la llegada de la primavera las horas de luz van ganando terreno a las de oscuridad. Y es justo en este momento cuando emerge con más fuerza esta epidemia. Un estudio astrológico de esta lunación de primavera parece establecer una curiosa correlación arquetípica con Quirón, el sanador herido.
Carl Gustav Jung estaba convencido que «sólo el herido cura«. Una significativa afirmación para una sociedad enferma. Ahora bien, sólo el estar enfermo no sana. Sana el recorrer a partir de la enfermedad la sanación.
Anexo un enlace a un video que ilustra esta interesante visión y búsqueda de sentido en la epidemia delcorona virus.En la misma una explicación de mano de Núria Picola, una buena amiga y excelente astróloga. Así como una sugerente meditación guiada por Débora.
El sentido del corona virus en las hipótesis de la conspiración
Otras miradas más inquietantes nos llevan a la hipótesis de la conspiración. Anexo artículo con video de los diez minutos finales de la intervención del Dr. Thomas Cowan. En la Cumbre de Salud y Derechos Humanos en Tucson, el 12 de marzo de 2020.
La teoría de la conspiración merece ser tenida en cuenta…
Intencionadamente o no, nos conduce a un escenario en el que, las negadas declaraciones de Christine Lagarde acerca de la longevidad de los ancianos, no desmiente el informe del FMI de 2012 en el que sí se decía:
“Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado (“riesgo de longevidad”) son muy grandes”.
Y sabemos que cuando los intereses son financieros, pocos son los criterios éticos puestos en juego. Dejo el artículo que defiende a Lagarde, ¡pero no precisamente al F.M.I.! 🙄
Para finalizar, recordar que «cuando algo se mueve fuera, algo se mueve dentro»
El tema del sentido o no del corona virus da para mucho. Seguro que me he dejado muchas otras consideraciones. Sin embargo, sí es verdad que con la llegada de la primavera, algo nuevo parece re/nacer en el ambiente. A pesar de los pesares, algo deberemos dejar atrás y, en ocasiones, volver a nuestro interior es necesario.
Me gusta, no obstante, recordar un poema que circula hace poco por internet.
El tesoro de la introversión.
“La gente se quedó en casa. Leyó libros, escuchó, descansó e hizo ejercicio y arte,
y jugó y aprendió nuevas formas de ser, y se estuvo quieta.
Y escuchó más profundamente. Algunos meditaban, algunos rezaban, algunos bailaban.
Otros se encontraron con sus sombras, comenzaron a pensar de manera diferente. Sanaron.
Entonces, en ausencia de personas que vivían en la ignorancia, peligrosas, sin sentido y sin corazón,
la tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lloraron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron con nuevas imágenes y crearon nuevas formas de vivir y sanar la tierra por completo, ya que habían sido curadas”
Según el artículo la autora es una maestra estadounidense. Pero sin dudarlo, por el apellido y la musicalidad del poema, de ascendencia irlandesa.
Pues creía que terminaba pero por lo visto, no
Estaba ya «tuneando» el artículo para publicarlo. El contenido claro, cuatro arreglos… y aparece esta noticia:
«APROBADA NUESTRA GEOLOCALIZACIÓN EN EL BOE»
Anexo enlace a la orden ministerial aparecida en el sacrosanto B.O.E.
Y ahora sí, voy a respirar unos minutos (probablemente horas). No creo que pueda evitar proferir palabras como INDIGNACIÓN, VERGÜENZA, DICTADURA, ASCO, y otras de peor oir pero mismo contenido. Aprovechando la coyuntura crítica nos meten (sí, nos meten) lo que la «casta» política/económica estaba deseando.
Ahora sí, creo, vale la pena dar una dirección muy concreta y con mucho sentido a nuestros esfuerzos.
Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo
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Si conoces a alguien que pudiera estar interesado, en esta información, siéntete libre para compartirla.
Robert Johnson en su libro “Aceptar la sombra de tu inconsciente” nos habla del Arquetipo de la sombra. Y nos cuenta una triste historia:
El agua. Arquetipo de vida, sanación y purificación
El Agua de la Vida brotaba libre y alegre a través de un pozo. Tenía virtudes sanadoras de las que se beneficiaba todo aquel que bebía de ella. Y ella, en su generosidad, se ofrecía a todo aquel que se acercara para conocerla.
