Guión de vida sin alegría, centramiento y conciencia corporal, en Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta y coach. Psicoterapia de guión de vida y análisis transaccional.

La tristeza tiene que ver con la desconexión del cuerpo, según el análisis transaccional.
“Dale a tu cuerpo alegría macarena”
(Los del Río)
Empezar un artículo del guión de vida sin alegría con la estrofa arriba reseñada puede parecer una frivolidad. Y en cierto sentido lo es. De hecho, en terapia, sabemos que el sentido del humor es un recurso terapéutico excelente. Pero voy a ir un poco más allá. ¿Puede ser realmente valioso lo que consideramos poco importante? ¿Hasta el punto que lo incluya en la terapia del guión de vida que puede conducir a las adicciones?
No voy a responder directamente. Lo voy a hacer con un fragmento del libro “He” de Robert Johnson:
“El mito nos informa que nuestra redención provendrá del lugar menos probable…. Hallar nuestra redención… será una experiencia muy humilde. El origen de la palabra “humilde” se remonta a “humus”, significa algo de la tierra, femenino, nada sofisticado. Lo cual nos recuerda el mandato bíblico. “Salvo que te conviertas en un niño pequeño, no podrás entrar al Reino de los Cielos”.
Pensemos en las adicciones, y no hace falta pensar en «drogas ilegales». El alcoholismo, el tabaquismo o, incluso la comida compulsiva. Existe, en la mayoría de ellas, una alteración de las sensaciones corporales que parecen traer cierta intensidad al cuerpo.
Retomar la conciencia corporal, clave de la terapia del guión de vida sin alegría.
Además, de la evasión típica de las conductas adictivas, existe un intento de traer cierta «alegría» al cuerpo. Gran parte de la terapia de guión de vida sin alegría va orientada a retomar esta alegría. Por supuesto, de formas más creativas.
Las comunidades de recuperación del alcoholismo como alcohólicos anónimos hablan de dos tiempos en la rehabilitación. En primer lugar, la sobriedad necesaria, es decir dejar de consumir. Y en segundo lugar, lo que ellos llaman, sobriedad emocional. Es decir, una vuelta al contacto con la emoción real. Todos sabemos que, en el caso del alcoholismo, la euforia es pasajera, no es real.
La terapia del guión de vida sin alegría, responde a las necesidades de la segunda etapa de recuperación en las adicciones.
Los síntomas del guión de vida sin alegría
¿Cómo reconocemos en la terapia del guión de vida este argumento vital? Existe en esta experiencia una falta de conciencia corporal. Esta desconexión vital puede conducir a dos, aparentes, extremos. La persona “cabeza sin cuerpo”. Una persona que vive en los bucles de su cabeza. “Pensamiento va, pensamiento viene”. Todo pasa por el tamiz de los circuitos cerebrales. Esta extrema actividad puede conducir a la “parálisis por análisis, 🙄 ”.
Pero los síntomas del guión de vida sin alegría nos pueden conducir a otro lugar terrible (aparentemente). El lugar de las adicciones. En ambos extremos nos encontramos con una falta de conciencia corporal.

