Fantasía dirigida en Terapia Gestalt consulta Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta, coach. Formación Gestalt en Sabadell
La Fantasía dirigida es una modalidad de intervención típica de la terapia Gestalt. Antes de introducirnos en este tema, creo necesario empezar por diferenciar fantasía e imaginación. Son dos actividades de nuestra experiencia vital útiles… y también peligrosas si no las utilizamos adecuadamente.
¿Cuándo la fantasía sirve a la realidad? ¿Cuándo lo hace a la evasión?
Terapia gestalt, fantasía e imaginación

La fantasía, una puerta abierta entre lo real y lo que aún no es real.
Por imaginación se define la capacidad que tenemos de representarnos situaciones, objetos, acontecimientos o personas. Por supuesto, estas representaciones no están presentes en nuestra realidad física, aquí y ahora. Y, claro está, mediante imágenes mentales)
La Fantasía conlleva una actividad del pensamiento mucho más libre, que generalmente ignora la realidad.
Con la imaginación yo puedo visualizarme montando a caballo, cuando en realidad estoy sentado en la silla ante el ordenador. Con la fantasía puedo imaginarme cabalgando un unicornio. Lo primero no existe aquí y ahora, si bien es algo posible. Lo segundo es imposible, por lo menos en estado de vigilia.
La terapia Gestalt reconoce que la fantasía y la imaginación pueden ser útiles. Pero siempre y cuando nos conecten con la realidad externa e interna por un lado. Y, por otra parte, participen en el proceso del darnos cuenta de nuestras experiencias. Por ejemplo: como un modo de planificar el futuro o de reflexionar sobre el pasado. Y en un paso posterior, con un tipo de intervención conocido como fantasía dirigida.
Antes de estudiar la fantasía dirigida en terapia gestalt, creo oportuno advertir sobre un posible papel escurridizo de la fantasía. Y es cuando actúa como disculpa, justificación o pretexto (“yo soy así porque así me educaron…”). O incluso cuando paraliza la acción necesaria, compensando con una actividad fantasiosa que sustituye el contacto creativo con la realidad.
Cuando la fantasía no es fantasía dirigida
John O Stevens en “El darse cuenta” expone el ejemplo de un joven que fantasea con pedir cita a la chica que le gusta. Sin embargo nunca lo hace por temor al rechazo. Si decidiera hacerlo, tanto en el caso de la respuesta positiva como negativa, su vida volvería a fluir en vez de permanecer bloqueada en una fantasía irrealizada.
El eventual “no” le permitiría dirigir su atención hacia otras compañeras o amigas. Con la respuesta positiva, podría disfrutar en la realidad, de lo que solo se atreve en fantasía. Pero esta simple constatación de hechos futuribles va más allá.

Los augurios pesimistas se cumplen.
En el supuesto de que evite enfrentar la situación, en su fuero interno queda una necesidad no resuelta, inconclusa. La insatisfacción seguirá ahondando en su alma y, a su vez, la brecha con la realidad se abrirá. Esto sucede cuando la parálisis resulta del eterno debate entre la necesidad y el miedo.
Por supuesto que asumir un riesgo puede no ser agradable al principio. Pero evitarlo nos aleja del potencial de valor que encierra la experiencia. Del mismo modo empobrece nuestro darnos cuenta, con mayor visión, de la realidad que está ahí, esperando. Indirectamente supone un empobrecimiento paulatino de nuestra propia identidad, al negarnos a aceptar lo que está vivo.
A veces permitimos que las fantasías catastróficas, con respecto al futuro, paralicen la expresión genuina de nosotros mismos. Es entonces que ahondamos en un estado de permanente insatisfacción que puede cronificarse. Y esta cronificación, hacer mella en una autoestima generalmente ya maltrecha.
La aceptación del miedo en la fantasía dirigida. Diferencia con la visualización
Está claro, los miedos existen. Son la expresión de nuestra inseguridad, más que algo acerca de aquello que dispara nuestro temor. Volviendo al joven del ejemplo. Es incluso probable, que él mismo considere que su amiga le rechaza en función de observaciones suyas. Pero sabemos que la atención y la percepción no son inocentes a los propios prejuicios y creencias.