Pero unos usureros pretendieron aprovecharla. Levantaron vallas alrededor del pozo y la comercializaron.
El Agua enfadada, decidió brotar a través de otro pozo. Y así, la que manaba del pozo inicial, perdió todas sus mágicas propiedades.
Sin embargo, sucedió lo mismo con otros usureros. Y así seguió sucediendo. De este modo, el Agua de la Vida sigue apareciendo, cada vez, en lugares insospechados donde nadie pueda enriquecerse con usura de ella. Y los pozos que va dejando, a su paso, solo ofrecen agua turbia.
Sin embargo, el Agua sigue manando en algún lugar y está lista, siempre para ser recibida.
¿Qué tiene que ver esta metáfora con nuestra psicología?
Esta historia nos habla de los intereses egocéntricos por apoderarse de un bien que pertenece a la Vida. Nuestro ego actúa de un modo parecido. Ignora algunas zonas de nuestra psique. Todo aquello que no obedezca a los intereses egocéntricos es reprimido, negado, sepultado. De tal modo, aquello que era en un principio algo natural, se vuelve turbio. Tal y como sucede en los pozos de los que ya no mana el Agua de la Vida. Así nace en nosotros el arquetipo de la sombra.
Entonces creamos un guión de vida en el que lo reprimido sigue influenciándonos, pero de un modo inconsciente y, generalmente, poco constructivo. Aceptar la sombra es el primer paso para su integración de un modo constructivo.
La sombra de tú inconsciente y el lugar del que brota el Agua de la Vida
Ese lugar donde podemos encontrar el Agua no está muy lejos.
En nuestro inconsciente el arquetipo de la sombra espera a ser descubierto
Está más cerca de lo que sospechamos, solo que… un poco escondido. Es, efectivamente, nuestro inconsciente. Y en él, Jung postuló la existencia de algo que llamó el arquetipo de la sombra. Más específicamente dejó escrito:
“La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y que, sin embargo, le fuerza una y otra vez, directa o indirectamente.”
¿Cómo puedes encontrar indicios del arquetipo de la sombra de tu inconsciente?
Imagina que alguien, con su conducta o actitud te exaspera en sobremanera. Aun cuando pueda parecer una persona molesta, si tu respuesta emocional es exagerada, esa es una pista. La sombra de tu inconsciente reacciona como una herida al contacto con agua salada. ¡¡Escuece!!. Esa conducta, esa actitud está entonces en ti, en tu sombra. Esta respuesta emocional es conocida como proyección de la sombra
Puede parecer algo contradictorio aceptar la sombra de tu inconsciente. Sin embargo, es importante aclarar que reconocer no quiere decir actuar según su dictado.
La luz de la sombra de tu inconsciente.
Por otra parte, aunque de esto hablaré en otro artículo, también podemos “reconocer” en otras personas partes maravillosas que nos negamos. Es importante aquí destacar que, en sí, lo que rechazamos en nosotros no tiene por qué ser algo negativo.
Las cualidades negadas a la masculinidad por el patriarcado yacen en una sombra luminosa.
Por ejemplo, un hombre que (por los dictados del patriarcado) rechace en sí su sensibilidad, ternura, delicadeza… es fácil que se enamore de una mujer que manifieste estas cualidades. De hecho el enamoramiento, según la psicología analítica, es visto como una proyección de lo luminoso en otra persona.
Reconocer y aceptar la sombra, “el tío del gimnasio”, un ejemplo.
Voy a relatar un diálogo con un cliente en consulta (por supuesto es un resumen. Cuento con su permiso y mantengo el más estricto anonimato).
El consultante acude a un gimnasio regularmente. Un día apareció en esas instalaciones un hombre que le exasperó de un modo exagerado. Así que, indagué un poco.
Este fue más o menos el diálogo que sostuvimos.