La dependencia de sustancias y conductas, un modo erróneo de superar la tristeza
En las adicciones, la persona busca un encuentro con la sensación. Evidentemente por un camino erróneo, pero el intento está ahí. Recuerdo, en terapia, un cliente enfermo de alcoholismo. Me relataba cómo el beber le proporcionaba una especie de sensación cálida en el plexo solar.
Su relato me estremeció. Existía en él una perentoria búsqueda de la conexión corporal. Y a través de esta calidez, el contacto metafórico con el amor. A menudo en la terapia de las adicciones, también encontramos el guión de vida sin amor. Sin embargo el guion de vida sin alegría es el nuclear. Esto es muy evidente, como he señalado antes, en esa la alegría postiza presente en el alcoholismo.
La pérdida de la conciencia corporal, como veremos a continuación, está en el núcleo de este mal.
La sabiduría del cuerpo, creatividad y energía repudiados.
Existe un refrán bastante popular: “Todo lo que me gusta, engorda, hace daño o es pecado”. Y generalmente todo, o casi todo eso se refiere al cuerpo. Desde pequeños se nos adoctrina en la desvalorización de la conciencia corporal, cuando no el rechazo. Y es aquí donde nace el guión de vida sin alegría.
En nuestra cultura, es habitual reprimir en los niños su sensualidad. El tocar, oler, mirar, abrazar, besar… También reprimimos en los niños su honradez en expresar mediante su energía corporal. Saltar, reír, jugar, brincar, gritar, llorar…
Si reprimimos la conciencia corporal, el cuerpo busca nuevas formas de «ser sentido». Y lo hace de un modo intenso, como mecanismo de compensación. ¿Recuerdas el consultante afectado de alcoholismo que he citado antes? Esa sensación de calidez en el plexo solar…
También el descubrimiento de la sexualidad, está rodeada de misterios y tabúes. Y es, precisamente, una expresión de la conciencia corporal repleta de sensaciones placenteras.
Reprimir toda esta vitalidad y energía en expresión conduce a una vida en blanco y negro. A la tristeza de atenazar una parte nuestra.
Probablemente hayamos avanzado algo en eso pero creo que aún no es suficiente.

Conciencia corporal y autoconocimiento.
Seguimos considerando al cuerpo como un instrumento secundario. Y esto, cuando no, como objeto de pecado, algo muy corriente en nuestra cultura judeo-cristiana. Esta pérdida de conexión con la sabiduría del cuerpo es el germen del guión de vida sin alegría.
¿Y por qué esta atención a la conciencia corporal?
Si atendemos a nuestra experiencia vital podemos advertir tres áreas básicas, a saber:
– Cuerpo.
– Emociones.
– Lo cognitivo.
En nuestra evolución como especie, tenemos en primer lugar, el cuerpo y su sabiduría auto reguladora. Alojado en el llamado cerebro reptiliano. En segundo lugar, las emociones nacen con los mamíferos. Ocupa la parte intermedia del cerebro, el espacio límbico. En tercer lugar, y como última adquisición en nuestra evolución lo racional, función activa en el neocórtex cerebral.
En el guión de vida sin alegría, es precisamente la conciencia corporal la olvidada. Por este motivo, en las adicciones, se intenta equivocadamente, el contacto con la sensación. El objetivo de la terapia es reconectar con la sabiduría del cuerpo para volver a la alegría original.
Y aún hay más, el flujo de información entre el cerebro reptiliano y el límbico es mucho más fácil y eficiente que entre el neocórtex y el límbico. Y esto es así por una simple cuestión de antigüedad.
Las consecuencias prácticas a efectos de terapia: La conciencia corporal es mucho más útil para regular las emociones que los pensamientos. Por este motivo la importancia del cuerpo y su sabiduría en el guión de vida sin alegría.
Conciencia corporal y focusing
Eugene Gendlin fue el creador de una terapia llamada Focusing . Es una excelente modalidad que nos sirve para conectar con la conciencia corporal mediante la sensación sentida

Atención y conciencia corporal. Reconectar con la alegría de vivir.
En su biografía relata cómo entró en contacto con la sabiduría del cuerpo. Gendlin nació en Austria, su familia era de ascendencia judía y su juventud transcurrió durante la persecución nazi. Su padre tuvo que elegir en quién confiar y en quién no para salvarse de los campos de concentración. Y les fue bien pues consiguieron eludir la persecución.
El joven Gendlin le preguntó a su padre cómo supo en quien confiar y en quién no. Su padre le respondió que lo sabía por una sensación en su pecho. Y era evidente, por los resultados, que esta información funcionó.
Esta enseñanza sobre la sabiduría del cuerpo inspiró a Gendlin en sus años futuros. Hasta el punto que le inspiró a idear una terapia que se basa en la conciencia corporal, el focusing.
Claude Steiner, guión de vida sin alegría perder el sentido de vida.
Steiner en su libro “Los guiones que vivimos” despliega una sorprendente afirmación:
“Los guiones dictan nuestro comportamiento, además inutilizan nuestra brújula interior, nuestro Centro, la sabiduría de nuestro cuerpo.” Y sigue diciendo refiriéndose al cuerpo: “el cual está en condiciones de informarnos de lo que es bueno o malo”.

