Terapia para la Violencia activa y pasiva. Violencia en la pareja, Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, coaching y psicoterapia (Terapia Gestalt, PNL, Hipnosis, Análisis Transaccional coaching para fatiga pandémica), en Sabadell y Terrassa

¿Dónde termina la agresividad y empieza la violencia?
Violencia y agresividad a menudo se confunden. Por otra parte la violencia puede ser activa y pasiva. Solemos reconocer la primera fácilmente, pero no tanto la pasiva. En cualquier caso siempre denota falta de empatía y asertividad.
Examinaremos las diferencias, entre violencia activa y pasiva, así como el modo de expresarse en la violencia de género y otras formas más sutiles como los micromachismos. También las examinaremos en el chantaje emocional y las relaciones tóxicas.
Agresividad y violencia las diferencias.
La agresividad es un instinto al servicio de la supervivencia y la adaptación al entorno. Es común en todos los animales. Los depredadores necesitan su agresividad para cazar y sobrevivir. No obstante no la utilizan cuando no tienen hambre..
Por contra, la violencia es un comportamiento aprendido. Es la agresividad al servicio de los propios intereses o para dañar a alguien o algo intencionadamente. Es una actitud y conducta propiamente humana.
En ocasiones violencia activa y pasiva, son utilizadas para reivindicar, erróneamente, nuestros derechos. En este sentido, podemos educar nuestra asertividad para evitar mostrarnos ante el mundo de un modo violento y/o manipulador.
Violencia activa y pasiva, y violencia en la pareja pueden ser trabajadas en terapia.
El respeto y la solidaridad, la empatía y cooperación frente a la rivalidad. La igualdad y la libertad de todas las personas, son valores nucleares para hacer frente a la violencia activa y pasiva. Estos valores, así como las capacidades para manifestarlos se pueden trabajar en terapia.
Violencia activa y pasiva las diferencias
Si bien pueden existir mandatos culturales implícitos, la violencia activa y pasiva es ejercida por personas inmaduras. Personas que no saben sostener las diferencias ni reclamar sus derechos de un modo asertivo. Así pues, la terapia irá dirigida en este sentido: madurez, saber sostener la frustración y la diferencia.
La activa es fácilmente reconocible pues utiliza la coacción física mayoritariamente, así como la amenaza.