Cliente: Entonces apareció por ahí ese tío. Andando como un pavo real. Josep: ¿Cómo crees que anda un pavo real? C: Pues llamando la atención, contoneándose, en plan chulo. J: Y eso te molesta C: Sí, mucho. J: ¿Y cómo es ese mucho en una escala del 1 al 10? C: Pues…. (Aquí se detuvo un poco…) ¡Yo diría que un 9! J: Un nueve por alguien que ni siquiera se metió contigo. Sólo por su forma de andar C: Sí, pero es que (y aquí enfatizó lo que ocurría) ¡¡Iba llamando la atención!!
El arquetipo de la sombra filtra y distorsiona nuestra percepción de la realidad
Es curioso como el “llamar la atención” pueda molestar tanto a
Aprender a reconocer la sombra para tomar conciencia de cómo distorsiona la realidad.
alguien. Pero hay algo más. “Andar contoneándose” puede ser una descripción de hechos. Sin embargo, inferir de ello que quería llamar la atención es una interpretación, algo que dedujo el cliente a partir de sus filtros personales.
Por otra parte, su radical rechazo apuntaba a algo más. Conozco al cliente y sé que es un hombre extremadamente discreto, cauteloso y reservado, así que le lancé el reto.
Aceptar la sombra de tu inconsciente, “llamar la atención”
J: ¿Tú nunca has querido llamar la atención? C: Bueno… sí pero no de esa manera…. J: Y cuando lo has querido… ¿lo has hecho? C: Pues no, creo que cada cual debe arreglar sus propios problemas.
“Cada cual debe arreglar sus propios problemas”.
Esto, por supuesto, es una creencia, y en un hombre, aunque joven, “clásico”, suele ser un indicio de que no quiere mostrar su vulnerabilidad.
Es aquí donde apareció su sombra. “Llamar la atención”, para mi cliente, equivalea “necesitar la ayuda de los demás”. A esto en PNLse le llama una equivalencia compleja . Él sólo desea llamar la atención cuando tiene algún problema entre manos, pero, por supuesto no se lo permite. Sin embargo, su deseo de compartir, de ser aliviado acaso, existe… en su arquetipo de la sombra.
Ocupar “todo el espacio disponible”
C: Pues sí, llegó colocó su toalla en un aparato de musculación y se fue a hacer bici. J: ¿Te molestó eso? C: Pues ¡es evidente! (cuidado con las afirmaciones vehementes, suelen esconder algo “sombrío»). ¿Qué derecho tiene a ocupar todo el espacio? (Ahora una generalización) J: ¿Todo el espacio? C: Bueno… ya me entiendes, si está en la bici ¿por qué tiene que ocupar con su toalla otro aparato que podría utilizar otra persona? J: Bueno… si llega otra persona le puede decir que aparte la toalla, ¿no te parece? C: Sí claro, ¡a mí también me gustaría! tenerlo todo a mi disposición, pero no se debe hacer eso.
Importante este párrafo. El cliente no deja de tener razón, pero…
¡Aquí no interesa la razón, interesa lo que surge!.
En primer lugar indica: “¡a mí también me gustaría…”! y es obvio y razonable que en un lugar con recursos compartidos a todos nos gustaría tenerlos a nuestra disposición en todo momento. Recordemos que aceptar la sombra no quiere decir seguir su dictado, sólo reconocerla.
Sigue con un “pero”. El pero en una frase, a efectos psicológicos, desvirtúa lo afirmado previamente (1). El “a mí también me gustaría” (la reivindicación de la sombra) queda como ninguneado al efecto de ser reconocida.
“No se debe”. Nos encontramos con lo que en terapia Gestalt denominamos un “introyecto”.Mandatos generalizados e impuestos sobre lo que se debe y no hacer. Fritz Perls, el padre de la terapia Gestalt los llamó los “Debería”.
Pero hay más…. (Por eso elegí este ejemplo). Siguió quejándose de algo de lo que en el fondo tenía razón, pero….
Aceptar la sombra de tu inconsciente para reconocer el tesoro que encierra.
El tesoro oculto en la sombra.
Veremos a continuación la sinuosidad con la que se mueve la sombra. Recordemos que solamente ponemos la atención en reconocer y aceptar la sombra, no en si tiene o no razón. El siguiente fragmento descubre algo interesante aunque no evidente.