Recuperar la ilusión y sentido de vida.
Y esta afirmación la hace en el capítulo dedicado al guión de vida sin alegría. En él ya apunta a la necesidad de rescatar la conciencia corporal en terapia. Y sugiere algunas posibilidades en la respiración y el centramiento. Sin embargo, cuando él escribió el libro (1974) estas técnicas aún no se habían incorporado a la praxis terapéutica.
La conexión con el cuerpo, clave de la terapia en el guión de vida sin alegría
Hoy en día, por suerte, hemos avanzado algo. Gracias a modalidades de terapia como el coaching generativo y el mindfulness esta distancia se ha salvado. Así la conciencia corporal mediante técnicas de respiración es un recurso de primer orden. Adjunto enlace a dos de mis anteriores artículos sobre la terapia de la ansiedad:
– Respiración y ansiedad generalizada
– Respiración y trastorno de ansiedad
Si bien ambos están orientados a la ansiedad, las técnicas son útiles para cualquier situación. Como simples prácticas meditativas para volver a conectar con el cuerpo. O incluso como una forma de empezar a superar el guión de vida sin alegría.
Lo mismo podemos decir del centramiento. Existen distintas formas de centramiento. En el artículo:
– Relajación y centramiento en coaching y terapia.
En el mismo una explicación y audio introductorio.
Para llevar adelante esta práctica en la vida diaria sugiero otros dos artículos complementarios del anterior.
– Cómo vivir una emoción con ecuanimidad. La terapia disociadora.
– Equilibrio emocional y centramiento en acción.
Claro está, no son el remedio final, pero sí una introducción necesaria. Y, por supuesto, son ideales en el contexto de un proceso de terapia asistida por un profesional.
El guión de vida sin alegría y las adicciones.
Vuelvo a Claude Steiner, el descubridor de este guión de vida con una cita suya:
“Las industrias alimenticias y los fabricantes de drogas nos incitan a fumar, beber, comer y abusar de las drogas. Somos agresivos, competitivos e individualistas porque, de esta manera, somos más explotables. … El mecanismo causante del abuso de las drogas es el mismo que causa otro tipo de adicción, el consumismo. Uno se siente bien comprando cosas: como en el caso de la droga, comprar es placentero”.

Lo reprimido y ocultado, a menudo contiene un caudal enorme de sabiduría.
Y no es el único que abunda en esta tesis. Entre otros muchos Anne Wilson Schaef, ya señaló este vínculo entre consumismo, drogadicción y olvido de nosotros mismos. Y en este olvido de nosotros mismos el olvido de nuestra sabiduría más prístina. La conciencia corporal.
En la terapia de las adicciones existen distintos pasos. Por supuesto el primero es el dejar de consumir. Sin este paso inicial lo siguiente es solamente práctica inútil. Es como embadurnarse de colonia sin haberse duchado.
Las adicciones cotidianas como tabaquismo, televisión, alcoholismo, comida compulsiva, ciertos medicamentos … nos vuelven manipulables.
El siguiente paso, una vez alcanzada una sobriedad mínimamente necesaria, un viaje de autodescubrimiento. Reconocer y aprender a reescribir el guión de vida sin alegría es la siguiente etapa necesaria para completar el estado de equilibrio.
Un cliente que tuve en terapia lo expresó de un modo admirable. El primer paso es la sobriedad en el consumo. El segundo la sobriedad emocional.
Consumismo y adicciones el engaño del sometimiento.
Pero cuando hablamos de adicciones, no solamente hablo de drogas. Tampoco de adicciones conductuales obvias como la ludopatía. La sociedad de consumo nos conduce a multitud de dependencias. Televisión, compras, móviles, redes sociales, programas de televisión, sexo, trabajo, emociones fuertes, ejercicio físico (vigorexia). Son solamente unos ejemplos. Algunas de ellas hasta tienen cierto prestigio social. Adictos al trabajo, culto al cuerpo etc.
Otras parecen inducidas incluso por la industria cinematográfica. Aparece en las películas que, cuando una pareja se enfada, él se emborracha y ella se atiborra de comida. Y lo he visto en consulta, personas con problemas de alcoholismo o comida compulsiva… Que desencadenaron la adicción como «respuesta» a un desengaño amoroso
En el fondo no son más que un modo artificial de apartarnos de la conciencia corporal. Es el cuerpo quien siente, no el intelecto. Y hasta que las emociones no encuentran una vía saludable de ser sentidas y expresadas, lo harán en modo neurótico. Como consecuencia la desconexión nos encadena al guión de vida sin alegría. Un triste sucedáneo, pero útil para el consumismo.