Pero si él asume esta parte suya que le paraliza, y se identifica creativamente con ella (examinaremos más adelante cómo), podrá reconciliar las necesidades no resueltas de su miedo con las de su deseo. Y es aquí donde la fantasía dirigida en terapia gestalt, sirve a la resolución más que a la huida.
Creo oportuno aquí establecer una diferenciación, la práctica de la fantasía dirigida, no es visualización orientada al objetivo. Si bien no excluye a esta última como trabajo adicional, es más bien un proceso de reconciliación y reconocimiento de lo que entendemos como nuestros “saboteadores internos”, por utilizar un término reciente.
Para reconciliar estas dos prácticas, aconsejo empezar por la fantasía dirigida. Una vez trabajado el conflicto, poner en práctica, quien lo desee, su práctica de visualización creativa
Empezando con la práctica de la fantasía dirigida
Identificar y diferenciar, antes de reconciliar a las partes en conflicto. Es una práctica básica en terapia gestalt, y para ello es necesario una identificación plena con ambas partes, la que dirige el deseo y la que, en este caso, sabotea con miedo.
Otorgar a cada una su lugar, en vez de rechazarlas, y sólo a partir de aquí la reconciliación es posible. Pero conviene advertir que esta identificación no es un mero ejercicio intelectual del tipo…
“No, si yo ya sé… que es una manía, suposición, prejuicio, creencia… etc. mía…”
En realidad este “conocimiento” de tipo intelectual, además de ser enjuiciador y comparativo (y por lo tanto excluyente y violento) no es siquiera conocimiento pues el verdadero conocimiento significa aprehender completamente algo y hacerlo propio, y como propio debe vivirse lo que repudiamos, para reconciliarnos con ello.
Y para conocer plenamente algo hay que hacerlo desde el cuerpo, desde la emoción genuina y profunda y desde la cognición. Sólo así podemos conocer para alquimizar, pues difícilmente podremos “trascender” una actitud y conducta si antes no honramos a nuestras partes repudiadas con nuestra aceptación incondicional, que no es por supuesto sumisión ni resignación.
Integrar y aceptar las partes repudiadas no es claudicar. Un ejemplo
Recuerdo una dinámica de reconocimiento a los que nos precedieron. Un joven, casi recién salido de la adolescencia, se negó a reconocer a los que, en su tradición, estuvieron antes que él, confundiendo reconocer con obedecer.
Sólo se puede reconocer realmente a lo que es, desde el respeto. Entonces, y sólo desde ahí, se puede ser respetuosamente irreverente con lo que cuestionamos. Esto es así, tanto con nuestros personajes internos, como con las personas que encontramos en nuestras vidas.
En palabras de Josep Plà:
“Cuando los hombres se saben escuchados – y por lo tanto respetados y reconocidos-, se vuelven débiles. Estos momentos de debilidad son la única rendija a través de la cual puede desprenderse una gota de generosidad del granito humano”
Terapia Gestalt, diferenciación y la «Separatio – Coniunctio» alquímicas.
Antes he señalado que la imaginación y la fantasía pueden utilizarse creativamente para planificar el futuro o revisar el pasado, siempre y cuando esta actividad no nos despiste del presente y sirva como un modo de enriquecer nuestra actividad aquí y ahora. Estamos dando ahora un paso adelante para integrar la fantasía no como negación, sino como un modo de re/conocer aquello a lo que en realidad, no le hemos dado un lugar en nuestra experiencia vital.

Para unir armoniosamente, antes hay que diferenciar claramente.
Para empezar este trabajo, antes hay que escapar a una suerte de perversidad de la inocencia. Una actitud costumbrista que sostiene la fantasía de ser coherentes y completos, cuando en realidad somos simplemente seres indiferenciados. Poco conscientes de las verdaderas luchas internas.
No podemos empezar a conocer sin antes admitir la existencia del otro. Y no hay posibilidad de ello, sin antes admitir la separación, la «separatio» de los antiguos alquimistas. Tomar conciencia de las diferenciaciones, las diferentes partes que forman un todo. Para quien conozca el coaching, a esto le llaman «distinciones».