C: El “tío” estaba ahí, mirando a todo el mundo y a todo. ¡Lo estaba controlando todo! (De nuevo una interpretación. Que “mire todo” no quiere decir necesariamente que “controle todo”) J: ¿Y qué hay de malo en que mire a todo el mundo? ¿Eso quiere decir, necesariamente que “lo controle todo?”. C: Bueno…. ¡lo parece! J: ¿Lo parece o te lo parece a ti? (Le reto a que traslade la generalización a la asunción de su responsabilidad por su interpretación) C: Bueno… ¡me lo parece a mí, pero eso es de mala educación! (De nuevo un introyecto).
El arquetipo de la sombra y nuestras potencialidades no desarrolladas.
No seguiré con toda la transcripción. En este punto destacar que es típico en una persona extrovertida estar mirando su entorno. El extrovertido dirige su atención hacia el exterior. El introvertido, al contrario, dirige su atención hacia su interior. El cliente, un típico introvertido ve a un típico extrovertido, son la cara y la cruz de una misma moneda. Y este es un aspecto muy interesante de la sombra. La posibilidad que nos ofrece de completarnos. Así, un introvertido hará bien en intentar aprender de la actitud extrovertida y viceversa. Pero mientras no reconozca esta posibilidad y siga viendo a “los del otro extremo” como enemigos, perderá una ocasión de oro.
Aceptar el arquetipo de la sombra. ¿Para qué hacer consciente lo inconsciente?
Hacer consciente lo inconsciente libera la energía que utilizamos para reprimirlo. De igual manera, al aceptar la sombra de tu inconsciente te vuelves una persona más completa. Como dijo Jung:
“Prefiero ser un hombre completo a un hombre bueno”.
Reconocer nuestra totalidad nos da la oportunidad de elegir
Reconciliarse con la sombra interior
conscientemente. En el otro extremo, las actitudes maniqueístas y moralizantes conducen, a menudo, a conductas depravadas. No hace falta ahondar demasiado en los oscuros episodios que vive actualmente la iglesia católica. Solamente como un ejemplo entre otros tantos, por supuesto.
También es cierto que con este reconocimiento no termina todo el trabajo interior. Es, no obstante, un primer paso y, a veces el más difícil.
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He oído y leído muchas veces: “usted crea su propia realidad”. Y esta frase nos invita a interpelarnos: “yo creo mi propia realidad”. Es una frase muy típica en ambientes de crecimiento personal y/o espiritual. Y sí creo que es cierto. Sin embargo creo también que es una frase peligrosa si no se pronuncia con conciencia. Y hay personas que invitan a que nos comamos frases. Pero no nos ayudan a digerirlas, no nos explican detalles muy importantes. Quizás ni ellas los conocen. Porque en ese «yo creo mi propia realidad» también debe haber un espacio para integrar la sombra.
Veamos, cuando digo “yo” ¿a quién me refiero? Generalmente nos referimos a esa parte de nuestra conciencia que nos pone en contacto con el mundo exterior. Que también nos hace conscientes de lo que pensamos, sentimos…. Esa parte nuestra que se ilusiona con objetivos(objetivos que cai siempre son ilusiones del ego). Nuestra capacidad reflexiva, de análisis y planificación.
Integrar la sombra. Esa otra parte que también «soy yo»
Pero también hay una parte nuestra que opera en la oscuridad, y también es “yo”, aunque le llamemos de otro nombre. Esa parte nuestra que guarda registros de experiencias de referencia. Algunas alegres y repletas de amor. Otras no tanto…
Esa parte nuestra que nos lleva, por ejemplo, a amores locos, desenfrenados (veamos sino los mitos del amor romántico). También a situaciones absurdas o lugares oscuros de nuestro sentir. Toda luz desprende una sombra. ¿Hemos aprendido a integrar la sombra de nuestros objetivos?.
Existe en la actualidad una tiranía de la felicidad. Incluso propiciada por algunos profesionales del coaching y la psicoterapia. Por supuesto, no digo que debamos «andar todo el día de morros». Pero sí reconocer nuestras partes heridas. Y en ese reconocimiento y darles espacio podemos integrar la sombra.
Recuerdo dos frases de Jung que tocan la realidad, tal cual es, no de color rosa:
«El conocimiento de tu propia oscuridad es el mejor método para hacer frente a las tinieblas de otras personas”.