Violencia pasiva, el lobo con piel de cordero
Sin embargo la pasiva no lo es tanto pues se ejerce a través de la manipulación y el chantaje emocional«. Si bien la coacción física es más habitual entre hombres, la pasiva la ejercen tanto mujeres como hombres. Esto es debido a que la agresividad, al servicio de la emoción básica de la rabia, es tolerada en hombres (e incluso bien vista) y no tanto en las mujeres.
No debemos olvidar que en la pasiva, el manipulador puede ofrecer una imagen sumisa, encantadora, incluso seductora. Sin embargo subyace una gran reserva de agresividad. En este caso suele tratarse de personas que no se atreven a aparecer ante el mundo o que han recibido una educación emocionalmente castradora. Aunque también existen personas con unas grandes habilidades que la ejercen sutil y sibilinamente al servicio de sus intereses.
A pesar de que la violencia activa y pasiva se ejerce muy claramente en la relación de pareja, no debemos olvidar su presencia en las relaciones humanas en general y/o, el mundo laboral así como con los hijos. Por supuesto que en la mayoría de los casos, la violencia con los hijos no es intencionada y gran parte de las veces es pasiva. No debe ser sin embargo justificación, pues existe el peligro que al recibir este tipo de educación, el niño la replique de mayor. El papel de la educación es fundamental en la prevención de la violencia en general.
Violencia secuencial
Existe otra estrategia mixta, la violencia secuencial. El actor aparenta, en primer lugar, renunciar a sus derechos (manipular), pero no duda en agredir física o verbalmente cuando considera que la estrategia no le funciona, o bien pasa a otro momento más decisivo.
En los episodios de violencia en pareja es bastante habitual. Cuando el agresor adopta el papel de víctima (aparente renuncia a sus derechos) para hacer sentir mal a la otra parte. Puede, incluso, adoptar el papel de persona callada, que no dice nada. «Castigar» con su silencio a la pareja (violencia pasiva). Si la otra parte cae en el juego manipulador, llegará a sentirse culpable. Entonces el manipulador adoptará el papel de perseguidor, para hacer sentir aún más culpable a la otra parte. Este es un típico guión neurótico manipulador de violencia activa y pasiva.
Violencia activa y pasiva, sentimiento de culpa, relaciones tóxicas y chantaje emocional
Es evidente el papel de la agresividad en las llamadas ahora relaciones tóxicas. Alertar sin embargo que cuando el chantaje emocional aparece de un modo sutil, una relación tóxica puede pasar inadvertida.
Existen distintas formas de chantaje emocional. Uno es el que ya he expuesto anteriormente con la asunción del papel de víctima y la táctica del silencio. Y posteriormente la persecución para hacer sentir aún más culpable.
En general, los más peligrosos son los que incitan el sentimiento de culpa en la pareja. Así mensajes del tipo «No me quieres si»:
- No respondes a mis mensajes (en un periodo corto de tiempo).
- Si no me llamas cada X tiempo.
- No quieres hacer el amor.
Pueden llegar a ser, incluso, «argumentos» que pretenden justificar el uso de la violencia en la pareja.
El uso de la violencia en la pareja puede ser tratado con terapia.
Otros son tragicómicos pero existen, y muchos en celebradas canciones de éxito:
- «Sin ti no soy nada»
- «Si tú no me quieres, si tu no me amas, entonces para qué vivo»
- «Si te vas, mi amor si tú te vas, me volveré a enterrar en vida y no saldré»
Los tres mensajes forman parte de tres canciones de éxito muy concretas. En los tres se responsabiliza a la pareja de la felicidad o incluso de la vida del (cantante…) 🙄
O incluso en las relaciones entre padres e hijos:
- «Papá y mamá no te van a querer si no comes». O bien otro perversamente sutil
- «Aprende de tu hermano o primo….» , algunos crueles…
- «Estoy hart@ de tí…» etc… Otros invalidan sutilmente la sensación de capacidad del niño
- «¿Para qué me vas a ayudar?… ya lo hago yo»
Violencia activa y pasiva. Violencia en la pareja, machismo y micromachismo.
La violencia de género es otra forma en que la violencia activa y pasiva se manifiesta. La permisividad, invisibilización y normalización de este tipo de maltrato ha hecho que, por lo menos hasta hace poco, se consintiera.
Entre las causas:
- La incapacidad masculina de hacer frente a y gestionar sus propias emociones.
- Por supuesto debido a una deficiente y sesgada educación emocional. Los estereotipos de género hacen que el hombre pueda expresar emociones «fuertes» (alegría, rabia, indignación, frustración…). Pero no las catalogadas como débiles, miedo, tristeza, melancolía… y derivados.
- Una cultura patriarcal que otorga privilegios a lo masculino en detrimento de lo femenino.

Micromachismo, el machismo encubierto.
Una de las formas más invisibilizadas de violencia de género, son los micromachismos. Se trata de comportamientos de violencia pasiva o de baja intensidad en la relación de pareja. A menudo es un tipo de violencia ejercida inconscientemente por el hombre, si bien esto no es excusa.
Solucionar la violencia de género, requiere terapia y educación.
Un ejemplo de micromachismo «bienintencionado» es el del hombre que, al llegar a casa, se presta a ayudar a su pareja. Implícito en el término «ayudar», está que la mujer es la responsable, al menos, de la logística del hogar. Luego, cuando el hombre «dispone de tiempo» se presta a colaborar.
Sobre el micromachismo podrían escribirse varios artículos. De momento valga señalarlo como ejemplo, en algunos casos, de violencia pasiva o de baja intensidad.
Violencia activa y pasiva. Un antídoto
La violencia activa y pasiva es un subproducto de la civilización del que debemos responsabilizarnos individual y colectivamente. La dinámica de la violencia aparece muy especialmente en la comunicación. Debemos a Marshall Rosenberg una de las propuestas más útiles para erradicar esta lacra de la sociedad.
La por él bautizada comunicación no violenta , es un diseño de comunicación basada en profundos valores de respeto, pacifismo, conexión, responsabilidad y elección.
Trabajar con este modelo de comunicación no es solamente «filosofar» sobre la conveniencia de esto o aquello. Es hacer operativa una cualidad que se echa mucho de menos en nuestra sociedad actual. La autoconciencia.
Hasta el próximo artículo, recibe un cordial saludo.
www.josepguasch.com
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