El niño interior libre. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach, en Sabadell, Terrassa y online. Consulta de coaching y psicoterapia (PNL, Hipnosis, Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Niño interior)

El niño interior libre, un arquetipo de vitalidad, entusiasmo y ganas de vivir.
En cualquier proceso terapéutico, de coaching o de psicoterapia tiene cabida una figura terapéutica, el niño interior libre. Basada en el análisis transaccional pero también utilizada, por ejemplo en terapia Gestalt y PNL. Emergiendo de la terapia del niño interior, esta figura terapéutica tiene cabida en cualquier modalidad de psicoterapia y coaching. Su versatilidad es tal que es útil para diversidad de dificultades. Ansiedad, mejora de la autoestima, adicciones, codependencias. Y también para estimular la ilusión, la gratitud, las ganas de vivir y la inspiración.
¿Para qué la terapia del niño interior libre?
¿No te ha ocurrido conocer a personas que, sin perjuicio de la edad, están repletas de alegría, vitalidad, entusiasmo? Personas a las que las dificultades no les echan para atrás. Sino más bien las enfrentan con creatividad y una espontánea confianza. Y esto tiene una explicación:
En el modelo de los estados del yo, Eric Berne señaló dos aspectos del niño interno. El niño interior libre y el niño interno adaptado. Este último, a su vez, se subdivide en tres aspectos, sumiso, rebelde y demorador. Puedes ampliar, si lo deseas en mi artículo: El niño interior y el análisis transaccional.
Pero el niño interior libre es portador de los dones exclusivos con los que aparecemos en el mundo. Sin embargo, los mandatos sociales de todo tipo van minando esta genuinidad que nos hubiera hecho brillar. Perdemos, entonces, el alineamiento entre nuestras capacidades, (de las que el niño interior libre es portador), y nuestro adulto. Esto genera un malestar interno que puede traducirse de múltiples formas.
John Bradshaw en su libro “Volver a casa” hace una recopilación de todo tipo de síntomas. Desde codependencia, depresión, celos y problemas de autoestima y falta de asertividad hasta dificultades con adicciones.
Reivindicar y recuperar nuestro niño interior libre
La buena noticia es que el niño interior libre sigue vivo en nuestro interior. Por supuesto, el redescubrimiento de su vitalidad pasa también por la sanación del niño adaptado. Este niño herido es quien dibuja, junto con el adulto, nuestro guión de vida. Patrones de conducta que nos parecen irremediablemente repetitivos, aun cuando pudiéramos reconocerlos como malsanos.
El trabajo con el niño vital (o libre) es fundamental por cuanto es el objetivo final. Pero a su vez, no puede plantearse en términos de objetivo (delimitado, específico, temporalizado…), pues apunta a un descubrimiento. Sin embargo, es bueno mantener un norte, lo que en PNL, llamamos un estado deseado.
Volver a casa, la terapia del niño interior

Como en la metáfora del viaje del héroe, el último tramo es volver a casa.
Así pues, se plantea más en términos de dirección y visión, un descubrimiento que se intuye. Este estado deseado lo podemos cultivar mediante la práctica del centramiento y la terapia del niño interior. Jung, llegó a señalar el niño interior libre como “el ser del principio y del final”. Es decir, “la esencia preconsciente y postconsciente del hombre”, entendida como la esencia del alma. Ver “El arquetipo del niño”
¿Cómo plantear pues el trabajo con el niño interior libre?