“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”
Yo creo mi propia realidad. Mi yo consciente y mi yo inconsciente.
Recuerdo que alguien dijo: «Romeo y Julieta fue una historia entre dos adolescentes de 13 y 17 años. Que duró tres días y dejó a su paso seis muertos». Y es así, si ponemos un poco de conciencia veremos que aplaudimos historias disparatadas. Pero ese que aplaude estas historias también es “yo”.
Y “yo” soy también eso. Esa parte que aparece en las pesadillas
¿Estamos seguros de saber lo que, realmente, queremos?
por la noche. O en los sueños más inverosímiles.
Y esa parte nuestra que opera en la oscuridad, si no es reconocida saboteará todos nuestros intentos. Y una de las formas más curiosas que utiliza es la de ilusionarnos con objetivos que no son más que un síntoma del dolor que encerramos en las mazmorras de nuestro “no-darnos-cuenta”. Integrar la sombra que anida en esas mazmorras puede hacernos personas más completas.
¿Te suena?…. «Quiero hacer dieta pero no puedo parar de comer aunque ya no tengo hambre». «Bueno… el lunes empiezo» Quiero acostarme temprano pero…. no hay manera. O incluso…. Sé que desatiendo a mi familia por culpa de mi trabajo… pero no puedodejar de hacer horas y más horas (esta última goza de cierto “prestigio social” por cierto).
Esa formulación de objetivos que nos conducen a la ilusión “yo creo mi propia realidad”. Y sí, es cierto «yo creo mi propia realidad», pero… ¿en qué «yo» estamos pensando?
El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, lo consciente y lo desterrrado
Seguro que conoces la obra “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”. Por supuesto que es un caso extremo de trastorno disociativo de identidad. Pero en un grado menor esa polaridad existe en nuestro interior. Te invito a echar un vistazo alDSMV (Lo adjunto es sólo una “pequeña guía”, no el DSMV en sí, pero ya vale para hacernos una idea). ¿Seguro que no te reconoces, en ocasiones, en alguno de los síntomas que describe? (Yo sí). Me resulta, no sé si cómico, extravagante o de locos, que hasta el miedo a las inyecciones esté catalogado.
Pero a lo que iba, Mr. Hyde finalmente se suicida y, con su suicidio termina con la vida del Dr. Jekyll. Curiosamente el Dr. Jekyll ideó su experimento para “separar el bien del mal”.
Si matamos o rechazamos nuestra sombra,
nos matamos o rechazamos a nosotros mismos.
Olvidar que tenemos una parte herida es pretender disociar el bien del mal. Y cuando eso sucede caemos en ese extraño maniqueísmo de “yo bueno” y “yo malo”, lo que nos lleva a pretender desterrar nuestra parte oscura. Pero si nuestra parte oscura desaparece…. Nuestra parte “luminosa” (ejemmmm….) también lo hará, tal y como le sucedió al pobre Dr. Jekyll.
Yo creo mi propia realidad, o sea…. “tú puedes”
Ciertas obras y autores de “empoderamiento personal” hacen un énfasis extremo en el “tú puedes” (corolario necesario del “yo creo mi propia realidad”). Entonces, claro, como “yo creo mi propia realidad” y “yo puedo”, y no sé qué yo es el que está “creando” (ni tan siquiera sé que no sé), mi yo pequeñito (el que conozco) se frustra, se desmotiva y, lo que es peor, se desvaloriza.
Y esto es realmente peligroso pues en ese “no llegar” a esas metas aparece la frustración. Y lo que es peor un sentimiento de inadecuación de no ser capaz de alcanzar ese mandato “tú puedes”.
¡Tú puedes con todo! ¿Seguro?
Entonces, ¿qué hacemos? Sabemos que tenemos una conciencia limitada. También sospechamos que algo anda mal en nuestro interior, en las mazmorras de nuestra psique.
Sin embargo, también nos habita una Sabiduría Interna, en algún lugar, también, de nuestro subconsciente.