Esto es también válido cuando hablamos de nosotros mismos. Reconocer a nuestro “Mr. Hyde” (sea este quien sea), que mora en los suburbios de nuestra alma.
Y conocerlo significa una suerte de reconocimiento que, como ya he señalado antes, va más allá de lo intelectual pues esto último es engañoso, nos separa desde la inconsciencia, la distorsión, generalización, la negación y, en cualquier caso, la interpretación.
Trabajar con una fantasía dirigida, exige diferenciar claramente las partes en conflicto, todas-tienen-su-lugar.
Integración y transmutación de la parte repudiada.
Ser realmente lo repudiado, es un ejercicio de imaginación difícil pero necesario. Es una suerte de separación de aquello con lo que nos identificamos (el “aburguesado y beato” yo social y/o acaso el privado), para identificarnos con lo olvidado, reprimido o negado en un acto de violencia del que solo nuestro ego, encorsetado por los mandatos sociales es capaz.
Sólo una vez reconocidas las partes internas, debidamente diferenciadas y destiladas, pueden volver a religarse…. (re-ligare, el término que etimológicamente define a la religión, es el de volver a unir) para conformar un Yo más enriquecido, humilde y compasivo. Ahora sí lo que antes era brumosamente “conocido” es realmente conocido aquí y ahora.
Esta es la etapa última del trabajo con la fantasía dirigida,
la “Coniunctio” alquímica.
Paradójicamente, lo que antes era vivido como amenaza de la parte repudiada, ahora se ha transmutado en energía disponible. En lenguaje gestáltico, nuestro darnos cuenta se ha enriquecido. Para los seguidores de la PNL nuestro “mapa es más amplio”. Y para los incondicionales de la psicología profunda, se ha hecho consciente algo que era inconsciente. Y para establecer un paralelismo, digamos que la fantasía dirigida en terapia gestalt es similar a la imaginación activa que propuso Jung.
Llegados a este punto, aclaro que, por lo menos para mí, ser no es actuar. Y es aquí donde la imaginación entra en juego más allá de teorizaciones. La fantasía dirigida es pura experiencia y ha sido inspiración para muchas de las modernas escuelas terapéuticas.
Así, la silla caliente de la terapia Gestalt, el trabajo con los sueños, las posiciones perceptivas de la PNL, el trabajo con las subpersonalidades en Psicosíntesis , por citar unos ejemplos, se dan la mano en este trabajo con la fantasía dirigida.
La fantasía dirigida en terapia Gestalt es una de las modalidades más efectivas para la necesaria colaboración consciente-inconsciente
En el próximo artículo seguiremos con unos ejemplos interesantes y… prácticos.
Hasta entonces, recibe un cordial saludo.
¿Quieres mejorar tu calidad de vida con… esta exclusiva terapia?
¡Pide ahora información gratuitamente y sin compromiso!
¡Haz clic en la imagen!
www.josepguasch.com
Te invito a participar en mi blog ampliando ideas, aportando sugerencias o compartiendo tus dudas en el apartado al pie del mismo.
Anterior artículo relacionado: Terapia Gestalt Siguiente artículo relacionado: Fantasías dirigidas y terapia Gestalt.
¿Estás interesad@ en un programa personalizado de coaching y/o psicoterapia?¡Contacta conmigo sin compromiso!:
– Teléfono: 615.56.45.37 – Mail: jspguasch@gmail.com
Si lo deseas, puedes recibir cómodamente mi News Letter con todos los artículos del blog, así como noticias, actividades, promociones e información interesante y práctica: – Sí quiero recibir la News Letter
¡¡Ah!!, y si te ha gustado y te apetece, te invito a compartir el artículo. También comentar y/o puntuar con las estrellas en el resumen que encontrarás más abajo.
Fantasía dirigida en Terapia Gestalt consulta Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, coach, psicoterapeuta. Formación Gestalt en Sabadell.

Telephone No.615564537
Excelente.
Gracias Raquel, me alegra que te guste