Déjate llevar por tu imaginación, es parte del proceso.
El planteamiento es fácil para algunas personas, y puede resultar difícil para otras. El concepto nuclear es el “dejarse llevar” por la imaginación (y esto es fundamental, el “dejarnos llevar”). En consonancia con esto, déjate llevar por lo que surja cuando piensas en algunos aspectos de tu niño interior vital. Y aunque te resulte difícil sentirlo o imaginarlo, deja que tu ser interior te informe “como si” fuera fácil. Sin juzgar, sin valorar, sin etiquetar… sólo “como si…”
El trabajo con la terapia del niño interior, sus virtudes
Rosetta Forner, especialista en coaching con PNL, identifica cinco características de este niño interior vital. A saber
- MÁGICO, SABIO, CREATIVO, JUGUETON, EMOTIVO
Sugiero tres formas de imaginar y modelar estas características.
- ¿Cómo eras tú, de pequeño, con cada uno de estos registros en el niño interior libre?
- El “como si”. Aun cuando no tengas recuerdos o te cueste imaginarlo, haz como si fuera posible, utiliza tu imaginación.
- Recurre a modelos de niñ@s que conozcas. Si tienes hijos, sobrinos, ¿Cómo actúan en cada uno de estos roles? Incorpora en el niño interior libre tuyo cada una de estas características.
Imagina entonces esas características que “clasificamos” en el niño interior libre. ¿Cómo sería, para ti, (sí, para ti) cada una de estas características del niño interior vital?.
Dibujando los cinco rostros de la Magia
Algunas cuestiones que te pueden ayudar:
- Mágico: ¿Qué paisajes mágicos aparecen? ¿Castillos encantados, lagos brumosos? Imagina personajes… ¿Brujas, magos, hechiceros…? Fantasea con seres mágicos… ¿Unicornios, hadas, gnomos, elfos, sirenas, salamandras? O incluso con conjuros y pócimas.
- Sabio: Hay niñ@s que por estar muy en contacto con seres adultos parecen tener cierta “sabiduría adulta”. Esta puede ser una de las partes en el niño interior libre sabio. Pero es más bien esa inteligencia intuitiva, emocional, en contacto con el cuerpo. La mente de los niños no está tan condicionada como la nuestra, no tiene tantas presuposiciones. Por eso a veces formulan esas preguntas que hacen y que no sabemos responder. Este es también un aspecto de la sabiduría del niño interior vital.
- Creativo: En el niño interior libre está/n presente/s nuestro/s don/es original/es. Le gusta pintar, cantar, inventar historias. Modelar con plastilina, inventar monstruos o construir castillos. A veces hacer ver que es otra persona o, incluso, imita a alguien.
- Juguetón: Jugar es la forma más divertida de aprender. El juego le pone en contacto con lo serio de la diversión y lo divertido que es ponerse serio. Cantar, bailar, jugar al escondite. Aparentar ser otra persona, hacer teatro. Hacer cosquillas, reír, saltar.
- Emotivo: En el niño interior libre la expresión de las emociones y sentimientos es algo completamente natural. Si quiere demostrar amor lo hace abrazando, acariciando. Si quiere pedir caricias lo hace. También si algo le disgusta o le pone triste, llora.
Pero… esta es la clave. ¡No te ciñas solo a estas preguntas! ¡Suéltate!

El niño mágico nos conecta con el mundo de la fantasía
Esta son solamente algunas referencias. No te preocupes por la perfección, este es el reto. A veces una de las características del niño puede confundirse con otras. Por ejemplo el creativo con el juguetón o el mágico. Sólo imagina “como si” pudieras conectar con cada aspecto, permítete jugar, disfrutar, reír o llorar. Aun cuando sea distinto a lo que esperabas, “deja que surja”.
La terapia del niño interior libre nos pone en contacto con nuestra capacidad de «permitir ser»
Ahora, coge papeles y lápices de colores. Preferentemente sentado en el suelo (donde suelen jugar los niños), conecta con uno de ellos. Por ejemplo el mágico. Y conectando con las indicaciones dadas y otras más que puedan aparecer en tu interior….
¿Cómo sería ser ese niño? Imagina que lo ves sentarse, andar, mirar? ¿Qué postura corporal y gestos tendría? ¿Cómo hablaría y respiraría? ¿En qué cosas pensaría? … Haz como si “vieras ya a tu” niño libre mágico. Puedes incluso reír o bailar tal y como él lo hace. Deja que se te ocurran tantas formas de expresión de la magia en tu niño como vengan.
Y cuando lo tengas…. Coge un papel (sólo un papel por cada niño) y dibuja lo primero que aparezca. Dibuja desde la sensación sentida de haber conectado con ese niño mágico.
Cuando termines, desconecta, respira y vuelve a la realidad cotidiana.

Dibuja libre y creativamente los aspectos de tu niño interior libre
Repite lo mismo con cada uno de ellos. Con el sabio, creativo, juguetón y emotivo. No trabajes el mismo día con dos o más niños, y si lo haces deja un espacio de tiempo. Preferiblemente más de dos horas, aunque lo ideal es hacerlo en días diferentes. Un día distinto para cada niño.
Una vez tengas confeccionados los cinco dibujos,
elige un día para la siguiente práctica:
Dispón en un espacio, preferentemente en el suelo 6 cojines (también pueden ser 6 sillas). Con cinco de esos cojines haz un círculo y otro cojín en medio. En cada uno de los cinco cojines que conforman el círculo deja un dibujo de cada aspecto del niño. Uno por cojín.
Durante unos momentos siéntate y siéntete en el centro del círculo. Acompañado por cada aspecto que refleja el niño interior libre. Siente el que está ante ti, el que está detrás, el que está a un lado u otro…. Simplemente con los ojos cerrados siéntete acompañado por cada uno de los aspectos de tu niño interior. Desde el lugar en que están los dibujos de cada uno de ellos.
Seguidamente, dirige tu mirada (deberás, por supuesto, acomodar tu posición en el centro del círculo terapéutico) hacia uno de ellos. Imagina, ¿Cómo recuerdas, imaginas, sientes que puede ser ese niño? Vuelve a imaginar… Su respiración y forma de andar ¿Qué posturas y gestos le caracterizan? ¿Recuerdas cómo habla o balbucea? ¿Puedes imaginar cómo es su mundo? Y, en general… ¿Cómo te imaginas que es él y su vida?
A continuación dale la bienvenida y las gracias por asistirte en tu proceso de psicoterapia o de coaching. Sugiero algo así como:
“Bienvenido, gracias por estar aquí, te acojo en mi corazón”.
Asóciate a la figura de tu niño interior libre
En PNL conocemos como asociarse el vivir en primera persona una situación como si ocurriera aquí y ahora. Durante la práctica terapéutica, pasas a ocupar la silla del niño mágico (por ejemplo) como si fueras él. Existe en terapia Gestalt algo parecido la práctica de la silla caliente y la silla vacía. En PNL, ocupar la segunda posición perceptiva. Ahora eres el niño mágico que dirige su mirada a la silla vacía en la que representa que está tú yo adulto.
Sumérgete plenamente en tu papel de niño (mágico en este caso). Recuerda las distinciones anteriores que hiciste en posición disociado (es decir, como observador). Ahora te toca encarnarlas. No te preocupes en la perfección, sólo haz como si realmente lo hicieras.
Ahora dirige tu mirada a la “silla vacía”. En esta silla