Desde Jung hasta la más moderna psicología transpersonal se habla de una instancia psicológica que unifica nuestra psique. Jung lo llamó Sí mismo, Assagioli YO o Sí Superior, y más recientemente Richard C. Schwartz creador del IFS (Sistemas de la Familia Interna) , desarrollado posteriormente por Jay Earley como la terapia del Self.
Este lugar de psique que aúna los opuestos no es unilateral. No entiende de “buenos y malos”. Por supuesto, no es una licencia para “hacer lo que nos venga en gana”. Tampoco para permitirnos actitudes y conductas a medio camino de la ética.
Es poner el centro de gravedad de nuestras expectativas en un lugar más allá del ego. Y, sobre todo, más allá de lo que algunos pretenden hacernos tragar.
Aceptar nuestras partes exiliadas. Aprender a integrar la sombra
Podemos hacernos amigos de nuestra sombra
Dar cabida en nuestra conciencia a estos repudiados impulsos hará que su secreta influencia se relaje. El budismo habla de la necesaria compasión para con nosotros mismos, esto es reconocer nuestra humanidad. Aun cuando está bien que apuntemos alto, no olvidemos a ese personaje que nos acompaña, y que también es “yo”.
Hay en el mercado varios libros acerca de “la sombra”. La mayoría, abstractos y teóricos. Existe, sin embargo, un libro de Jean Monbourquette “Reconciliarse con la propia sombra” que ofrece algunos ejercicios prácticos y, sobre todo, nos informa sobre esa visión compasiva y equilibradora del Sí Mismo
El Sí mismo en su esencia es amor. Un amor inclusivo que entiende que esa sombra que nos desequilibra encierra las heridas emocionales desde nuestra más tierna infancia. Nuestro niño interior. Visto desde esta perspectiva, quizás sea más llevadero entender que también tenemos un Mr. Hyde en nuestro interior. Un Mr. Hyde que en su momento fue un niño, y ahora es el niño interior de nuestro adulto.
He dado algunas claves para aprender a integrar la sombra. Aportaré alguna más en próximos artículos. Y, por supuesto, si has llegado hasta aquí, incluiré enlaces a título informativo.
Una visión unilateral del Amor, la versión “tú puedes”
Y hablando del amor…. Me hacen gracia esos que van por ahí soltando con voz de suficiencia “El verdadero amor es desinteresado”. Entonces voy yo (mi “yo pequeñito”), me miro…. Y claro, ¡ya entiendo por qué me va así! Por más que lo intento ¡no consigo ser desinteresado! De tal modo que “yo creo mi propia realidad”, me culpo, me desmerezco, me critico etc, etc…
Por cierto, un secreto, much@s de l@s que creen ser desinteresados en realidad van de Salvadores. Y eso es distinto y también satisface deseos interesados.
¿El verdadero amor es desinteresado y si no no es amor?
Y sí, creo que es así, contemplar verdades absolutas como de obligado cumplimiento puede motivar al principio, pero hundir a medio/largo plazo. Vivimos tiempos en los que parece que ser feliz es algo obligado, si no lo eres “algo anda mal”.
Tiempos en los que debemos amar “desinteresadamente” porque si no… Total, objetivos imposibles de alcanzar y que no conducen más que a la frustración. Creo que es mucho mejor comprender que somos eso… humanos.
Entiendo que hay verdades que deben observarse con mucho cuidado. Realidades que deben contemplarse desde el plano humano que es lo que somos (bueno, por lo menos yo). Y hasta que no consiga ser un gurú, mi Mr. Hyde seguirá amando interesadamente.
Crear la relación de pareja desde la humanidad
Pero sí puedo creer desde mi humanidad (y ahora voy al amor de pareja) en la reciprocidad. Si en una relación alguien da, siempre, más de lo que recibe, en ese desequilibrio existe un peligro.
Y en ese observar y cuidar al otro, a mí y a (esa entelequia) la pareja, sí puedo construir un amor humano. Aquí sí me veo capaz de decir “Yo creo mi propia realidad”, aquí y ahora, con mis luces y sombras. Realmente, la escuela del amor es la mejor escuela para aprender a integrar la sombra.
Hasta que consiga esa iluminación, te deseo un feliz día (y feliz noche).