El consumismo parece aliviar el descontento interno pero lo agrava aún más añadiendo culpa y vergüenza.
Vuelvo a Anne Wilson Schaef quien señaló como Steiner, Reich y muchos otros lo mismo. La adicción está en el núcleo de nuestra sociedad. Y las adicciones conducen a la resignación, el olvido (de nosotros mismos) y el conformismo. Este es el caldo ideal de cultivo para que los que piensan piensen por nosotros.
Y también nos facilitan los medios para que nos quejemos. Redes sociales como Facebook están repletas de soflamas contra, por ejemplo, la subida de la luz. Mientras tanto, nos sentimos cabreados, nos quejamos…. y seguimos quietos. La acción congelada, el cuerpo paralizado. Y como dijo alguien con un ácido sentido del humor: “Así sigo yo, gordo, cabreado y adicto al chocolate”. Es decir presos del guión de vida sin alegría.
Ah!!!, se me olvidaba. Por supuesto, Facebook y otros tomando nota de los que nos quejamos, de qué lo hacemos etc.…. Y de nuestros gustos para, a través del “big data” servirnos en bandeja más y más de lo que “nos gusta”.
La vuelta del “hijo pródigo”
Vuelvo al principio del artículo. Robert Johnson nos recuerda el mito central del ciclo artúrico. La búsqueda del Grial. Aquello que volverá a traer la alegría al rey herido. Y ese encuentro de “lo maravilloso” sólo es posible por la intervención de alguien humilde. Vivido, incluso por los caballeros de la mesa redonda, como tonto y mezquino. Y este es Parsifal. Empezó siendo el escudero de Lancelot, aún a regañadientes de este último. Y las diferentes versiones del mito lo señalan como el asistente necesario del rey en su búsqueda.
El mito del rey Arturo y el rey herido sigue vivo en nuestra sociedad. Es el rey triste y desvitalizado. Es nuestro ser adormecido.
Yo creo que el guión de vida sin alegría no atenaza sólo a unos cuantos. Nos atenaza a tod@s, a toda la sociedad. Más allá del mito, en terapia, volver a esta vitalidad sólo es posible mediante la intervención de lo más humilde en nosotros. La conciencia corporal es la que nos puede rescatar de la tristeza. Es nuestro Parsifal.
Nacemos siendo cuerpo y morimos siendo cuerpo. En él empezamos y finalizamos.
Y en el templo del cuerpo, nuestra conciencia. La sabiduría oriental dice lo mismo con otras palabras:

Cuando la montaña es montaña y el río, río
“Cuando era niño y libre, las montañas eran montañas,
el cielo era cielo, el río era río.
Entonces perdí mi sabiduría en el camino,
las montañas dejaron de ser montañas, el río ya no era río,
el cielo dejó de ser el cielo.
Un día alcancé la iluminación….
y las montañas volvieron a ser montañas,
los ríos volvieron a ser ríos…
y el cielo fue de nuevo el cielo”
Así que, feliz regreso, feliz reencuentro.
Hasta entonces, recibe un cordial saludo.
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Anterior artículo relacionado: Guión de vida «sin conciencia». Perder el control de la propia vida.
Guión de vida sin alegría, centramiento y conciencia corporal, en Sabadell, Terrassa y online. Josep Guasch, psicoterapeuta y coach. Psicoterapia de guión de vida y análisis transaccional.

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