Siéntate y siéntete en el centro del mandala, arropado por los aspectos de tu niño interior.
está tu yo adulto. Míralo con atención, como si fuera “otro yo” que te visita (como niño) desde el futuro (como adulto).
Una forma de contemplarlo es como si, desde niño, te observaras a ti mismo como el adulto del futuro. Entonces, desde esa perspectiva de tu niño interior libre: ¿Cómo ves a ese adulto del futuro? ¿Qué crees que tiene y le falta? ¿Cómo ves su vida? Estas son sólo algunas posibilidades de preguntas que te puedes hacer. Deja que tu imaginación de niño interior libre se haga una composición de lugar acerca de ese adulto.
Establece el diálogo

Recupera tu yo más auténtico enterrado entre multitud de mandatos parentales y sociales de todo tipo.
Entonces cuando te sientas preparado, y en un máximo de 5 palabras….
- ¿Qué le dices?
En este decirle puede ir un consejo, (ríe más, disfruta más, suéltate más…). También es posible que una demanda (visítame más a menudo). Es importante que en este decir del niño interior libre al adulto exista un acto o actitud afirmativa. Por ejemplo: si lo ves triste, dile: “disfruta o ríe más”. Si te quejas de que no viene a verte…. “ven a verme más a menudo”.
La afirmación debe ser directa, no una “consideración u opinión, observación etc.….”. No es válido algo así como “pues pienso que le da demasiadas vueltas a las cosas”. Dirígete a él en primera persona “Haz más caso a tu corazón y actúa desde él”.
Una vez formulada la petición, desde tu niño interior libre (mágico en este caso), ocupa la silla del adulto. Recibe en el corazón, desde el centro del círculo y desde el adulto el mensaje del niño interior libre. Es importante no razonar, justificar, explicar… (Funciones del adulto), simplemente recibe en el corazón, sea lo que sea. Deja que se dibuje en el interior esa petición. Es probable que, al principio, no tenga mucho sentido, pero no olvides que esta es la visión del adulto. Simplemente, deja que germine en tu interior.
Pasa a continuación al siguiente aspecto del niño interior libre (por ejemplo el niño sabio). Procede del mismo modo con cada aspecto de tu vitalidad interior.
Finalizar el ejercicio con tu niño interior libre
Al finalizar siéntate en el centro del círculo, interiorizar los mensajes de los cinco aspectos del niño interior libre. Puedes realizar una pequeña meditación dejando que se reorganicen en tu interior las diferentes sugerencias.
Una vez integradas puedes realizar, lo que en PNL llamamos un “puente al futuro”. Es decir imaginar cómo cambiaría tu vida, en cada uno de sus aspectos, al tener en cuenta estos mensajes.
Una sugerencia para afinar más en las distinciones es la de tener en cuenta los aspectos específicos. Por ejemplo, ¿Cómo cambiaría tu vida en…?
- Tu profesión y relaciones laborales.
- Relación con amistades.
- Relación con seres queridos, pareja, padres, hijos…
- ¿Modificaciones en tu hogar?
- ¿Cómo afectaría a tus hobbies?
- Auto-cuidado
- Gestión de tu economía…
Pero no des ningún cambio por asentado. Has marcado con este trabajo, simplemente una dirección. Deja ahora que tu subconsciente integre. Confía y déjate llevar.

¿Has recuperado ya la sabiduría de tu niño interior?
Hasta aquí una descripción de la dinámica del niño interior libre mágico. Por supuesto realizada con un terapeuta entrenado puedes profundizar mucho más. Sin embargo, no dejarás de tener algún beneficio si deseas probar por tu cuenta.
Practícalo y, recuerda, tienes un espacio más abajo por, si deseas, escribir tus comentarios, dudas o sugerencias.
Un cordial saludo,
¿Crees que mereces visitar a tu niño interior libre?
¿O más bien crees que él merece tu visita?
En cualquier caso, ambos saldréis beneficiados.
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El niño interior libre. Josep Guasch, coach, psicoterapeuta, en Sabadell, Terrassa y online. Consulta de coaching y psicoterapia (Ansiedad, acompañamiento y estrategias para adelgazar, dejar de fumar, autoestima, adicciones, etc…).

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