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Relajación y centramiento, práctica en Sabadell, Terrassa y online. La mejor versión de ti mismo. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, sesiones decoaching online y presencial (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Niño interior, coaching fatiga pandémica)Sabadell y Terrassa
Alineación de recursos en el centramiento
Creo que toda sesión terapéutica debe empezar con una alineación de recursos para un fin. Y este alineamiento debe ser consciente y relajado.Relajación y centramiento son dos prácticas que utilizo a menudo para casi todo tipo de terapias. Y, precisamente, para alinear recursos ycapacidades. Tanto si hablamos deadicciones como el tabaquismo, ludopatía, trastornos de alimentación… como para laansiedad y/o elestréso incluso para mejorar la autoestimaEn todas estas situaciones, y muchas otras, la práctica de relajación y centramiento es un excelente apoyo. Pero, sobre todo, es un punto de partida que dota de solidez y conciencia al proceso. Y esto es válido en cualquier proceso de coaching o de psicoterapia. Los motivos los expuse en el anterior artículo:
Actualmente se utiliza en las más recientes modalidades terapéuticas. En este post incluyo, al final, una relajación y meditación guiada para cultivar el estado de relajación alerta propio del centramiento. Esta práctica está basada en los principios del coaching y el trance generativo. Una práctica que te ayudará a visibilizar la mejor versión de ti mismo.
¿Cuál es la diferencia entre meditación, relajación y centramiento?
De la mano delmindfulnessse actualizaron ciertas técnicas de meditación, especialmente inspiradas en el budismo tibetano. Posteriormente, se adaptaron a intervenciones terapéuticas.
La relajación es el estado previo necesario para la meditación. La primera se refiere al cuerpo mientras que la segunda se centra más en la mente. Un cuerpo relajado es aquel que no mantiene más que las tensiones necesarias para expresar conductas.Una mente meditativa es una mente atenta, pero no necesariamente al continuo parloteo mental.
La meditación favorece una concentración relajada, por ejemplo en la respiración. También puede concentrarse en sensaciones corporales, sentimientos o pensamientos como objeto de observación. Siempre observando, sin juzgar ni pretender cambiar.
Relajación y centramiento, ambas prácticas se adaptan a cualquier proceso de coaching y psicoterapia. De hecho es una práctica rescatada por el coaching generativo, la más actualizada evolución en el mundo del coaching y la PNL. Y la práctica de base que te permite conseguir la mejor versión de ti mismo.
Relajación y centramiento y otras prácticas de meditación y psicoterapia
El centro nos ayuda a conectar con la Sabiduría Universal
Relajación y meditación son prácticas que suelen realizarse en entornos especiales. El centramiento, si bien es una práctica que puede reforzarse con disciplina, es por naturaleza una práctica que se extiende al día a día.
Y esta es la importante aportación del coaching generativo. Conseguir que la práctica de relajación y centramiento sea operativa en el día a día.
Una práctica meditativa muy terapéutica es la meditación de la sonrisa interior. Encaja y complementa a la perfección las técnicas de relajación y centramiento.
La mejor versión de ti mismo debe reflejarse en lo cotidiano.
¿Te ha pasado alguna vez, que después de una práctica de relajación, yoga, meditación… sales como nuev@? ¿Y no te ha pasado que al poco de terminar, una tontería te saca de tus casillas?Pues bien, el centramiento lo que pretende es precisamente ser una práctica operativa en la cotidianidad. No solamente una práctica restringida a espacios y momentos alejados del día a día. También un estado meditativo, alerta y sereno que despliega inteligencia emocional en lo cotidiano. Y, por supuesto, conecta con eso que llamamos la mejor versión de ti mismo.
Cómo se consigue esta serenidad alineada con los recursos internos en las tareas diarias
Para ello recurrimos a diferentes elementos heredados de laPNLy la hipnosis ericksoniana. Los citaré pero desplegar una explicación de cada uno excede la intención de este artículo. De todos modos los podrás intuir en la práctica anexa al final del post.
En primer lugar, las experiencias de serenidad y relajación alerta son específicas, concretas. No se trata de sugestiones vagas y difusas. Son momentos que el explorador ha vivido en su día a día.
Las experiencias de relajación y centramiento son evocadas a través de los recuerdos sensoriales, no mediante conceptos.
Son vividas en posición disociado y asociado. La primera facilita la observación, la segunda la exposición.
La experiencia es anclada, preferentemente con anclas táctiles. Esto es así para poder traerla a momentos de dificultad.
Durante la práctica se configura un “puente al futuro”. Mediante este imaginario puente, se asocia lo vivido con momentos específicos de la vida cotidiana. Esta es una visión específica del coaching generativo. Asociar estados internos de excelencia personal con situaciones concretas del día a día.
La triple conciencia y la búsqueda de la excelencia personal
Siguiendo el trabajo deRobert Dilts y Stephen Gilligan, dos de los actuales “gurús” de la PNL, y promototes del coaching generativo, la conciencia puede diferenciarse en tres aspectos:
Conciencia somática.
» » cognitiva.
» » de campo.
Cada una de estas distinciones de la conciencia puede desarrollarse en tres grados:
El nivel primitivo: totalidad sin autoconciencia. Es el estado típico de un bebé.
La percepción del ego: autoconciencia pero habiendo perdido el sentido de totalidad. Nivel del hombre medio.
El nivel generativo: autoconciencia diferenciada en la totalidad. Precisamente del nivel generativo toma el nombre el coaching generativo.
Y, por supuesto, todo esto encaja con la propuesta de definición que, en su momento, hice del coaching. «Acción con conciencia».
Relajación y centramiento, la aproximación a nuestra autenticidad
El reflejo que, de nosotros mismos, nos ofrece nuestro centro
Un primer paso es reconocer en nuestras vidas esos destellos de conciencia generativa….El segundo paso es aprender a evocarlos para traerlos a la realidad terrenal. El tercer paso… practicar a menudo.La práctica que al final incluyo nos ayuda a conectar con nuestro centro. Hay quien le llama esencia, la mejor versión de ti mismo, self,sí mismo… el nombre da igual, si bien, bajo mi punto de vista, el último término es el que más se aproxima . Lo importante es tu pericia para conectar con él en tu día a día. Y para ello la práctica es imprescindible.
Invocar tu centro, la mejor versión de ti mismo. La práctica
Hoy anexo una primera práctica para encontrarnos a nosotr@s mism@s en ese estado de relajación y centramiento. La grabación es casera pues una grabación así en un estudio profesional supone una inversión prohibitiva. Ah!! Y antes de empezar con la práctica un par de instrucciones. Primero identifica tres o más momentos de tu vida en los que te sentiste especialmente relajad@ y empoderad@. Deben ser tres o más momentos específicos, concretos de los que recuerdes lugar, entorno, personas. En un momento de la práctica de relajación y centramiento te voy a pedir que los evoques. En segundo lugar, en un momento de la inducción te pediré que lleves ambas manos al centro de tu pecho. Será una especie de señal que luego podrás llevar a tu día a día. De tal manera que puedas asociar esa mejor versión de ti mismo durante la práctica a tu cotidianeidad.
Nota para las personas muy mentales y/o críticas
Esta inducción está diseñada según los parámetros del lenguaje (llamémosle) «ericksoniano». Se trata de unos giros y expresiones gramaticales para facilitar la relajación. Por ello, es probable que algunos tiempos verbales, predicados o construcciones te llamen la atención… o no. No busco en este caso la corrección gramatical, sólo la eficacia. Sencillamente déjate llevar. Esta práctica te llevará tan lejos hasta donde tú te dejes. Para conectar con la mejor versión de ti mismo, empieza con la práctica. Para ello, clica en el siguiente enlace.
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Nota legal: El anterior audio forma parte de un trabajo más amplio debidamente registrado y amparado por derechos de autor. Queda autorizada su divulgación y/o uso terapéutico siempre y cuando se mencione explícita o implícitamente su origen.No queda autorizado su uso con fines lucrativos o de promoción de otros productos, salvo consulta previa. Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo.
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Relajación y centramiento, práctica en Sabadell, Terrassa y online. La mejor versión de ti mismo. Josep Guasch, coach, psicoterapeuta, consulta decoaching online y presencial (Asertividad, liderazgo, terapia de pareja, celos, ludopatía, coaching fatiga pandémica) Sabadell y Terrassa.
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